Alta d’Altaïr
11
de Agosto 2013
Yo soy MARIA Reina de los Cielos y de la Tierra. Les doy Gracia, y estoy honrada de recibirme
y de vuestra Presencia. Entonces, hoy, en vuestro tiempo y vuestro espacio, vengo
a vuestro encuentro, a vivir con ustedes Comunión y Unión, en la Paz y en la
Gracia. Me regocijo también de estar acompañada, también por aquella que fue
nombrada MA ANANDA MOYI, y que se expresará después de mi intervención.
Vengo con el fin de Comulgar, ante todo, de recibir y dar este Amor que
es lo que somos. Y sobre todo, después
de esta comunión, decirles, no lo que esperan, ni lo que puedan oír de mí, sino
mas bien permitirles a través de algunos consejos, de algunas reflexiones, de
permitirles ajustarse lo más próximo de vuestra Eternidad durante este tiempo.
Se les ha hablado, y quizá han vivido, esta Danza de la Vida, todo un cortejo y un conjunto de signos, en
ustedes, como en vuestras vidas. No
vengo a hablarles de ello, vengo a hablarles de las virtudes del Silencio. No
del silencio que se encuentra en lo alto de una torre de Marfil, encerrado y
bloqueado en sí mismo, sino de este Silencio que representa la nitidez de la
Consciencia, la nitidez de la Vida.
El Silencio no es algo que está solamente destinado a hacer callar
(vuestras palabras, como vuestras acciones o vuestros pensamientos, o incluso
vuestras emociones), sino es un estado de Recogimiento interior que, cualquiera
que sea el ajetreo o los momentos de reposo que les son dados a vivir, pueda
permitirles, desde ahora, de salir aún más fácilmente, diría, de lo que les
aparece como la linealidad del tiempo que viven, y la ineludibilidad o
inevitabilidad de este tiempo que se desarrolla bajo vuestro paso, bajo
vuestros ojos, en vuestros recuerdos y en vuestro futuro. Todo esto está impreso en el tiempo, y en el
espacio donde evoluciona vuestra Consciencia. Ahora bien, como lo habéis
constatado, a vuestro ritmo, a vuestra manera, esto se apaga, eso desaparece de
lo que Son, intermitentemente, en tiempos más o menos largos, más o menos
intensos.
Es necesario ahora aprovechar, cualquiera que sea la importancia de lo
que se les es dado a vivir en vuestra vida (estos momentos particulares, que
los han nutrido e iluminado del interior), aprovechar estas experiencias y
estos estados a fin de que, cualesquiera que sean las circunstancias de vuestra
vida, que esto sea como individuo, o como Colectivo de la humanidad encarnada,
a fin de permitirles, ciertamente, de ya no depender de algún pasado, de ya no
depender de algún futuro: encontrar este famoso Aquí y Ahora, del cual el
Arcángel ANAËL tanto les ha hablado. No para permanecer en el Aquí y el Ahora
del Instante Presente, sino mas bien hacerse a ustedes mismos el presente de
vuestra Eternidad, de tocarlo, de probarlo, de vivirlo con aún más intensidad,
de Alegría y de Paz. Sin embargo, esto solamente puede realizarse en el
Silencio. Y ustedes saben que estos
momentos, que se intensifican en ustedes, deben tomar todo el lugar, todo
espacio, toda vuestra vida, a fin de restituirlos a vuestra Eternidad, a esta
Paz Eterna.
Por supuesto, existirá siempre, mientras el mundo dure, para ustedes
como para todos, mientras que no haya llegado a su término, los placeres, las
luchas y los sufrimientos de la vida encarnada.
Pero lo que se les es dado recordar y vivir – y yo diría, mas bien, de
revivir – es saborear, de alguna manera, e instalarse, cada vez más
intensamente en lo que Son, más allá de este cuerpo, mas allá incluso de esta
vida. Es decir de encarnar no ya simplemente vuestra vida, inscrita entre un
momento llamado nacimiento y otro momento llamado muerte, que serán
continuación de otros momentos. Es aquí, allí donde están, que todo pasa y en
ninguna otra parte. Pero
diciéndoles esto, no es por lo tanto que
les haga descuidar o ignorar los Llamados, que les son propios de la Luz, del
Amor, de las sincronicidades de la Fluidez.
De vuestros contactos, para muchos de entre ustedes, entre ustedes, encarnados, y entre ustedes y nosotros. Porque
nos aproximamos inexorablemente los unos y los otros, y que es en este
acercamiento, en esta intensificación incluso, que se encuentran el Silencio y
la Paz, como la Plenitud.
Entonces atraigo vuestra atención no tanto sobre el desarrollo de
vuestra vida, desde ahora, no tanto sobre el desarrollo de la vida en la
superficie de este planeta ni incluso sobre vuestras alegrías, o vuestros
sufrimientos, ni incluso sobre los contactos que puedan tener con algunos o
algunas de nosotros (que esto sea por la palabra, por la percepción, por la
Consciencia misma). Es necesario aceptar ir más allá.
Hace un año, uno de los intervinientes representándose a sí mismo, pero
también a cada uno de nosotros, evocó el principio de la Refutación, y (si
puedo decirlo) las condiciones de la Liberación. Todo esto se les ha sido explicado, mostrado,
y ciertamente vivido por ustedes, en diversas ocasiones o en una sola ocasión,
no hace diferencia. Porque una vez que el velo es levantado, lo saben
irremediablemente. Entonces, por supuesto,
han podido fácilmente observar que entre más observan, y más Viven lo que Son en Eternidad, y mas
este mundo puede parecerles en sus contingencias, en sus limitaciones, como una
herejía. Y les responderé que no están
equivocados. Pero esto, muchas voces en el curso de los siglos, les han dado a
ver, a leer, quizá a entender y a aceptar, que existían las Dimensiones de la
Vida que no tienen nada que ver con la vida de este mundo, sino que son,
además, la irrupción de lo sobrenatural en vuestro natural. Sin embargo esta
irrupción, hoy, para muchos de ustedes, se hace cada vez más intensa, cada vez
más evidente. Cosa que hasta el presente, no era (al menos en esta última
generación) posible que a título individual, o para algunos seres que parecían tener
de alguna manera, visto desde el exterior, un destino especial, un papel quizá
de explorador de camino.
Hoy, quizá sabéis que
no hay camino, ni ruta y que todo esto forma parte de una historia, de un
acontecimiento colectivo, cuyas causas os son, por supuesto, ocultadas en todo
caso, hasta el momento en que este último velo se levante. Entonces, quisiera
atraer vuestra atención sobre el hecho de que no es necesario ni comprender, ni
analizar, ni siquiera saber, sino Ser enteramente lo que la Luz os conceda, es
decir Vosotros mismos. De esta Atención que no es una proyección de
Consciencia, sino más bien una Lucidez de cada instante. De igual forma que un
niño está obligado a llevar toda su atención a sus pasos para poder caminar, de
igual forma, hoy, los periodos de Silencio y lo que vosotros Vivís os llaman
cada vez más, a llevar vuestra Atención sobre los fenómenos que, para muchos de
vosotros, son nuevos y para otros quizá más antiguos, pero cada vez más
intensos.
Esto no es para
haceros rechazar lo que sea, sino más bien para haceros integrar vuestra vida
actual, entre sus límites del nacimiento y de la muerte, en un conjunto más
vasto. Que no comprendería solamente una memoria, un pasado, un porvenir y un
futuro, sino que engloba todo esto. Y, lo sabéis, para instalar esto, es
necesario aceptar no ser nada. En la Humildad, la Simplicidad, tal como os han
explicado THERESE, GEMMA y las otras Estrellas. Hoy podéis soltar nuestras
manos, podéis (si puedo decirlo) caminar solos. Nosotros estamos en vosotros.
Así, ciertamente, ha
sido durante este periodo de aprendizaje, muy feliz y placentero comunicar con
nosotros de diferentes formas, y os lo habíamos anunciado. Muchas voces se
expresan hoy para difundir lo que os decimos nosotros. Los que nosotros os decimos
no son solamente palabras, ni frases, ni conceptos, sino es más bien un estado.
Y ese estado predomina sobre cualquier sensación, cualquier percepción, sobre
toda explicación, sobre toda anticipación y sobre toda proyección. Cuanto más
estéis en resonancia, si puedo decirlo, con lo que vosotros Sois, y no
solamente en la percepción de nuestros contactos, o de esta Danza de Vida (que
se ha llamado la Onda de Vida o la Onda del Éter), de convertiros en esto, por
supuesto, pero no limitaros, tampoco a esto.
Esa aceptación es
vuestra Libertad. Esto marca en vosotros la ausencia de resistencias. Volveré
simplemente sobre algunos elementos que se os habían dado, hace algún tiempo,
por el amadísimo Juan, o SRI AUROBINDO, relativo al Choque de la Humanidad, esas
famosas cinco etapas que debían encadenarse una a la otra. Las habéis vivido de
diferentes formas, o no, pero hoy, en este Silencio que se instala cada vez
más, algunos tenéis la ocasión única, en cierta forma, de realizar esta
Transfiguración, esta Resurrección otros, esta Metamorfosis. Se realiza, diría,
ante vuestros ojos, en vuestra carne, por todo el mundo, con más o menos
resistencias (que como sabéis, son vanas) tanto en vosotros, como para todo el
colectivo de la humanidad. Hay otro colectivo que se ha llamado el Colectivo de
Uno, o Colectivo de los Niños de la Ley de Uno. Eso no concierne a los Hermanos
y Hermanas que estarían más Despiertos, más adelantados en un camino que no
existe, sino que éstos están simplemente ahí para mostraros que quizá antes que
vosotros, han dejado sus propios miedos, han soltado sus propias resistencias.
Que han ido hasta el Sacrificio de su persona, para acceder a lo que está más
allá de su persona.
Ciertamente en estos
casos, la comunicación, la Comunión, el diálogo es más fácil. Pero para
vosotros, Colectivo de los Niños de Uno que habéis vivido de diferentes maneras
estos momentos, estos instantes y estas experiencias, es necesario hoy prestar
vuestra Atención a no observar más lo que ocurre: de alguna forma, acogerlo,
dejarlo obrar, como la Luz obra en vosotros, pero también a nivel de vuestra
propia Consciencia, sea la que sea, como diría BIDI, vuestro punto de vista.
Ya no estáis más en
los tiempos de la Comunión o de la Unión, ni siquiera de la Disolución. Habéis
entrado realmente en los tiempos de vuestra Resurrección, Resurrección
individual y por supuesto colectiva. Pero en la trama del tiempo de este mundo,
no tenéis todos el mismo Tiempo: aunque descontéis el mismo tiempo, en relación
a vuestros días, meses y años, vuestro Reloj interior y vuestro Tiempo interior
no está siempre de acuerdo con el tiempo exterior. Pero más allá de estos
tiempos que corren y de estos espacios que se despliegan según vuestros
sentidos, Es otra cosa.
El momento, si no es
ya, vais a tener más facilidad de decir: “yo sé”, es el instante en que en
vosotros ya no se suscite ninguna cuestión, ninguna interrogación, ninguna
duda. Por supuesto, en tiempos más antiguos, esto se podía llamar fe, que
ciertamente era, con el Amor y la Esperanza, las virtudes más importantes para
“ir hacia”. Pero hoy, este mundo no va hacia, se convierte en su propia
Eternidad. Y eso solo puede hacerse desde un punto de vista que yo calificaría de
ilimitado, que abraza, sin restricción y sin resistencias, el conjunto de los
sufrimientos y de las alegrías de la Tierra, a fin de superarlas y de
Transcenderlas, y encontrar esta famosa Morada de Paz Suprema, Shantinilaya,
ahí donde todo es lleno y vacío a la vez.
Lo que quiere decir
que, durante este Silencio, en este tiempo que se despliega aun en vuestra vida
y en la vida de este mundo, os vais a encontrar cara a cara con vosotros
mismos, por supuesto, pero cara a cara con los dos tiempos y los dos espacios:
el tiempo lineal y el espacio tridimensional, el Tiempo que yo calificaré (a
falta de otro término) de Tiempo fuera del tiempo, y de Espacio indefinido.
Porque esta indiferenciación de la Consciencia misma, puede parecer, desde el
punto de vista de la persona (tanto limitada como establecida en el Sí) como un
abismo. Esta puerta, la famosa Puerta Estrecha, esa que se os ha evocado
durante el año pasado, está muy abierta. Pero solo vosotros como siempre,
podéis franquearla. Y no hay muchas formas de franquearla: sino dejar todo el
sitio a vuestra Eternidad, como Hijos Ardientes del Sol, Niños de la Eternidad
y Eternidad vosotros mismos.
Estos momentos que se
abren en vuestro espacio lineal del tiempo, son momentos benditos. Porque cada
día constataréis, no ya la intensidad de las Vibraciones, o de vuestras
posibilidades mismas de Consciencia, sino un estado sin igual. Y si no lo
habéis vivido, y en el instante en que lo viváis podréis entonces deciros: “era
esto”: por eso es necesario, yo diría, rendir las armas, las armas del
sufrimiento, las armas del placer. Lo que no quiere decir, por supuesto, según
vuestras vidas, por el momento aun, no ser afectado, no sufrir, no tener
placer, sino entender y vivir que no Sois nada de todo lo que ocurre de
vuestras penas y de vuestras alegrías, ahí donde estáis. Sino que Sois vastos,
más allá de toda posibilidad de percepción, vastos más allá de toda posibilidad
de vuestra Consciencia, aunque estuviese en el Sí, como dicen nuestros Hermanos
y Hermanas orientales.
Así, el Silencio va a
favorecer en vosotros esto, ese último descubrimiento que os hará decir, cuando
esto se realice (si no lo ha hecho ya), que de hecho, no había ningún
descubrimiento. Y que simplemente, el Silencio ha permitido la instalación de
la Eternidad. Porque las condiciones humanas, como cósmicas y Galácticas, están
sincronizadas con esto. Todo esto se ha explicado ampliamente, pero la
explicación no os hará jamás dar el último paso. La Onda de Vida os ha
acompañado con su Danza, con ciertos elementos que se os han comunicado por los
Melquizedec que no habían tenido la ocasión aun de expresarse por nuestras
diversas intervenciones sobre vosotros (sea en los nuevos canales, y aquellos
que se descubrirán aun en los días que vienen). Pero constataréis también, que
sean los que sean, los aportes y los soportes que se os den, por parte los
Hermanos y Hermanas de otras Dimensiones, o por los Hermanos y Hermanas de
vuestra dimensión, sean los que sean vuestras alianzas o desacuerdos, en
definitiva, el último sí solo lo podéis dar vosotros mismos.
Entonces, por supuesto, las circunstancias de este mundo son, y se
volverán, diría, cada vez más delicadas.
Pero ¿cuál importancia para ustedes, cuando hayan levantado este último
velo? ¿Cual importancia cuando es vivida más allá de la Consciencia,
finalmente la Eternidad?
Se han utilizado otras palabras.
Han sido empleadas para estimularlos. Recuerdo que a menudo ha sido
hecho escena de teatro, de ilusión, de Maya, y sin embargo, para aún muchos de
ustedes, es la única realidad en la cual están insertados, diría, de manera más
o menos permanente. Esto va a cambiar
cada vez más rápido, a vuestra velocidad, a vuestro ritmo. Según, una vez más, vuestras capacidades para
no resistir. Porque a lo que se resistan en este plan de vida, lo refuerzan y
limita vuestra Eternidad.
Entonces, ¿qué hacer? ¿Cual
técnica, cual respiración, cuál movimiento?
¿Cuál Entidad de Luz, cual Hermano o Hermana encarnado puede venir a
ayudarles? Respondería: Nadie absolutamente.
Absolutamente ninguno de nosotros, como absolutamente ninguno de vuestros
Hermanos y Hermanas encarnados. Porque
todo esto se realiza solo. Y una vez más, no les pido, ni les aconsejo, de ir a
lo alto de una montaña o sobre una isla desierta. Sino más bien de encontrar
esta soledad, en ustedes, a través del Silencio, cualesquiera que sean los
ruidos o las agitaciones de vuestro mundo o de vuestra vida.
Hagan la experiencia. Acepten, yo
diría, de jugar este juego. De imaginar,
de alguna manera lo inimaginable: que ustedes Son el único Creador. En la Humildad y en la Simplicidad. Y muy
rápidamente, durante este período de tiempo que va nos va a llevar a nuestro
día de Silencio.
Por supuesto, no les pido de no pensar, de no actuar, de no vivir este
mundo. Sino darse cuenta bien que en el
Silencio se encuentra la totalidad de los Mundos, la totalidad de las
Creaciones, como de lo Increado. Para
finalmente devenir el Alfa y el Omega, el Camino, la Verdad y la Vida. De reconocerse en Hijo Ardiente del Sol, que
puede decir que es también como el sol que calienta esta Tierra, que el Sol de
vuestro Corazón, que no solamente mantiene vuestra vida en este mundo, sino la
Vida de todos los Mundos que están también en ustedes.
Entonces, este último paso no es aún una Reversión más, o una etapa
adicional. Es simplemente lo que van a
Ver, no con los ojos (esto también se les ha explicado), no a sentir o a
concientizar, sino simplemente a acoger, a aceptar: vuestra Eternidad. Allí está la Resurrección, la vuestra, pero
también para el colectivo del humano.
Constatarán por otra parte fácilmente que, cualquiera que sea el
elemento o el evento que les afectará, necesariamente (cualquiera que sea, de
cualquier manera), verán muy pronto que tienen de alguna forma, un recurso
nuevo. Este recurso es vuestra
Eternidad. No como un sueño, o pensamiento,
o devenir, más bien la certeza, cada vez
más anclada en el campo de vuestra Consciencia, como en el Destello de
vuestra Divinidad, que de alguna forma, esta Divinidad va a devenir cada vez
más real, y mucho más real que vuestro tiempo efímero sobre esta Tierra.
Viviendo esto, constatarán, en este cuerpo, que todo eso no tiene ningún
sentido, si no es el de revelar el Amor que Son. Y de Entender, finalmente, que solo hay el
Amor. Y que todo el resto no son más que
las proyecciones más o menos idealizadas, más o menos carentes de Amor, pero
¿cómo el Amor puede faltar a sí mismo? Si no es así simplemente, por los
errores. Errores que han sido tenidos
por validos, y que han permitido experimentar, si se puede decir, ciertos
estados limitados de la Creación y de lo Increado, pero que en definitiva, nada
de todo esto puede concernirles. Y entre
más vuestra Eternidad se haga día, si se puede decir, más les será fácil
afirmarse y anclarse en esta Realidad.
Es de esta manera y de esta forma solamente, que no serán ya tocados por
los velos de la Ilusión, cualesquiera que ellos sean, o cualesquiera que sea su
apariencia, que la apariencia sea la alegría, el sufrimiento, la Vibración o la
expansión de la Consciencia misma.
Un día nuevo se eleva, y esperamos y sabemos que cada vez más numerosos,
entre ustedes, van a Despertarse. No por
experiencias, no ya por pequeños toques, sino de manera a veces abrupta,
implicando profundas reorientaciones. No de vuestras vidas, sino de vuestra
Consciencia misma, confinando y tocando a las fronteras incluso de la
Consciencia. Y más, empleando esta imagen, mas se acerquen de esto, mas estarán
en Paz, y mar estarán en la Vida. Incluso si lo que aparece como efímero muera
para ustedes, o para el conjunto del colectivo humano. Porque en este momento estarán ya insertados,
si se puede decir, en esta Eternidad. Y en esta Eternidad, no hay tiempo, no
hay espacio, porque de alguna forma, ustedes
se han Transcendido. La Eternidad es revelada. Diría, incluso que Ella
está de regreso en el seno de vuestra consciencia, y de este mundo.
El 18 de vuestro mes, en una semana, comunicaré verdaderamente, con cada
uno de ustedes que haga el intento y el
esfuerzo. Este intento y este esfuerzo,
es simplemente una aceptación. No lo
imaginen como algo doloroso, pero
asegúrense este Silencio, ya que me encontrarán, y se encontrarán. No
necesitaremos ya de palabras, de Comunión, de Unión, de mensajes, de Disolución
de lo que sea, ya que en este momento, lo sabrán. Y si no lo es en esta fecha propuesta,
lo será quizá más adelante, en esta linealidad, tal vez después.
Pero recuerden que a medida que ustedes son más a darnos la bienvenida,
a rencontrar la Eternidad, el movimiento será más (¿cómo se dice?), más rápido,
más vasto, y más amplio para ustedes, como para todos los demás, que son;
ustedes mismos, en otras etapas y en otros estados.
Dicho de forma más colorida: del grano de arena hasta todas las
galaxias, no hay espacio, no hay tiempo, porque todo está en el mismo Amor. A
pesar de que la diferenciación y el distanciamiento puedan mostrar
variables, diferencias, medibles y cuantificables, entiendan que eso pertenece
a una cierta fijeza. Debido a que la medida de un grano de arena, de una
estrella; de un grano de arena de un planeta a una estrella que la calienta,
obedecerá siempre a las constantes y variables que se reproducirán en el
tiempo, siempre, mientras que ustedes ya no están sujetos a eso.
Acojan el Silencio, cualesquiera que sean las circunstancias, para
encontrar el Amor que Son. El amor no se acompaña de reflexiones,
deliberaciones, interrogantes o especulaciones, de miedos y esperanzas. El amor
Es. Y si ustedes Son Amor, lo Son también. Y cuando el último velo se levante,
después de cruzar la Puerta Estrecha, que no sólo es pasar la Puerta Estrecha,
sino aún más, yo diría la instalación Eterna de vuestra propia Eternidad. ¿Qué
es, lo que lo efímero todavía puede aportar, así como alegrías o penas? Ustedes
están fuera de la ilusión, aquí en este momento. Y viven, si es que eso ya se
hizo, el hecho de ser Liberados Vivientes. En este momento, no se puede
considerar otra cosa que vuestra naturaleza, que es Amor. Todo lo demás les
parece cada vez más inútil, sin tener que barrerlo con un revés de mano, ya que
va a desaparecer por sí mismo.
Cuando ustedes sean más numerosos elevándose en el Canto de Amor y
de Unidad, de vuestra Presencia y Ausencia, eso se hará naturalmente. Esta es
la Gracia del Amor, la acción de Gracia. Que no solo los hará interrogarse
acerca de la linealidad del tiempo y la acción - reacción, y lo que llaman, sin
entender realmente el significado, el libre albedrío. Porque en ese momento,
serán plenamente determinados, y enteramente Libres: he ahí la Gracia. Ella no
está en una libertad de elección, una libertad de decisión, una libertad de
camino, una libertad de la vida en este mundo, yo estoy hablando de la
verdadera Libertad, la del Amor. Todo lo demás sólo son límites, todo lo demás
no es más que sufrimiento en definitiva. Mientras que allí, hay esta Paz que unas
y otras entre mis hermanas, tratamos de expresar con la mayor precisión y más
aproximado. Ahora lo que les queda es vivirlo plenamente y de forma permanente.
Por lo tanto, la Ascensión, que muchos de ustedes ya viven o han vivido,
pasará a ser, de alguna manera, más y más aparente, y adherente. En la Gracia
del Amor, en la Gracia de vuestra Presencia y de Ausencia a lo efímero.
Soy María, Reina de los Cielos y la Tierra, y estaré con ustedes, en
ustedes, y seré en ustedes, mucho más que eso. Para que ustedes lo vivan. Así
que les digo hasta ahora. Cada día, cada momento, cada área de su vida estará
plena de Vida, ya que es Eterna. Ésta es la única Verdad.
De nuestros encuentros una esperanza ha nacido, de nuestros Encuentros
nació un Despertar, de nuestros Encuentros nació una Liberación. Es tiempo
ahora de instalar la Libertad del Amor, ya que es nuestra naturaleza.
Soy María, Reina de los Cielos y la Tierra. Les digo por siempre, con
cada respiración, aquí y en otros lugares.
Y concluyo con estas palabras: nosotros somos Uno, no como una
afirmación, sino como vivencia. Como la única ley Verdadera y Eterna, saliendo
del marco de experiencias limitadas e ilimitadas, de toda Creación. Yo los
bendigo.
Dejo el lugar en pocos minutos a MA ANANDA, que proseguirá una
intervención que realizó, hace unos años en cuanto a la Reversión del alma, la
Reversión última del alma hacia el Espíritu, en estos tiempos especiales en su
vida y la vida de este mundo.
Amor y Luz para cada uno de ustedes, Amor y Luz para cada uno de
nosotros. Hasta siempre y hasta ahora, Los Amo.
Mensaje recibido y transmitido por ALTA de Altaïr.
Oficialmente Publicado por: Les Transformations