Jean Luc Ayoun
MARIA
31 de Julio
del 2009
Soy María,
reina de los Cielos y de la Tierra.
Mis niños,
les transmito toda mi Paz y todo mi Amor. Vengo a vosotros, con mi Amor, para
explicarles un cierto número de cosas que, hoy, al fin, pueden ser desveladas y
transmitidas, porque los tiempos llegaron, mis niños. Hace numerosos siglos, de
vuestro tiempo Terrestre, que aparezco y me manifiesto, en muy numerosos
países, en numerosas personas y de diferentes modos. Cada vez que aparezco,
llevo un traje, un traje de Luz que firma el papel de esta Presencia y de esta
aparición en el seno de vuestra densidad, estos médiums, estos videntes, con el
fin de significar numerosas cosas. Así, algunos de estos contactados pudieron
describirme con diferentes mantos y diferentes hábitos. Estos mantos y estos
hábitos firman la Vibración que aporto en el lugar y en el tiempo en que me
manifiesto.
La Vibración
más común por la cual aparezco es el manto azul, el manto azul de Sirio del que
soy originaria y de la que soy la gran Diosa. Mis niños (así les llamo porque
así sois, son mis niños, todos sin excepción), reino en sus Cielos y reino
sobre esta Tierra porque soy la matriz original, en el seno de esta dimensión
como en otras dimensiones de vuestra propia alma.
Soy la Fuente
de vuestro Espíritu y soy la Fuente. Mis bien amados, aparecí a esta Humanidad
después de mi salida y mi vuelta al Cielo, tanto en revelaciones privadas como
en revelaciones públicas. Pero, sin embargo, esto no tiene ninguna importancia.
Lo importante es el mensaje de Amor que les di, de toda eternidad, con el fin
de invitarles a imitar a Cristo. Bien más allá del personaje que fue mi Divino
Hijo, yo quería, por eso, pedirles de amar y de dar. Porque la llave del Cielo
se encuentra sólo en el Amor, la llave del Cielo se encuentra sólo en la
Vibración «compartir y dar» en la Alegría.
Cosa que les
faltan cruelmente, en este fin de los Tiempos. Porque habéis llegado realmente
a este fin de los Tiempos anunciado y profetizado y esto debe de llenarlos de
Alegría y no de pavor, esto debe de llenarlos de la Alegría y de gratitud
porque la Fuente Una viene a revelarse a ustedes mismos , ella viene revestirles
de vuestra túnica inmortal, de vuestro Traje de Luz. Así, también llevaréis el
manto de las Semillas de estrellas, vosotros decidisteis en acompañarme en esta
peregrinación en esta dimensión con el fin de hacerla despertar y revelarse.
Hoy, estamos aquí, mis niños. Vengo anunciarles, muy pronto, lo que les había
prometido de toda eternidad.
Por ahora
dejo obrar al Arcángel Miguel y el Cónclave que, se lo recuerdo, me entregaron
los Sellos, las Llaves y las Vibraciones, dándome todo poder, sobre la Tierra
como en el Cielo, con el fin de revelarlas, por la intervención de la Luz que
les llega del fondo de las estrellas, que viene para solucionar la Ilusión en
la cual debatáis. Recuerden las palabras de mi Hijo: «su reino no es de este
mundo» y, sin embargo, caminan sobre este mundo, a fín de volver a ponerlo en
la gloria de la Unidad y esto está en curso.
Así como les
decía Miguel, no se interesen por los Ángeles rebeldes que no quieren la Luz,
por el momento. Esto es su libertad y su elección, esto es su Verdad y en
ningún caso los condenamos. Y, ustedes tampoco, no debéis juzgarlos, porque no
tenéis los elementos del rompecabezas, en vuestra cabeza y en vuestro corazón,
para poderles juzgar sanamente y claramente.
Cualquiera
sea vuestro grado de apertura, cualquiera que sea vuestra intuición, cualquiera
que sea vuestra transparencia de alma, ustedes nunca tendrán en esta densidad,
todos los elementos del rompecabezas. No pueden pues juzgar, no pueden pues
comprender, no pueden pues comprender la totalidad del Plan en su Divina
majestad, pero, sin embargo, saben dónde se encuentra la puerta de salida de
esta Ilusión. Para esto, deben desembarazarse de todo vuestro equipaje, de todo
lo que no es Unidad, de todo lo que es dualidad, en vosotros. Las sombras, las
manchas de sombra en el mismo seno de vuestras estructuras físicas y sutiles,
serán lavadas por la túnica inmortal, la de su cuerpo que ha sido llamado
cuerpo de "êtreté", de eternidad o Cuerpo de Luz, que viene a
vosotros, con el fin de hacerles vivir, no las Bodas Celestes pero las Bodas
Místicas, las de la reunión de las aguas de Arriba y de las aguas de Abajo, las
de la reunión, en el mismo seno de su personalidad, del êtreté, de la
eternidad, con el fin de hacerles reintegrar la Alegría eterna, los dominios
sin límites de la Verdad, y del Amor del Padre / Madre.
Entonces,
deben aceptar y estar conforme con lo que viene porque lo que viene es para
vuestro bien y para vuestra revelación. No crean que la Luz viene de un lugar
inexistente en el seno de su espacio y en el seno de su ser. La Luz nace y
viene del corazón, del corazón de vuestro ser y del corazón de las galaxias.
Ella viene, acompañada de Ángeles. Los Ángeles son numerosos, hoy, se preparan
a interceder en el seno de vuestra dimensión, se presentan a vosotros, ya, en
forma de sueños, en forma de presencias que sienten en el curso de sus noches y
sus días. Que algunos de ustedes no se inquieten porque me manifestaré a ellos,
de una manera anticipada con relación a mi Anuncio. Algunos de mis niños me
perciben en mis diversos hábitos. A algunos de ellos, les hablo, a algunos de
ellos, comunico mi Vibración, con el fin de que se hagan los primeros, Semillas
de estrellas, Semillas de Verdad y semillas de eternidad para los tiempos que
vienen, con el fin de alumbrar a vuestros hermanos que buscan y que no saben
dónde buscar y que serán enloquecidos por los signos en el Cielo, y la Tierra.
Y, sin embargo, así como les dijo Miguel, esto no es una destrucción sino más
bien des-construcción de la Ilusión y el acceso a la Verdad.
Deben de ser
ligeros, no debéis de cargar más posesiones, cualesquiera que sean, también en
relación a comportamientos nacidos de vuestro pasado, cualesquiera que sean. La
gracia viene, la gracia borra la acción / reacción y el karma. Vuestros
planetas (que son la exacta reproducción, arriba, de lo que está en vosotros),
sus lámparas, se transforman. ¿Veis como vuestros cuerpos se transforman? ¿Veis
como vuestras conciencias se transforman y se preparan a acoger la vuelta de la
Luz? Evidentemente, numerosos seres querrán hacerles creer que es vuestra
cabeza y no vuestro corazón, que son Ilusiones y no la Verdad, pero sois la
Verdad, no sois la Ilusión. Lo que edificasteis en el seno de esta densidad,
cierto, fue muy bello pero, sin embargo, no es el paraíso, sin embargo no es la
nueva Tierra.
Y ya viene la
nueva Tierra, la que edificaron por vuestras Vibraciones y por el Amor y que
también, desea acceder a esta nueva dimensión. La hora de la ascensión, la hora
de la asunción, para algunos, llega a grandes pasos. Deben prepararse. La
preparación es interior. Necesitan de verse frente a frente a ustedes mismos,
tales como son, y no tales que lo jugáis en el seno de esta dimensión, en el
seno de vuestros papeles sociales, en el seno de vuestros roles afectivos.
Estáis más allá de vuestros roles, estáis más allá de lo que creéis y de
aquello a lo que jugáis. Debéis atreveros a penetrar en vuestro corazón, allí
donde no hay ninguna Ilusión y ningún engaño. Porque, allí, vibra el Corazón
del universo, allí, vibra la Fuente.
El sol, La
fuente de Luz en el seno de vuestra densidad, se les manifiesta en su
esplendor. Los planetas volantes se manifiestan a vosotros, también, en su
esplendor. Y la Luz viene, y ella es visible, desde ahora, para los que saben
ver más allá de la vista. Los que vibran, en su interioridad y en su eternidad,
presintieron la llamada de la Luz, ellos viven las primicias, viven los
sobresaltos del Amor. Pero el día en que la Alegría llegue, totalmente, en el seno
de vuestra dimensión, entonces serán lavados por la Luz. Así, el bien-amado
Juan (Sri Aurobindo) vino para insistirles en la lectura, no con la cabeza pero
si con el corazón, el Apocalipsis de San Juan que fue dictado, palabra por
palabra, por mi Divino Hijo.
Soy la que
les acompaña, individual y colectivamente, en vuestra vuelta en gracia, en
vuestra vuelta en eternidad. Soy vuestra Madre benévola. No puede haber engaño
conmigo. ¿Cómo una madre real podría perjudicar a su niño o a sus niños? La que
perjudica no es la Madre. La Madre eterna nunca puede, oh gran nunca, querer
que se toque un solo de vuestros cabellos. Sois preciosos, todos los que sois,
a mis ojos, porque sois la eternidad, de regreso hacia vuestra Unidad.
La Esencia
misma de vuestra presencia sobre la Tierra se les revela por la Alegría, por la
Verdad, por la necesidad de aliviarles y de depurarles, por la necesidad de no
creer más a vuestra cabeza, sino únicamente a vuestro corazón y en lo que él
les dice en el seno de la Vibración. Muy a menudo, en mis apariciones, muestro
mi Corazón, lo mismo que mi Divino Hijo porque esta es la meta, reencontrar el
corazón, con el fin de vivir y de palpitar una Alegría eterna e interminable,
recorriendo las estrellas, las dimensiones, libres, y ya no encerrados en el
seno de esta Ilusión, en el seno de esta materialidad que, sin embargo, mis
bienamados niños, les permitió crecer en Esperanza, en realidad y en Luz.
Entonces, no hay que juzgar. Toda experiencia, finalmente, tiene algo de bueno,
porque ella les permite, cualesquiera que sean las denegaciones vividas durante
la experiencia y la dureza de ciertas experiencias de encarnación, ella les
permite reforzar el asiento de la Luz en vosotros. La Luz es Vibración, antes
de ser visión. La Luz es Amor, antes de ser efecto y es esto lo que viene a
vosotros.
Hoy, les pido
ser ligeros, de volver a ser, con una mirada nueva, como un niño que se
maravilla, que no procura comparar con una experiencia pasada. Porque lo que
viene no tiene nada que ver con el pasado. Porque lo que viene es nueva Ley y
nueva Vida y no puede ser de alguna manera atada, en realidad, a una sucesión
de lo que viene de su pasado. Esto fue anunciado, en su paso sobre la Tierra,
por mi Divino Hijo y esto es ahora.
Muchos
profetas, en el pasado, anticiparon esta época y estos momentos benditos que
viven. Ellos se los describieron, bajo forma de aforismos, en forma de imágenes
veladas y a veces de manera más directa. Pero la revelación más directa es la
del bienamado Juan, el que vino, en su última encarnación, a significarles la
llegada de la Luz que percibió. Esta Luz de la Verdad, esta Luz eterna que la
Fuente misma, el Padre, manifestó en su última encarnación.
Están
rodeados como nunca. Sois Amados como nunca. El Cónclave Arcangélicos de los 24
Ancianos, los jinetes de la Apocalipsis vigilan y velan. Las 4 Vivientes
también están allí y preparan vuestro nacimiento.
Este
nacimiento es un verdadero nacimiento, corresponde a un nacimiento en el seno
del Amor y de la Verdad, en el mundo de la no separación y en el mundo de la
Unidad. Van a penetrar, pronto, de lleno, primero de manera vibratoria e
interior, en el seno de esta Verdad. No deben de estar atados a nada de este
mundo porque nada de este mundo existirá más, sencillamente, sin pasar por la
destrucción, sino pasando por la disolución. La Ilusión regresa a la Ilusión,
la Verdad regresa a la Verdad y no puede ser de otro modo. Deben salvar el
umbral, así como lo dijo el bienamado Juan, la franja de la interferencia, de
este mundo donde sitúan vuestros miedos, donde sitúan vuestro mental, y
vuestras emociones, que les impide, a pesar de la Vibración, percibir
claramente la Verdad.
Pero, sin
embargo, cada día que pasa, desde ahora en adelante, les acerca, de manera
inexorable, en un tiempo humano y contado, y pues, definido, y no en un
hipotético día siguiente, pero más bien es ahora.
Los días,
cada día que pasa, hacen coincidir el tiempo Terrestre con el tiempo Celeste,
la franja de interferencia desaparece. El supra mental ya no está más, tal como
San Juan lo había descrito, el supra mental está a vuestras puertas. Ciertas
lámparas (vuestras lámparas son los planetas, lo comprendieron) ya sienten las
primicias y las manifestaciones. Son golpeadas, como sois golpeados, no por el
estupor pero por el estallido del despertar, por la transformación misma
inherente a esta revelación. ¿Entonces, cómo prepararles?
Lo más
importante no es el conocimiento, incluso si le es desvelado necesariamente por
la Luz.
Lo importante
es quedarse centrado en vuestro corazón, y de vivir allí la Vibración, de vivir
allí el instante y de vivir cada minuto y cada soplo como algo único. Porque
cada respiración y cada soplo es único en los Tiempos que viven. Les fue
anunciado esto de todo tiempo y de modos múltiples: «que los que tienen ojos
para ver, vean», «que los que tienen orejas para escuchar, escuchen» y qué los
que tienen la Vibración (felices los Simples), vibran a lo que viene. Y,
bienamados niños, ninguna Sombra puede resistir a lo que viene. La Sombra
dominó suficientemente la Ilusión y los dominó y los llevó por terrenos que les
alejaba de la Luz. Hoy, hay que ser simple, hay que volver a ser simple. En
este sentido, les pedimos la humildad más grande porque nadie puede
vanagloriarse de la Luz. Basta simplemente de vivirla, de integrarla, de
acogerla, de aceptarla, de transmutarla y de trascenderla y de revelarla al
mundo.
Esto se basta
a si mismo, esto basta para vuestro destino y para vuestro camino. No tienen
otra alternativa que de aceptar o de negar la Luz. Todo lo que aprecian les
será quitado, excepto la Vida, excepto la Verdad, excepto la Luz porque es la
Vida, la Verdad y la Luz. Todo el resto es sólo Ilusión, edificada por
proyecciones deliberadas, por cierto, necesarias durante un tiempo, pero el
tiempo que viene no es más el tiempo pasado. El tiempo que viene, viene para
cumplir las Leyes, no las leyes de los hombres, pero si las Leyes de la Luz.
Ley de la Luz que es libertad, la eternidad, la Verdad, y La gloria. Gloria de
la Gracia, y La gracia de la Gloria. Sois esto. He aquí, bien amados niños de
la Luz, mis niños, lo que yo quería transmitirles.
fin de la
Primera parte
Canalización: Jean Luc Ayoun
Transcripción: Veronique Loriot
Traducción: Pierre Diaz