Jean Luc
Ayoun
ORIONIS
8 febrero 2009
Saludos a vosotros, niños
de la Luz, niños de la Ley del Uno, niños del Padre Único. Algunos de vosotros
me conocéis ya, con mi nombre de origen que es Orionis. Otros han oído hablar
de mí bajo la expresión de “el Anciano de los Días”. Recibid Bendiciones, Amor
y Paz. Estáis en un año que es el año de la Luz, el año de la vigilia y del
despertar. No os detengáis en la algarabía del mundo, esto también lo sabéis
porque a nivel de vuestra dimensión lo que viene hacia vosotros es un año
terrible para aquellos que no disciernan la Luz y que no vivan la Luz. Como ya
sabéis, este año está bajo la influencia del Arcángel Miguel que, a través de
las más poderosas manifestaciones elementales, viene a suprimir, a transformar
y disolver lo que no es de la Luz. El alboroto de este mundo, las tribulaciones
de este mundo llegan a su fin porque he aquí que viene la hora de la Luz. Lo
más importante es vuestro despertar. Lo más importante es que el gobierno del
hombre, que existe desde tiempos muy antiguos, ahora se ha terminado. Entráis
bajo el gobierno del Único y el Único no tolera la dualidad. La dualidad ha
sido vuestro campo de experiencias durante muchísimo tiempo pero hoy, encontrar
la Luz, recobrar la Luz requiere perder todo lo que pertenece a la Sombra, lo
que se ha construido pacientemente, como campo de experiencias de encarnación a
través de nociones, hoy superadas: la avidez, la apropiación, el poder todo lo
que ha hecho que el humano no haya cesado de tomar para él, en lugar de dar.
Este tiempo de experimentación llega a su fin.
La Luz, en el sentido del Espíritu, la Luz en sentido físico y por lo
tanto visible, viene a recordaros el juramento de volver a la Luz si tal es
vuestro deseo. Este proceso llamado “Ascensión” no es más que la reintegración
en vuestra Gracia, en vuestra Unidad, en vuestra Divinidad. Por fin ha llegado
la hora, mis niños, de encontrar vuestra herencia, de encontrar lo que habéis
perdido experimentando estos planos de la dualidad que habéis aceptado sin
embargo, recorrer para fortificar en vosotros, no las fuerzas de encarnación,
sino la Luz de vuestra alma. Bien amados, las manifestaciones elementales que
observáis en la superficie de este planeta, como en la superficie de otros
planetas de este sistema solar, no son más que las primicias. Vuestra única
salvaguarda, vuestra única persistencia de la integridad de lo que sois, no
puede obtenerse a través de las precauciones de naturaleza material. No sirve
estrictamente de nada ser previsor en el plano material. Solo vuestra fe,
vuestra determinación de encontrar la Luz que sois, será vuestro garante de
retorno a la Luz. No debéis contar con nadie más que vosotros mismos, con la
Luz. Ninguna ayuda exterior puede llevaros a la Luz. Ciertamente, no estáis
solos. Ciertamente, estáis rodeados, enmarcados, guiados, amados como jamás lo
habéis estado. Pero sin embargo, vosotros y solo vosotros podéis dar el paso,
el gran salto de retorno a vuestra Unidad. Así es en los mundos de los mundos,
con este pasaje terrorífico y magnífico, de la dualidad a la Unidad.
Ciertamente sois todos, niños de la Luz, incluso aquellos que a vuestra
mirada se presentarían como las fuerzas de la oscuridad y de lo múltiple solo
son niños que experimentan la multiplicidad, la división y que no están
preparados a hacer el retorno a la Unidad. Pero esto, como sabéis, es su
libertad fundamental. Por eso se os pide no juzgar ni los acontecimientos ni a
los seres, sino permanecer firmes en vuestra Unidad, en vuestra fe y en vuestra
Luz. No hay otra alternativa. El Cristo decía: “que os sea hecho según vuestra
fe” y ocurrirá exactamente así. La fe en la Luz es el motor de vuestra
ascensión. La paz de vuestro ser y de vuestro corazón frente a las conmociones
elementales en curso y vuestro garante de retorno a la Unidad. Estáis en los
últimos momentos de la dualidad, estáis en los momentos más duros que tenéis
que vivir en la dualidad. Ese momento es el momento en que la dualidad se da
cuenta de que no existe ya y que viene de la Unidad. Cierto, muchas almas,
muchos pueblos renunciarán por egoísmo o por miedo, a ese retorno a la Luz. No
juzguéis, no condenéis, contentaos con vivir en vuestro interior la Luz que
viene. El mejor servicio que podéis rendir a vuestros hermanos en el dolor no
es más que estar vosotros mismos firmes en vuestra fe, en la Luz y en la
Verdad. Ninguna otra actitud, ningún otro comportamiento puede ayudar mejor que
esto. Si aceptáis la Luz, os nutrirá físicamente, psicológicamente,
espiritualmente. Si aceptáis la Luz irradiará de vosotros y ella se basta a sí
misma porque es capaz, si vosotros irradiáis a través de vuestro ser, de
conferir Paz, de conferir el Amor y conferir la búsqueda de la Unidad hacia los
otros seres humanos que tengan la oportunidad de encontrarse frente a un ser
como este. Vuestro periplo de la encarnación llega a su fin. Lo que significa
que simplemente es el fin de la realidad tal como la conocéis. Vais a encontrar
vuestra herencia divina. Vais a encontrar vuestros potenciales divinos,
totalmente. La separación entre dimensiones (que es una de las características
de este mundo en dualidad) no existirá tampoco. Algunos de vosotros perciben,
sienten y ven los mundos invisibles. Algunos de vosotros presienten, viven el
contacto con su Ángel. Esto es Verdad. Esto es la vía de la Unidad. Como se os
ha dicho ya por las energías Arcangélicas, los signos son muchos y serán cada
vez más en el interior de vosotros y en el cielo. No os preocupéis de las
reacciones de la dualidad hacia esta Unidad que viene. El miedo alimenta la
sombra. La Luz alimenta la Luz. Vosotros sois niños de Luz. Vosotros estáis en
el punto de vivir la experiencia más divina que pueda vivir un alma en sus
diferentes caminos. Amadísimos niños, habéis caminado, tomado numerosos
cuerpos, habéis participado, cada uno a su manera, en la evolución de estos
mundos, de este sistema solar. Recordad las palabras de Cristo: “vosotros
estáis en este mundo pero no sois de este mundo”. Ahí se encuentra la llave
capital para soltar presa, a la maestría y al abandono a la luz. Debéis más que
nunca, en la medida en que las manifestaciones elementales deseadas y
desencadenadas por el Arcángel Miguel y por vuestro sol sean ensordecedoras, en
la medida en que estos ensordecimientos, esa confusión tal como la he llamado
crezca, en esa medida, debéis entrar en vuestro espacio interior, en vuestra
Unidad, en vuestra Divinidad.
Vivís una época majestuosa. No veáis las destrucciones como un castigo.
No veáis los tormentos de algunos de vuestros hermanos como un castigo porque
no lo son. Dios no castiga jamás. Dios transforma las formas a fin de que la
Luz eclosione. Sea lo que tengáis que vivir, ahí donde estéis, estad
preparados. Estar preparados no consiste en tomar precauciones materiales o
físicas. Se trata más que nada, de estar preparado a penetrar su Esencia
enteramente, su Divinidad y la puerta, lo sabéis, como os lo anunciado Abraham (o
RAM), se sitúa a nivel de vuestro corazón. La puerta del corazón os abre a
vuestro Corazón interior, a vuestro Espíritu y a vuestra Divinidad. El único
esfuerzo que tendréis que hacer (y que tenéis que realizar desde ahora) es
únicamente volveros hacia él. La llave de vuestro paraíso, la llave de vuestra
eternidad, la llave de vuestra extracción de esta dualidad no puede encontrarse
más que a nivel de vuestro corazón. Todos aquellos que busquen más allá, a
través de comportamientos, a través de luchas, a través de resistencias, se
alejarán de la puerta sagrada. Una vez más, no los juzguéis, no los obliguéis,
contentaos con irradiar si habéis encontrado vuestra interioridad. Ahí se sitúa
la única ayuda posible en los mundos de la Unidad. Muchos elementos asociados a
lo que sois, en vuestro camino en vuestras múltiples encarnaciones, en vuestros
múltiples destinos no deben alejaros de la Verdad del instante. Muchos de
vosotros van a tener conocimiento de lo que son, en autenticidad y en verdad.
Incluso aquellos que elijan la dualidad verán claramente lo que son y la
distancia que puede existir entre lo que son y lo que manifiestan. Eso les
pertenece. Debéis permanecer en paz. Ninguna obligación creada por la dualidad
(sea de naturaleza afectiva, de naturaleza familiar, de naturaleza profesional,
de naturaleza social) debe impediros hacer ese retorno al centro. No debéis
escuchar más que a vuestro corazón. No debéis escuchar más a vuestra mente.
Cuando digo “escuchar el corazón” esto está más allá de las manifestaciones
energéticas ligadas a las vibraciones, a la sensación y al sentir sino más bien
al centrado de la conciencia en la Unidad del corazón. Seréis ayudados.
Asistiréis a muchos fenómenos naturales o no naturales, visibles a vuestros
ojos, transmitidos por vuestros medios y vuestros medios modernos de
comunicaciones, antes que desaparezcan de la superficie de este mundo. Debéis
extraeros totalmente de esta realidad a fin de penetrar en lo real que es
Unidad.
No podréis permanecer a caballo entre dos mundos. Lo que se os ha pedido
(a algunos de vosotros desde hace muchos años o muchas vidas): de mantener en
encarnación un cuerpo teniendo la conciencia de algunos mundos espirituales,
obligándoos a permanecer como decís “enraizados”, simplemente, ya no tendrá
ningún sentido. Podrá ser, para algunos de vosotros, un gran golpe porque la
única forma de manifestar la Unidad estando en la dualidad era, hasta el
presente, afirmaros en la dualidad a fin de no errar entre dos mundos y sus
peligros. Pero muy pronto, muy pronto, esto no será ya el caso. Seréis ayudados
en esto por el poder de la Luz, por el poder de la vibración y por el poder de
vuestro Ángel guardián, a condición expresa que lo demandéis. Recordad que
jamás la Luz puede violar el libre albedrío. Aunque sepáis que en otro nivel,
ese libre albedrío no existe en absoluto. No obstante, aquellos que tienen la
creencia en esta libertad en este libre albedrío, deben ser respetados porque
es su verdad y su realidad. Sin embargo, aquellos que quieran volver a la
Unidad en la morada del Padre y lo más cerca del Padre y evolucionar en las
dimensiones no separadas, no divididas, deberán necesariamente soltar los pies
y soltar la presa en esta realidad, antes de que ésta desaparezca totalmente.
Así, se producirán muchas partidas de almas en grupo. Se producirán muchas
partidas individuales. Los seres desaparecerán, simplemente. Otros se
consumirán, simplemente. Otros en fin, se llevarán su cuerpo y no dejarán
ningún rastro. Otros en fin, deberán durante un tiempo restringido, continuar
obrando en esta dimensión mientras que otros obrarán ya, en el establecimiento
de las nuevas bases de la nueva vida y en la nueva dimensión. Esto empieza
ahora, durará un lapso de tiempo muy preciso de vuestro tiempo Terrestre.
Algunos seres entre vosotros están avanzados en relación a este calendario
porque ya han emprendido el camino de retorno a la Unidad en su propia
revelación a ellos mismos, hace ahora un poco más de un año. El sentido y el
objetivo de vuestra misión en este retorno a la Unidad os aparecerán cada vez
más claramente a medida que vayan pasando las semanas que se aproximan al
plazo. Nadie podrá equivocaros, salvo vosotros mismos, si persistís en
permanecer atados a ciertos valores que simplemente, no tendrán más sentido ni
existencia en las semanas que vienen. He aquí, amadísimos niños del Uno, lo que
tenía que anunciaros. Si ahora mis bien amados, tenéis cuestiones en relación
con este proceso y lo que acabo de anunciaros, quisiera aportar aclaraciones a
condición de que os sean útiles. Útiles, no según vuestro sentido sino según el
sentido de la Luz y del destino del alma.
Pregunta: ¿los famosos 3 días anunciados por María corresponderían a una
ola ascensional mayor para la humanidad? ¿Se hará al mismo tiempo?
Lo que ha llamado la Divina Madre, 3 días, corresponde a la última fase
de la desaparición de la dualidad. El momento en que la Tierra será regenerada.
El momento en que esta dimensión simplemente, no existirá más. Esto sobrevendrá
en un tiempo ulterior entre el inicio y el fin del proceso de revelación.
Pregunta: ¿lo que se vive en tercera dimensión corre el riesgo de ser un
freno hacia la quinta dimensión?
Amadísimo niño de la Luz, todo depende de cómo se mire. Muchas cosas
pueden representar en vuestro mundo, frenos a vuestra expansión en la nueva
dimensión. Cuando llegue el momento, ninguno de esos frenos podrá subsistir.
Solamente habrá vuestra mirada, o la orientación de vuestra conciencia, que
puede ser un freno, únicamente por la dificultad a volver suficientemente la
mirada hacia el corazón. En el corazón se disuelve, real y concretamente la
totalidad de las oposiciones ligadas a vuestra materialidad. Ni la enfermedad,
ni las circunstancias materiales, ni la edad pueden ser un obstáculo a vuestra
ascensión. Solo la orientación de la conciencia puede ser un obstáculo. Ciertas
etapas que vivís en estos momentos están destinadas únicamente y de una manera
general, a haceros soltar presa a vuestras últimas ataduras, a vuestras últimas
creencias, a vuestros últimos miedos y nada más. No olvidéis que la Luz revela,
que la Luz transciende y que la Luz disuelve lo que no es la Luz.
Pregunta: ¿cómo ir antes hacia el sentido de su Luz interior?
Debéis admitir que cualquiera que sea el potencial de Luz que os es
propio a cada uno, cualquiera que sea el nivel de revelación de esta Luz, os
dedicáis por el momento, a vuestras ocupaciones materiales, sean las que sean.
Pero cuando llegue el momento, esas ocupaciones materiales deberán cesar,
también. Llegará el momento en que tendréis que poneros en mirada interior,
totalmente. Cuando llegue el momento os será indicado claramente. Cualquier ser
humano lo sentirá. Cualquier ser humano podrá aceptar o rechazar. Pero es muy
evidente que si no habéis hecho el trabajo de preparación (el duelo, si lo
preferís, de algunas ataduras, de algunos comportamientos y de algunas
actitudes) esto será tanto más duro cuando llegue el momento. Lo que no quiere
decir que no podréis pero existe el riesgo de acarrear consecuencias nefastas,
en un primer momento, que son totalmente inútiles de vivir o experimentar. Id
hacia el interior. Se os han dado algunos ejercicios en los pasados meses y
pienso en particular en Abraham que os ha dado acceso a las claves de vuestro
santuario interior. No hay otros ejercicios. Este es el más simple, el más
autentico, el más completo y sobre todo el más seguro. (Ndr: meditación sobre
el corazón, transmitida por RAM y recogida en la rúbrica “protocolos” del
sitio). Sin embargo, nada os impide por el momento, interesaros en los síntomas
de la venida de esta Luz en vosotros y sobre el mundo. Porque las imágenes que
veréis serán grabadas en vuestra alma de manera eterna. Ellas fortificarán y
forjarán vuestro Espíritu en la comprensión de los mecanismos precisos de la reversión
de la Sombra a la Luz. Habéis venido y os habéis encarnado (algunos hace tanto
y tanto tiempo, tantas y tantas vidas) únicamente para vivir este momento.
Entonces, no tengáis ningún miedo. Simplemente tratad tanto como podáis, de
desconectaros de vuestros sufrimientos (cualquiera que sea el origen) y esto es
posible. Esto no es una visión de la mente. Es una realidad hecha posible por
el aflujo de Luz.
Bien amados niños de la Ley del Uno, vamos ahora a vivir un momento de
comunión, un momento de Amor, un momento de despertar. Simplemente acoged en
vuestro interior la bendición que os transmito, yo diría desde lo más alto de
los Cielos, a vuestra densidad. Sed bendecidos. Vosotros niños de Luz, niños de
la Unidad y niños del Padre Uno. Sed bendecidos y recibid
…Efusión de
Luz…
Original
en francés.
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Traducción: Susana Milán
http://mensajes-del-espiritu.blogspot.com
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