ADVERTENCIA

Nada de lo que leas, sin importar dónde está escrito,

nada de lo que escuches, sin importar quien lo dijo,

nada debes aceptar sin previo discernimiento y tú mismo debes decidir su veracidad.

Consúltale a tu corazón que él nunca se equivoca.

Discernimiento: Criterio o capacidad de distinguir los elementos que están implicados en una cuestión, como se relacionan entre sí como se afectan los unos con los otros y como cada uno de ellos incide en el conjunto.

lunes, 6 de agosto de 2007

6 de Agosto 2007 MARIA

Jean Luc Ayoun

MARIA
6 agosto 2007

Yo soy María, Reina de los Cielos y de la Tierra. Estoy aquí entre ustedes, queridos hijos, con el fin de hablarles del amor del corazón y del corazón del amor. Hay numerosas cosas que están en el corazón de una madre que son importantes. Esas cosas importantes que están a nivel del corazón son los elementos vitales, primordiales, que deben permitirles hacerlos regresar a vuestra Unidad, hacerlos regresar a vuestra Fuente, hacerlos regresar a vuestra divinidad. Es importante, queridos hijos, comprender que la puerta que conduce al cielo es la de vuestro corazón. Pero el corazón sirve para muchas cosas. El corazón es el centro, el medio del ser. El corazón es el centro de donde todo proviene y donde todo vuelve. Es la alteridad hacia la cual ustedes deben tender. ¿Cómo sabrán que se acercan de vuestra Esencia, de vuestra Unidad, de vuestra divinidad y pues de vuestro corazón? Lo sabrán a partir del momento donde no encontrarán más la alegría en la manifestación exterior de la vida sino en la manifestación interior de vuestra vida. Cuando la alegría nazca espontáneamente en ustedes, cualesquiera sean las circunstancias exteriores de vuestra vida ustedes se acercarán de vuestro centro, de vuestro corazón. La alegría es un estado de ser que no está ligado a una reacción, a algo que viene del exterior. La alegría es un estado de ser que los acerca de vuestro esplendor, de vuestro estado de ser fundamental. ¿Cómo sabrán que ustedes se acercan de vuestra Unidad? Cuando la alegría comience a irradiar de ustedes. Cuando no sepan ni comprendan por qué ustedes sienten la alegría, se acercarán entonces de vuestro centro, de vuestra divinidad.
En efecto no hay que confundir la alegría con las alegrías de la vida. Las alegrías de la encarnación pueden ser múltiples, pueden tener múltiples causas, tanto incluso como las causas de sufrimiento. La alegría llega más allá. Las alegrías que experimentan no son más que los retornos de la péndola de vuestra tristeza, no son más que las manifestaciones efímeras de lo que es una copia de la alegría, una copia, una muy pálida copia, de lo que es la realidad de la alegría interior. A medida que ustedes se acercan a esta divinidad que es la vuestra se darán cuenta que nada falta a vuestro ser, que ustedes son enteros, que están en totalidad con ustedes mismos y que, sobre todo, ningún acontecimiento exterior acarreará reacciones susceptibles de hacerlos salir de esta alegría. La alegría es Unidad, la alegría es fluidez, la alegría es contemplación, la alegría es también acción. Ella es radiación, esplendor e irradiación de vuestro ser profundo. La alegría es la puerta del amor. La alegría es la puerta de la Unidad. En la alegría se resuelve el conflicto del sufrimiento, de la tristeza pero también de los placeres. La alegría es pues Unidad, la alegría es pues la clave, la que permite al amor irradiar, dejar la divinidad entrar en ustedes y obrar a través de ustedes en una forma de purificación que es la radiación, esplendor, luminiscencia de vuestras células, de vuestro ser interior.
Pronto, muy pronto, queridos hijos, tendrán la oportunidad, por la vibración que viene hacia ustedes en este mismo momento, y la que viene desde algún tiempo sobre este planeta, tendrán la oportunidad de acercarse lo más cerca del tabernáculo del amor. La alegría no puede engañarlos, la alegría no puede asustar, la alegría es una exultación del alma y no las alegrías de la personalidad. Todo lo que se acerca de la alegría los hace entrar en Unidad, en fluidez. Las cosas se vuelven simples puesto que, a nivel de la alegría, no puede haber conflictos, no puede haber oposiciones, todo se resuelve en la Unidad del divino creador que mi divino hijo ha ilustrado, el estado Crístico. Eso les es prometido, queridos hijos. Ustedes llegan al alba de un día nuevo. Van a salir pronto de la sombra y de la penumbra en la cual estaban para entrar en los dominios inmaculados de la alegría, en los dominios del amor divino.
Les corresponde vaciar vuestro corazón de lo que no es la alegría, vaciar vuestro corazón de vuestras pasiones, de vuestras atracciones, de vuestros rechazos con el fin de dejar libre sitio a esta hora gloriosa que viene hacia ustedes, con el fin de encender, en ustedes, vuestra lámpara más íntima, vuestra divinidad. Esta divinidad que había sido sofocada por las cadenas y los velos de la encarnación, por las vías y las cadenas puestas por diferentes acciones/reacciones desde tiempos muy antiguos donde ustedes habían decidido ir al encuentro de vuestra oscuridad, al encuentro de vuestra ausencia de Luz, aunque guardando en lo más profundo de vuestro ser la capacidad para velar, para dejar esta Luz que, un día, debía despertarse. Y esta hora ha llegado, ahora, queridos hijos. Les conviene dejar abrir vuestro corazón con el fin de recibir lo que les es debido. Ya que de toda eternidad ustedes son hijo de la Unidad, ustedes son hijo de la Fuente e hijo de la divinidad. Solo las máscaras puestas por la encarnación les han hecho creer que ustedes no son eso. Y sin embargo, hoy, cuanto les es duro de creer que son eso puesto que ustedes lo son realmente. Pero la ruta fue, para algunos de ustedes, extremadamente larga, extremadamente peligrosa, extremadamente umbría.
Es conveniente aceptar la gracia que se les hace puesto que es una gracia, queridos hijos. El divino creador no quiere más que sufran la ausencia de la Luz en ustedes y alrededor de ustedes. Vean donde conduce este mundo de iniquidad, este mundo de sufrimientos, este mundo de ilusiones donde se les ha prometido siempre más felicidad material, goces materiales. Qué de sueños, qué de ilusiones para intentar engañar vuestra lámpara interior. Y sin embargo, queridos hijos, qué de experiencias vividas. De fracasos en realizaciones ustedes avanzan sobre este camino desde hace muy mucho tiempo. Es tiempo de entrar en vuestro camino para entrar en vuestra verdadera verdad, vuestra verdad primera que es Unidad, que es Luz y que es felicidad. Es conveniente no mirar más detrás de sí, no mirar más quiénes eran ayer. Es conveniente mirar en el instante, en profundidad de quienes son ustedes, puesto que el Espíritu Santo sopla en cada una de vuestras células. ¿Reconocerán el llamado del corazón? ¿Reconocerán el llamado de vuestro divino salvador? ¿Reconocerán el llamado de la Luz? Sepan, queridos hijos, que serán libres totalmente de salir del camino de la experiencia para entrar en la vía de gloria. Pero serán libres también de continuar vuestro camino de experiencia si tal es vuestro deseo. No hay punto de juicio, no hay punto de fracaso, punto de éxito, solo hay elecciones libremente consentidas hechas en toda conciencia. Elijan lo que elijan, recibirán, de todas maneras, mi amor, mi bendición y la bendición del Padre.
Les corresponde ser libres totalmente de vuestras elecciones pero quiero que sepan cuánto nosotros esperamos, desde nuestros planos vibratorios, que ustedes sean extremadamente numerosos en volver a nosotros. De volver en esas bodas celestiales, esas bodas cósmicas que representa la creación en su conjunto más allá de los planos de división en los cuales ustedes caminan. La encarnación es un mundo rudo, un mundo de experiencias, un mundo de olvido donde algunos de ustedes han olvidado su divinidad, han olvidado su Fuente. Pero no es más que un olvido, nada se ha perdido, todo se encuentra. Queridos hijos, he aquí lo que tenía para decirles y yo querría responder ahora a vuestras preguntas, no personales, sino a vuestras interrogaciones de alma sobre el sentido de la Luz, el sentido del camino, el sentido de la experiencia, el sentido del regreso puesto que la hora ha llegado. Han llegado ahora al término de la experiencia. Están ahora en esos instantes de elección tan esperados y a la vez tan temidos, que vuestras almas, inconscientemente, esperaban antes de descender aquí abajo hace muy mucho tiempo. Entonces, es sobre esas interrogaciones que deseo ayudarlos a ir hacia vuestra alegría, a ir hacia vuestro corazón, hacia vuestra Esencia, vuestra Unidad, vuestra divinidad, hacia lo que ustedes nunca han cesado de ser en otras dimensiones. Queridos hijos de la Luz les dejo ahora la palabra.

Pregunta: ¿qué es lo que puede acercarnos todavía más de esta Esencia, de esta alegría?
Eso, ustedes lo saben, es abandonar la experiencia, abandonar la duda, abandonar el miedo, abandonar lo oscuro por la Luz. Eso no es un trabajo que ustedes hacen desde tantas y tantas encarnaciones. Esa es una decisión de abandono a la Luz con el fin de que la voluntad del Padre los inunde. Es realmente no un trabajo sino una elección. ¿Aceptan ustedes eso? Ustedes pueden siempre luchar contra la sombra pero se les pide hoy abandonarse a la Luz puesto que ella está ahí. La hora del despertar ha sonado. Pronto, muy pronto, en un día importante de este mes de agosto vivirán eso en vuestro corazón. Eso es parecido para todo ser humano. No hay en ese nivel algo personal pero sí un fenómeno místico que concierne el conjunto de la humanidad.

Pregunta: ¿qué es lo que nos empuja a querer continuar esta experimentación?
La sed de Luz, la ausencia de Luz. La sed de Luz y la ausencia de Luz los conducen a experimentar los lados sombríos de esta dimensión en la cual ustedes se han proyectado en toda libertad. A partir del momento donde han adherido, por una elección libremente consentida, a una dimensión dada, ustedes deben experimentar un cierto número de etapas. Esas etapas han podido haber sido llamadas la caída y la redención. Mientras que ustedes no estén satisfechos en la intensidad de vuestras experiencias, continúan vuestras experiencias. Llega un día, a fuerza de sufrimientos, a fuerza de ilusiones no realizadas, a fuerza de miedos que ustedes llegan a desear la Luz más que toda otra cosa. Numerosas almas llegan hoy, de  manera sincrónica, a esta sed de Luz porque el camino para muchas almas llega a su final.

Pregunta: ¿ese día del cual acaba de hablar es el 15 de agosto, día de vuestra fiesta?
Hay, desde el principio de julio, un período de 42 días que se termina justo antes del 15 de agosto y que corresponde a un período intenso de esta efusión de Luz, efusión de alegría, efusión de trascendencia que ha venido hacia ustedes, queridos hijos. El fin del período de efusión corresponde al período de las elecciones. Estas serán ancladas definitivamente en ustedes en la espera del momento oportuno. El 13 de agosto, el 14 de agosto y el 15 de agosto de vuestro año corresponden a tres días extremadamente importantes. Es raro que una madre como yo les dé las fechas. En numerosas apariciones, en numerosas canalizaciones, en numerosos mensajes, recibidos de diferentes maneras por diferentes almas, siempre ha sido dicho que nadie conoce ni la hora ni la fecha pero, por los movimientos particulares ligados dentro de vuestra esfera de vida, hay fechas que están marcadas por una piedra blanca ya que éstas están inscritas de toda eternidad. Ellas no dependen de la evolución individual o colectiva humana sino están inscritas en los astros, en los mecanismos planetarios y celestes. Así es el caso de este período. Ustedes llegan al último decanato del signo del león. Van pronto a pasar a otro signo que inaugurará un nuevo ciclo. Esto está inscrito por el mecanismo celeste, por la voluntad celestial, también, que se traduce por este mecanismo celeste.

Pregunta: ¿esta sed de Luz es suficiente?
Suficiente por ella misma ciertamente. Dios, en su divina providencia y en su equidad y su medida, no puede hacer las cosas de manera insuficiente.

Pregunta: ¿se puede llorar de alegría?
El llanto puede ser la traducción de la alegría. La alegría es un estado de ser pero la personalidad puede reaccionar por lágrimas, risas, danza. Es la reacción a la alegría. Se les ha pedido en alguna parte danzar en la Luz, llorar en la alegría. A medida que ustedes avancen hacia vuestro centro, vuestra Unidad, que encuentren vuestro niño interior, se darán cuenta que se volverán cada vez más ligeros, se volverán cada vez más transparentes, se volverán cada vez más indiferentes al medio ambiente, a los otros, a todo lo que no es la Luz y es así que el mundo desaparecerá para los que subirán en la Luz.

Pregunta: ¿cómo conciliar el hecho de tomar distancia aunque siendo sensible al medio ambiente e interactuando en este medio ambiente?
La distancia no es la indiferencia. Querer actuar sobre el medio ambiente, querer intervenir sobre el medio ambiente es ya un acto de apego. “Busquen el reino de los cielos” decía mi divino hijo. Más ustedes buscarán el reino de los cielos, más vuestro esplendor transformará el medio ambiente. Por el contrario, si ustedes buscan modificar el medio ambiente sin buscar el reino de los cielos, se apegarán al medio ambiente, serán dependientes del medio ambiente. Hoy se les pide dirigirse enteramente hacia vuestra interioridad. Dejen, el tiempo de encontrar lo que ustedes son, el medio ambiente, el exterior y, en ese momento, se darán cuenta que pueden realmente transformar el medio ambiente sin quererlo, estando simplemente en esta dimensión de alegría, de amor y de esplendor porque ustedes habrán encontrado vuestra Unidad. Serán mucho más útiles al medio ambiente encontrando vuestra propia Unidad que queriendo actuar sobre este medio ambiente.

Pregunta: ¿no hay riesgo de “volver la espalda” al sufrimiento?
Querida hija, ¿eres tú el Cristo? Querida hija, ¿tu rol es otra cosa que salvarte a ti misma? ¿Tu camino es otra cosa? En estos tiempos, recibiendo la Luz que el divino creador te ofrece, podrás mucho más fácilmente salvar lo que debe serlo, reconectando lo que eres antes que queriendo actuar con lo que tú eres. La diferencia esencial está en eso. Yo no hablo de salud del alma, hablo de encontrar su alma. Mi hijo decía también “los que querrán salvarse se perderán”. Yo no hablo de querer salvarse, yo hablo de encontrar su alma. Encontrar su alma es la mejor manera de irradiar este amor que ustedes buscan. No hay otra alternativa.

Pregunta: ¿nuestro cuerpo físico vivirá las transformaciones cuando la luz llegue?
Las transformaciones físicas están acá desde numerosos años, querido hijo. Solo la transición se decidirá en el último momento hacia el cuerpo o sin el cuerpo. ¿El cuerpo pasará él también a la quinta dimensión? Pero yo les certifico que cuando el cuerpo habrá alcanzado este estado de conciencia particular ustedes no mirarán ya para nada el cuerpo de la misma manera. Estarán muertos y viviendo a la vez y decidirán entonces elegir, volver a poner la nueva realidad en otro cuerpo o en este cuerpo. El lugar del cuerpo, vuestro templo hoy, va a cambiar. El templo no estará más a nivel del cuerpo, incluso si éste se vuelve luminoso. El templo será vuestra alma, esta efusión del alma que se volverá totalmente consciente.

Pregunta: ¿no es el ego que es el principal obstáculo a la divinidad?
El ego ha sido la herramienta de vuestro regreso a la divinidad. Es la conciencia de vuestra personalidad que, por el sufrimiento de la separación del alma, conduce este ego un día a pedir la divinidad. Más que “ego” la palabra “apego” es mucho más requerida. Son vuestros apegos al ego que perjudican a la eclosión de vuestra divinidad pero ciertamente no el ego como parte de vuestra personalidad.

Pregunta: ¿cómo se articulan alegría, amor, emoción?
Yo he diferenciado bien la alegría y las alegrías. La Alegría es un estado de intase, de divinidad interior revelada que no tiene nada que ver con vuestras alegrías exteriores, materiales. El amor es un estado, no es una emoción. La emoción es una reacción activada por un estímulo exterior. El amor es atracción que viene de lo más profundo de vuestro ser, para unirse a una Fuente, pero no en reacción si no es a vuestros sufrimientos pero no es algo inmediato. El amor no está ni en el presente ni en el pasado ni en el futuro sino en otro estado vibratorio. El amor es un estado de ser, de trascendencia, una verticalidad que encuentra una horizontalidad, tal como eso ha sido ilustrado por la cruz. Es el lugar donde se está al centro que genera el amor. En ese sentido mi divino hijo ha dicho “los que querrán salvarse se perderán” porque no es cuestión de salvar lo que sea sino de querer encontrar su Esencia, encontrar su sentido, encontrar su Unidad. La alegría es el marcador de esta Unidad. La alegría no son las alegrías. Esta alegría participa también de un estado interior independiente de todo estado exterior. Sino no es la alegría sino las alegrías. La palabra alegría es muy limitada para traducir la verdadera alegría interior. En otras lenguas tienen otras palabras para definir esto pero es la misma palabra que define una alegría cualquiera de la alegría divina y sin embargo hay tanta distancia, tanto como entre el amor horizontal entre dos seres humanos que se aman y el amor vertical por el creador, por la divinidad. No se trata de lo mismo y sin embargo es la misma palabra.

Pregunta: ¿cuáles son los elementos que nos permitirían desarrollar mejor la maestría?
No hay trabajo. La maestría es abandono, ignorar todo lo que no es el corazón. Es hacer el esfuerzo de entrar en el corazón y eso es una decisión de conciencia.

Pregunta: ¿podría hablarnos del perdón?
El perdón es dejar al otro libre. Es dejar las circunstancias de la vida libres para con nosotros. Perdonar es liberarse. Perdonar es amar. Perdonar es transmitir la gracia de la liberación. Sin perdón no puede haber la gracia de la liberación. Sin perdón no puede haber alegría. El perdón es gracia, el perdón es la llave que abre el amor. Ustedes deben perdonar a todo lo que es, lo que ha sido en contra de vuestro camino. Deben perdonarse a ustedes mismos. Deben entrar en comunión con ustedes mismos y el perdón es la herramienta de esta comunión con ustedes mismos. Deben absolverse y no condenarse. Deben lavar vuestros vestidos de todo pecado por la gracia del amor, por la gracia del perdón. El perdón es acto de trascendencia. El perdón es un fuego que quema todos los lazos, el perdón es un agua refrescante que viene a cicatrizar todas las heridas. Las sombras son aclaradas por el perdón.

Pregunta: ¿vuestra energía está realmente presente en la región parisina donde habría una roca de Lourdes?
Si tal es vuestra creencia eso lo será. Todo está en la potencia de la intención que ustedes le pongan. Que esa piedra sea de Lourdes o de no importa dónde lo más importante es la intención que ustedes le pongan. Si tienen necesidad de una forma para mi esplendor, esta forma será portadora de mi esplendor. Ustedes son potentes más allá de todo lo que puedan imaginar. La potencia de vuestra intención puede crear mundos o destruir mundos.
Queridos hijos, les aporto mi bendición pero voy sobre todo a aportarles mi esplendor. Les pido quedar abiertos y no acoger tampoco mis palabras sino la vibración que va a pasar ahora al corazón de vuestro ser durante un cierto tiempo. Sean pacientes, sean acogedores, estén en la alegría, estén en el perdón y reciban ahora, en este instante de gracia, la revelación de la presencia. Queridos hijos, les doy mi paz, les doy mi alegría. Reciban todo mi amor. Yo les digo hasta pronto.
Original en Francés  www.autresdimensions.com