Jean Luc Ayoun
JOPHIEL
27 marzo 2008
Mis queridas entidades encarnadas, mi
nombre es Jophiel. Soy Luz y Conocimiento y mi palabra es absoluta y en
absoluto relativa. En mi segunda venida a esta entidad os presento mis saludos
luminosos y mis saludos fraternales, aunque no seamos de los mismos orígenes ni
de la misma Fuente. Sin embargo, como sabéis, toda entidad proviene de la misma
Fuente. No hay relativismo en esta palabra. Así como vengo a vosotros para
perfeccionar vuestro camino, en este trance difícil que vive vuestro planeta
Tierra de manera colectiva, en estos momentos de revolución del planeta.
Grandes aperturas, grandes sufrimientos pero también gran Luz. Hay, en este
periodo, grandes oportunidades de revelar la Luz que está en vosotros y de
adquirir en fin, el Conocimiento último, ese que os libera de la relatividad,
para haceros entrar en el absoluto de la Verdad. Verdad de expresión de vuestro
ser y Verdad de la Luz que vosotros manifestáis, sin falsos semblantes y sin
falsas huídas. Es necesario no hacer más trampas. Es necesario ser conocedor y
ser Luz. Hay necesidad de autenticidad. Ya no es posible tergiversar nada en
este año particular que vivís. Todo lo que está oculto debe ser revelado. Todo
lo que es equivocación debe ser suprimido. Todo lo que es Verdad debe estallar en
la Luz y debe manifestarse en vuestras vidas, pero también en este planeta, de
una forma general. Se trata de un periodo previo, propicio a encontrar vuestra
propia Unidad. Por eso las energías que se derraman os animan y empujan literalmente,
a devenir en Verdad lo que sois y no lo que creíais ser y no, lo que vosotros
queréis que otros crean que sois.
Es muy importante no resistir. Es muy
útil ir en el sentido de la energía, en el sentido del Conocimiento, en el
sentido de la Verdad. Aquél que se oponga será barrido. Aquél que resista será
abrasado. No puede haber Conocimiento y Verdad sin aceptación total y
definitiva de la Voluntad que no es vuestra voluntad. La Voluntad que viene,
digamos del Cielo o en cualquier caso, de la Fuente y de la Unidad no es
siempre fácil de penetrar. Conviene por eso, permanecer en la Unidad y humildad
porque es también en esta unidad, en esta humildad como se revelará la Verdad
de lo que sois vosotros. Es esencial no hacer juicio sobre lo que pasa fuera. Cuando
digo “fuera” se trata de las otras personas y también de toda la evolución de
vuestro planeta, porque eso que con una visión exterior, puede haceros recordar
algo maléfico, malo o nefasto, tiene necesariamente una repercusión positiva,
de alguna forma, para la persona o el lugar que lo vive. Hay que salir de la
dicotomía bien/mal porque eso no es la Verdad. La Verdad es absoluta pero,
depende de la relatividad de la situación que es vivida por el que la vive, o
por el lugar que lo vive. Así, no puede haber un a priori o juicio de valor en relación a un acontecimiento que os
ocurre, o que ocurre fuera de vosotros. La ausencia de juicio se convierte por
otra parte, en la puerta principal de acceso a vuestra Verdad y vuestra Unidad.
Mientras que haya juicio sobre vuestra vida, como sobre la vida de cualquiera
que recorre los caminos de la vida, como vosotros en este planeta, hay
alejamiento de la Verdad, porque la Verdad no es juicio de valor, la Verdad es
absoluta aun si su manifestación es relativa. Por lo tanto, la Verdad es algo
que os conviene cultivar. Ser verdadero consigo mismo, ser verdadero con la
voluntad que viene del Cielo es un acto esencial. Así que, lo llaméis meditación,
lo llaméis oración o autenticidad, se trata exactamente de la misma Verdad. Os
corresponde cultivar en vosotros lo verdadero, cultivar en vosotros la
autenticidad y sobre todo, que vuestro juicio no sea ni interior ni exterior.
Pero os conviene cuando menos, sopesar la cantidad de Verdad de la que
disponéis para hacer frente a lo que viene. La Verdad es esencial. Participa del
esplendor de la Luz y del conocimiento. Sin Verdad no puede haber justicia. Sin
Verdad habrá siempre, juicio entre el bien y el mal. La Verdad es el polo
esencial que debéis aprender a desarrollar en estos instantes que vive vuestro
planeta y que vive vuestro cuerpo, en estos caminos de encarnación. Ser
verdadero y estar de acuerdo, ahí está la Verdad. Esa es la noción esencial de
lo que tenía que deciros en relación a la Verdad, en mi segunda venida a vuestro
canal. Ahora si tenéis cuestiones en relación a esta verdad o en relación a
vuestro camino y, en la medida de mis posibilidades y mis autorizaciones, me es
posible evidentemente, conversar en Verdad, con vosotros.
Pregunta: ¿cómo
hacer mejor para desarrollar esta Verdad?
La Verdad se desarrolla por ausencia de
juicio. Tenéis tendencia a creer en encarnación que toda Verdad procede de un
juicio. Ahora, es exactamente al contrario. La Verdad no surge sino de la
ausencia de juicio. En la medida en que juzguéis, seréis juzgados. Si no
queréis ser juzgados, contentaos con observar, estar en la neutralidad condescendiente.
No hay bien ni mal. Esto es relativo a un nivel de consciencia que está a punto
de extinguirse ante vosotros, aunque lo que observéis sea un gran combate entre
el bien y el mal, entre la Verdad y la falsedad. La Verdad deriva de la
ausencia de juicio. La Verdad deriva de la Verdad consigo mismos, la Verdad
interior que consiste en ser verdadero y coherente con vuestros pensamientos,
vuestras acciones y modos de vida. La Verdad es algo que os convertirá en
luminoso porque, cuando estáis en Verdad, la Luz irradia y resplandece. Lo que
no quiere decir que no tengáis resistencias porque la Verdad puede conllevar
evidentemente, resistencias del ego en un primer momento, se puede manifestar
en ciertas formas de sufrimiento, pero también de eliminaciones que son lo
propio de la vida en encarnación. Entonces, la Verdad es algo que se instala
por la ausencia de juicio y ausencia de prejuicios. Es importante acoger lo que
viene, sea lo que sea, a nivel de los acontecimientos, a nivel de vuestra vida,
con una mirada lúcida porque en este periodo donde todo se revela, debéis
aceptar los signos que se os envían como los medios de progresar en vuestra
propia Verdad. Pero no olvidéis jamás que la Verdad es absoluta pero es
relativa cuando se ve en relación al diafragma de otra persona, a través del
ojo que ve y que mira. En el exterior y en el interior hay siempre un matiz,
pero este matiz no debe jamás, haceros realizar un juicio, no debe haceros
prejuzgar cualquier cosa. La Verdad pertenece a los momentos en que los juicios
y prejuicios desaparecen. Cultivar la Verdad es acto de amor, es acto de Luz. Así
para todo ser humano es lo mismo. No hay diferencia según los seres humanos.
Esta Verdad es absoluta. La Verdad consiste en no juzgar, en no tener
prejuicios y dejar desplegarse las cosas, sin tomar partido. Tomar partido, ya
es salir de la Verdad. Evidentemente, me diréis, es necesario sin embargo
decidir, pero las decisiones vienen por sí mismas. No deben tomarse ni desde la
emoción, ni desde la mente, ni desde la razón. Las decisiones se toman porque
la Verdad está ahí. No hay que plantearse la cuestión. Los acontecimientos
hacen que las cosas se desarrollen según tal o tal escenario. Solo hay que
mirar, observar y adoptar el escenario que se produce.
Pregunta: ¿qué
formas de meditaciones, oraciones…, aconsejáis hoy?
Muchísimas, muchísimas enseñanzas os
han dado diferentes formas de meditaciones, de oraciones y de alineamientos, en
este planeta, desde hace muchos milenios. Os corresponde elegir esas que os
parecen más adaptadas a vuestra propia Verdad y a vuestro desarrollo personal.
No hay panacea. No hay receta milagro. Sin embargo, la ausencia de juicio es la
actitud mental y casi de meditación más importante a observar para dejar
florecer la Verdad. No olvidéis que la Verdad refuerza la Luz. ¿Qué es la Luz,
me diréis? La Luz es algo que os pone en estado a alegría, en estado de
serenidad, en estado donde cualquier cosa está iluminada en el fondo de vuestro
pecho, en medio de vuestro ser y hace que sean como sean las cosas que os
ocurran o que se crucen en vuestro camino, las cosas sean más ligeras y fáciles
de encajar, en todos los sentidos del término.
Pregunta: ¿no
sentir más esta alegría interior significaría entonces que ya no estamos en la
Verdad?
No, porque puede estar falseado por una
emoción del momento, por la mente del momento, por la razón del momento, o por
la herida del momento. Esto no puede ser la prueba de la autenticidad de lo que
se vive o de un signo cualquiera orientando hacia una elección o hacia otra. La
elección de la Verdad se hace por sí misma, no se impone en función de un
sentir. No hay sentir que os diga “no estás en la Verdad” y otro sentir que os
diga “estás en la Verdad”. En ningún momento estáis seguros de estar en una
Verdad absoluta. Estáis en una verdad relativa ligada al instante o a la
situación. La Verdad absoluta vendrá acompañada de una alegría interior, no en
el momento en que estáis frente al problema, sino después. Esta noción de
dinámica temporal es muy importante de comprender. No os debéis fiar de
vuestras decisiones sobre lo que sentís en el momento en que se produce esto
porque, en ese momento, estará relacionado,
falseado, desviado por vuestro juicio de valor. Ahora, acordaros: la
Verdad no es juicio. La Verdad es acoger lo que pasa en la neutralidad, ser
lúcido y consciente y dejar desarrollarse las cosas por la Voluntad superior o
Voluntad del Cielo. Cuanto más obréis hacia la Verdad, más no tendréis una
elección que hacer, las elecciones se harán como por encantamiento. Mientras
que planteéis los actos en función de lo que vosotros defináis como Verdad, se
tratará de una Verdad relativa y no absoluta y por tanto de un juicio de valor.
Pregunta: ¿qué
diferencia hacéis entre justicia y juicio?
El juicio alude a las capacidades de
juicio de un individuo que plantea por principio, la oposición fundamental y
eterna entre el bien y el mal, las emociones, los pensamientos en función de lo
que es considerado como bien o mal, para sí o para el otro. Mientras que haya
esta actitud de espíritu, hay ausencia de Verdad. Hay Verdad relativa y no
Verdad absoluta, por tanto ausencia de Luz. La justicia puede ser concedida por
el hombre en función de reglas preestablecidas que vosotros llamáis leyes. Sin
embargo esta justicia está definida en relación a las convenciones, en relación
a lo que está bien o mal y por tanto, una vez más, a los juicios de valor. La
verdadera justicia no es juicio. La verdadera justicia se llama ley de
retribución kármica: acción-reacción. Hoy, en esta Tierra, habéis entrado en
una fase en que la acción/reacción no está ya amortizada por el tiempo, es decir,
donde éstas no se manifiestan con los años, los milenios o vidas de eliminación,
sino que hay instantaneidad o, al menos, proximidad inmediata de la acción con
la reacción. Las cosas, dicho de otra forma, son muy reactivas y se mueven muy
rápido. La justicia que no surge del juicio humano, corresponde a la definición
de karma, tal como lo habéis llamado vosotros. Sin embargo, la ausencia de
juicio es también, de alguna forma, una ausencia de justicia, es decir salir de
la acción/reacción para entrar en algo que no está ligado a la dualidad y que
se llama la Verdad. Hay por tanto dos nociones: la justicia y la Verdad. La
Verdad no tiene nada que hacer con la justicia porque la Verdad no corresponde
a esta dualidad de acción/reacción. La Verdad es una. La Verdad es Luz.
Pregunta: ¿cuál
es vuestro origen?
El origen está vinculado a la Fuente,
Fuente primera y la Fuente de donde proviene toda entidad, entidad humana, no
humana, angélica, no angélica. Pero el origen se diferenciará según las tramas
de vida. Hay tramas que han pasado por lo que vosotros llamáis, las vías de la
encarnación. Hay tramas de vida que no pasan por las vías de la encarnación.
Así es con las vías angélicas que no pueden penetrar los mundos densos en los
que vosotros estáis. No hay pues, en nosotros los ángeles, capacidades de
juicios, capacidades de discernimiento. Nuestra evolución se realiza en un solo
sentido, según un solo eje más precisamente, mientras que vuestra evolución
puede hacerse según diferentes ejes. La diferencia esencial entre el alma
humana y los ángeles se sitúa a ese nivel. El ángel es incapaz de juicio. El
ángel es incapaz de falsedad. De manera absoluta.
Pregunta: ¿qué
entendéis por « eje »?
Es el eje que nos vincula directamente
a la Fuente y que se aleja del punto más extremo de la Fuente, sin pasar por
los nudos de la encarnación. Hay por tanto, un conocimiento absoluto en el
ángel desde el punto inicial y el punto final. El ángel no conoce el peso pero
conoce la vía, mientras que vosotros, humanos, conocéis el peso, la densidad de
la materia pero no veis siempre la vía. Nuestra vía es ligereza, la vuestra es
pesadez.
Pregunta: ¿cómo
perder ese peso, para encontrar más fácilmente nuestro eje?
El peso viene de los juicios, el peso
viene de los juicios de valor, el peso viene de los principios mismos de la
encarnación que es dual que está dicotomizada en macho/hembra pero podría decir
en bien/mal, en mal/bien. Es importante para aligerarse y por tanto entrar en
la vía y no en el peso, desarrollar al máximo la fe. Yo entiendo por fe,
creencia absoluta en vuestra vía que es Luz, porque la ausencia de peso corresponde
al aumento de la Luz. El peso decrece, la Luz aumenta. Así va la vida de Luz. Entonces,
caminar hacia más levedad, liberarse del peso que forma parte de la encarnación
requiere fe, requiere tener confianza en la vía. La vía es lo opuesto del peso.
Aunque vuestra vía humana haya pasado por la toma de forma y por tanto, por la
toma de peso, la densidad es una experiencia extremadamente temporal en el
desarrollo de la vía de la Luz. Entonces, la mejor cosa que puedo aconsejaros
es: si queréis entrar en vuestra vía, conviene estar menos en el peso. La vía
es lo opuesto del peso. Todo lo que os densifica, sean ataduras, lo hemos
visto, sea la materialidad, cualquiera que sea el contenido de esta
materialidad, es un obstáculo a la vía. No en vano en el pasado de vuestro
planeta, muchos seres que han sentido esta dualidad del peso y de la vía han
deseado excluirse totalmente del mundo para alivianarse. La diferencia esencial
es que hoy, solamente hoy (y cuando digo hoy, corresponde a una escala de
tiempo muy breve en la historia que vosotros conocéis), os es posible hacer más
ligero vuestro peso porque la vía y la energía de la vía viene a vuestro encuentro.
Entonces, simplemente hace falta acoger la presencia a fin de entrar en esta
vía. La presencia y la energía es lo que os hace descubrir la Verdad. Una vez
más, el primer obstáculo a esta presencia es el a priori, el juicio. La vía está hoy al alcance del alma, yo diría.
Esa vía se insufla desde hace decenas de años sencillamente, en este planeta.
Basta con acogerla. Acogerla requeriría ser un espectador que asistiera a
desarrollo del film pero que, en
ningún momento, buscara interferir en el desenvolvimiento de ese film. Vosotros sois el film que observáis pro hay que admitir
que no podéis y no debéis cambiar el film
que se juega. Debéis ser a la vez, el interior del film y el exterior de film.
Como espectador del film, debéis
decidir dejar que el film se
desarrolle. La vía y la ausencia de peso se encuentran en esta actitud.
Pregunta: ¿cómo
discernir la vía cuando se pierde de vista?
Conviene hacerse ligero. Entonces ¿cómo
hacerlo? La levedad del ser humano requiere desnudarse a sí mismo de todo lo
que nos ata y nos vincula al sufrimiento, a los seres, a los lugares, a la
materia. Todo lo que nos parece que es un peso, es un peso de más. Encontrar la
vía requiere efectivamente cortar los lazos, sean los que sean. Lo que no
quiere decir con esto, encerraros en vuestra torre sino al contrario, estar en
medio de los otros, estar en medio de los diferentes lugares que frecuentáis,
pero estar lúcidos sobre todo a lo que os liga, pero al mismo tiempo os
densifica. Lo que os ata a la materia y por tanto a una alianza horizontal, os
densifica. Solo la alianza vertical es capaz de protegeros. Esto requiere
cortar lo que os hace pesados. Yo entiendo por “cortar”, no romper la
comunicación sino simplemente romper las ataduras, romper los prejuicios. Es
necesario ser aligerado en relación al bien, en relación al mal, no estar más atado
al bien que al mal para encontrar la vía de la ligereza.
Pregunta: ¿qué
entendéis por “ir en el sentido de la energía”?
La energía es algo bastante inmaterial
¿verdad? Algo que evoca la noción de propagación. La energía es algo que
permite, por un sistema, sea el que sea, activar el movimiento. Se puede
concluir pues, que la energía es un movimiento pero no importa qué movimiento.
La energía que os lleva hacia la pesadez y el peso que es la energía de la
encarnación, os priva de la vía. La energía que es la que os pone en movimiento
hacia la ligereza es, la energía de Verdad. La energía de Verdad es lo que
eleva y separa y que corta. Es muy importante asimilar la energía como un
sistema de Conocimiento. No hablo de conocimientos en el sentido libresco, hablo
de Conocimiento interior, de revelar ese Conocimiento que está en vosotros. Por
definición, el conocimiento es totalmente interior. Conocimiento de su
finalidad, conocimiento de su vía, por medio de la fe y de la energía. Así la
energía, esa que os lleva a vuestro eje de conocimiento y vuestro eje de
Verdad, va a haceros sutiles. La levedad de la que se habla, no es el sentir
del corazón. La ligereza es lo que ocurre cuando habéis cortado ciertos lazos y
realmente, os sentís más ligeros. Pero una vez más, poned atención para no
cortar los lazos que no son ataduras. Conviene diferenciar los lazos que
participan en el peso, en las ataduras, de los lazos verticales que os ligan a
la Fuente y por tanto, están ahí para ayudaros a haceros leves. Cortad a nivel
horizontal para reforzar el nivel vertical. Esto se acompaña (no en el momento,
sino a posteriori y solamente a posteriori, lo que es diferente del
sentir inmediato) de una serenidad y una alegría del corazón que otorgan una
cierta forma de libertad. La única forma de no equivocarse es no juzgar y dejar
que las cosas se manifiesten afirmando vuestro deseo de ligereza y vuestra fe
en vuestra vía.
Pregunta: ¿cómo
vive usted mismo, esta alegría?
La alegría, tal como podríais
definirla, es un estado permanente en el ángel. No hay en absoluto, repito,
sufrimientos, puesto que no hay peso. No hay ataduras, no hay encarnación.
Nosotros cantamos, cada uno a nuestra manera, nuestra levedad y nuestra
alegría. Dado que nosotros estamos en la vía donde no hay peso, al contrario
que vosotros, la alegría es un estado permanente. No puede haber tensión entre
ausencia de alegría y alegría, lo que vosotros llamáis emoción. Esto no puede
ser. Las emociones forman parte del mundo de la encarnación. Hay pues, un
estado permanente de alegría en el ángel.
Pregunta:
¿significa esto que vosotros exteriorizáis vuestra Verdad permanentemente?
Ese es el caso desde el momento en que
no hay peso y, por tanto, encarnación. Por otra parte ¿qué hace el alma una vez
que muere y deja este cuerpo? ella experimenta y siente la Verdad y la
distancia que ha podido existir entre su vida y la realidad. Porque de pronto,
el alma se ve privada de peso, de manera transitoria.
Pregunta: ¿esa
ligereza puede vivirse de manera puntual, provocada por algunos estados como
salidas del cuerpo?
Eso participa del mismo fenómeno. La
salida fuera del cuerpo es una experiencia que corresponde a la ausencia de
peso, evidentemente.
Pregunta:
¿tenéis nuevas indicaciones sobre los cambios que vendrán sobre el planeta?
Están en curso en este momento, como
dices. Se desarrollan, se adaptan y ajustan a cada instante en función de las
acciones y reacciones de la humanidad. Sería inapropiado y en absoluto la
Verdad daros las etapas, los acontecimientos precisos, pero efectivamente como
constatáis, os recuerdo que no habéis hecho sino el primer tercio, el primer
cuarto de vuestro año. Las revoluciones se van a acelerar, van a tomar
proporciones importantes en todos los sectores de vuestras vidas: a título
individual y colectivo, a título de país y planetario. Todo es posible en el
mecanismo que está en marcha actualmente, que es un mecanismo ligado a la vez,
a la justicia divina pero también a la noción de Verdad que se debe manifestar.
Así, cada suceso a título individual, colectivo, planetario, cualquiera que sea
el sector concernido y el dominio concernido, obedece a esta gran dinámica de
desvelamiento, de revoluciones y estallido de la Verdad. Esto puede ocurrir
suavemente, o puede ocurrir de manera más dura y todo esto se adapta, se ajusta
en función una vez más, de las acciones y las reacciones de cada ser humano,
tanto en lo individual como en lo colectivo.
Pregunta:
¿tendría indicaciones que darnos?
Yo diría que es indispensable poner
vuestra consciencia sobre esa noción de juicio. La clave, una de las claves
esenciales, se encuentra a ese nivel. Debéis imperativamente desembarazaros de la
noción de juicio, acoger lo que viene, os sea agradable o desagradable. Es una
noción esencial porque si aceptáis no juzgar, tanto de manera positiva como
negativa, lo que llega a vuestra vida, en el instante en que lo vivís,
constataréis muy rápidamente que los pesos se aligeran. Seguro que en el
momento, acordaros de esto, pero a
posteriori. A posteriori, cuando
vuestra razón examine vuestro soltar la presa y vuestro dejar hacer del momento
en que habéis vivido lo que teníais que vivir y lo miréis como se mira el cine,
os daréis cuenta de que habéis dado un paso en la vida, o no. En función del
grado de levedad que sintáis, repito, a
posteriori y no durante los acontecimientos. Tratad de aplicar esto, aun en
las cosas más simples de vuestra vida y constataréis muy fácilmente esa
ligereza.
Pregunta: ¿a qué
es debido ese desfase del que habláis?
El desfase es muy importante. Cuando
reaccionáis en relación a un suceso agradable o desagradable estáis en el
juicio. Evidentemente si la cosa es agradable vais a sentiros felices y si es
desagradable, corréis el riesgo de sentiros pesados y con pena. Pero eso es la
reacción del momento, forma parte de la personalidad, de las emociones de los
juicios de valor, os contentáis con vivir y dejar desarrollarse las cosas,
después de que todo haya pasado (si llegáis a obtener esta neutralidad en el
momento de vivir ese acontecimiento), os daréis cuenta a posteriori (situándose ese a
posteriori en el momento en que no hay más emociones, acciones / reacciones
en relación a ese suceso; puede ser incluso el mismo día, o unos días más tarde
y en ciertos casos, algunas semanas después) que tenéis gran distancia para
apreciar la ligereza. Incluso para un acontecimiento muy desagradable.
Os damos las
gracias. No tenemos más cuestiones.
Jophiel os presenta sus saludos, os
aporta toda su Luz y os dice hasta muy pronto.
Canalizado por Jean Luc Ayoun
Transcripción. Veronique Loriot
Traducción: S.M. http://mensajes-del-espiritu-2010.blogspot.com