Jean Luc Ayoun
RAM
"Sobre el Flujo y Reflujo de nuestra conciencia"
7 de Diciembre 2008
Yo soy RAM. Reciban mi paz. Reciban mi bendición. Vengo a continuar en
medio de ustedes con mi enseñanza y mi instrucción sobre una de las cosas
capitales para todos los aspirantes a la Luz y a la paz eterna. Les he hablado
bastante a propósito del silencio, de la interioridad. Mi conciencia está conectada, por lo que yo
soy, al elemento aire. El Silencio, a propósito del cual me he expresado mucho
tiempo, es el medio privilegiado, para el ser humano en encarnación, de encontrar,
reconocer y reconectar al ser interior. El ser interior puede también ser
llamado “el niño interior”, el ser divino. Ustedes han asumido a través este
cuerpo, incluso yo lo he hecho durante mi última vida, un velo llamado
“materialidad”. Toda materia que pueden
tocar, en esta dimensión donde viven, está vinculada a la ocultación de la Luz.
La materia de vuestro cuerpo, de lo que ustedes tocan, no es eterna. Esta materia es una etapa.
Esta materia ha necesitado de vuestra presencia a fin
de revelar la Luz que está oculta. La encarnación más allá de las contingencias
y las limitaciones vinculadas al Karma, tiene un propósito último y esencial
que es de espiritualizar, ustedes emplean la palabra “ascensionar” la materia
que debe iluminarse del interior. De la
misma forma, el ser humano en encarnación que recorre la materialidad no tiene
otro propósito que revelar su propia Luz. Este es un proceso alquímico
extremadamente largo haciéndose en tiempo terrestre sobre decenas de miles de
años.
Sin embargo existen los ciclos, incluso en esta
materia de la que forman parte. Hay los momentos privilegiados a nivel de estos
ciclos. Estos momentos privilegiados se
sitúan en los momentos claves de la evolución de la materia. El primer momento
clave que yo llamaría “precipitación” o “cristalización” es el descenso del
Espíritu y del alma humana en la materia. El otro momento clave, que es por lo
tanto cíclico, se sitúa al otro extremo del ciclo. El es “ascensión” y “subida”.
La precipitación o cristalización y la subida son los momentos precisos,
inscritos en las mecánicas de las estrellas y de los planetas, reproduciéndose
según los universos, en los tiempos y los momentos extremadamente
precisos. Ustedes están en un momento
preciso llamado “fin de ciclo”. Ustedes entran de lleno en un elemento temporal
donde todo lo que es exterior a vuestro ser interior debe vivir un espacio de
resolución, un espacio de concientización que corresponde a la irrupción de la
Luz en la materia. Este proceso
colectivo solo puede estar ligado a los mecanismos planetarios. Este mecanismo
planetario, al momento de la precipitación de un ciclo o de la ascensión de un
ciclo, está ligado a un reloj planetario.
Yo podría, pero este no es mi papel, develarles de manera muy precisa el
desarrollo de estos tiempos.
Pero lo más importante, lo esencial no es el
desarrollo exterior sino el desarrollo interior. En estos momentos de fin de
ciclo, de inicio de ciclo, es esencial de regresar al interior de uno-mismo. La
solución para la encarnación, para el sufrimiento, nunca se encontrará en el
exterior. Muchos maestros que han venido a hablarles, por medio de este mismo
canal, han insistido enfocados sobre la noción de esta mirada interior, de esta
reversión del sentido mismo de vuestras prioridades. Muchos maestros han dicho
también que lo que ustedes viven en esta encarnación podría ser llamado la
Ilusión. Esta ilusión tomó forma por la ocultación de la Luz. La precipitación
en la materia corresponde a este proceso inicial. La precipitación ha correspondido
por lo tanto a una reversión del interior hacia el exterior. En el fin del
ciclo, la reversión debe efectuarse en el otro sentido: del exterior hacia el
interior. No puede haber mirada interior mientras que vuestra mirada se porte
sobre el exterior. ¿Cuál es el elemento,
la herramienta que ha permitido la exteriorización de vuestra interioridad, que
ha cambiado la polaridad de la mirada? Entiendo por “mirada” al conjunto de los
fenómenos que vienen a habitar vuestra
conciencia. Esta mirada, de la cual han tenido la experiencia en el curso de
muchas vidas, solo ha tenido un objetivo
que es el momento que viene hacia ustedes y que es por lo tanto el regreso a la
interioridad.
La herramienta que ha permitido la exteriorización es
vuestro mental. La herramienta que debe permitirles hacer el movimiento inverso
no puede en ningún caso ser el mental ya que el mental está vinculado al
proceso de exteriorización. La interiorización, el acceso a la interioridad,
solo puede hacerse cambiando la mirada.
La mirada exterior debe devenir la mirada interior. La mirada interior no es introspección, no es
un análisis de lo que pasa en el interior. Ustedes tendrían tendencia a
asemejar esto a la capacidad que tiene el ser humano de reflexionar pero
reflexionar solo es la reflexión, reflexionar solo es una deformación más o
menos grande de la realidad. La
interioridad es por lo tanto un estado particular donde la conciencia va a
decidir portar su mirada en el interior. El único medio que poseen de acceder a
esta mirada interior es el silencio. He hablado durante mis numerosas
intervenciones. Los haré vivir, durante vuestras preguntas, la respuesta por
las palabras, después la respuesta por el silencio, y finalmente la respuesta
por la Luz. El silencio no es únicamente el silencio de las palabras pero es
también el silencio de toda reacción y voluntad de acción sobre el exterior.
El silencio no
es la ausencia de movimientos. El silencio es un movimiento de la conciencia,
de la energía y de la vida hacia el interior allí donde se esconde, esperando
vuestro regreso de conciencia, el niño interior o el ser divino. Toda acción de un ser humano está
condicionada por un conjunto de sistemas, de
andamiajes creados por el mental.
El mental es el obstáculo el más duro que bloquea el acceso a vuestro
ser interior. Hacer silencio es por lo
tanto una dinámica que les lleva a invertir, por una reversión, el flujo de
vuestras energías orientadas hacia la manifestación y la encarnación, hacia el
interior. Esta noción de reversión de
flujo, ustedes están llamados a vivirla.
La respuesta que aportarán es totalmente libre, totalmente no hay ni
sanción, ni noción de gradación o de valor de esto.
El ser interior, el acceso a la interioridad por el
silencio, por la inversión del flujo, va a permitir poner en movimiento, en el
interior de vuestra materialidad que es este cuerpo, una dinámica y una
dimensión nuevas que ha sido llamada “el corazón”. El corazón es el centro. El
corazón es la fuente de vida y el impulso de vida. Todo proviene de el y todo regresa a el. La problemática es que vuestro mental (que
existe por la gracia de la precipitación inicial) se ha construido, y cimentado,
durante los tiempos de vida extremadamente numerosos, para lograr que ustedes vean al exterior, también
en los funcionamientos de un grupo social, de la sociedad, de un país o de toda
la humanidad. Sin embargo, cualesquiera
que sean las construcciones, estos andamiajes variados presentes en la
materialidad, son un obstáculo mayor al acceso a vuestro ser interior por una
razón que es extremadamente simple: el mental es la herramienta de prensión y
comprensión del exterior. No será nunca el elemento de comprensión de vuestro
ser interior incluso si una cierta forma de ilusión tiende a mantenerlos en la
ignorancia de este hecho. Los sistemas
religiosos, los sistemas que han permitido la elaboración de esta sociedad en
la cual viven, solo han sido posibles por el mental. El mental conciente de su
rol en la exteriorización no puede tener ningún rol en el movimiento inverso
pero va a tender a hacer perdurar, de manera no necesaria, la existencia de
esta materialidad privada de Luz.
Ustedes deben aceptar y experimentar lo que pasa durante el silencio.
Son ayudados grandemente a la vez por muy numerosos seres perteneciendo a otras
dimensiones que, hoy, han invadido literalmente el espacio planetario terrestre
a fin de preparar la solución que ustedes habrán adoptado.
Esta solución es de tres órdenes para todo ser
viviente en la superficie de este planeta.
La primera solución es la persistencia de la actividad exterior
encarnada, privada de Luz. Esta puede ser vuestra elección, es la elección la
más grande y de la inmensa mayoría de la humanidad que desea proseguir la
experiencia de la separación, de la división y del mental. La segunda opción,
no se hará posible, no por una decisión de vuestro mental, sino por la
capacidad que haya tenido vuestra conciencia de encontrar la interioridad. Esto
se acompañará de un principio llamado “disolución”. La disolución no es la
nada. La disolución es el mecanismo de la desaparición de la ilusión construida
por el mental. Solo podrán acceder a esta opción y vivir esta opción si han
hecho suficientemente el silencio a fin de que vuestra mirada deje el mundo de
la dualidad y de la manifestación a fin de volverse hacia la unidad y la
integración. Esto necesita el abandono de vuestras prerrogativas mentales. Esta
noción de abandono no es del control: no pueden controlar el mental por el
mental, por las emociones. No pueden limitar la mente por sí misma. La clave
para parar el mental solo se encuentra en medio de vuestro pecho, en el centro
del ser. Solo pueden acceder a esta dimensión de la divinidad si las
construcciones mentales, creadas por el mental, desaparecen. No les es pedido
dejar lo que viven sino cambiar de estrategia, de cambiar de mirada. La
condición previa para vivir esto es, y será de toda eternidad, el silencio y la
reversión.
Lo que deben vivir, a título individual, debe vivirse
en el conjunto de vuestro sistema solar.
En efecto, no es solo la Tierra la que está afectada por este proceso de
reversión y de exteriorización. Ustedes están al exterior de la vida. Son seres exteriorizados. La exteriorización
hace parte de la experiencia. Tienen en vuestro tiempo terrestre, todo vuestro
tiempo para continuar la experiencia, si tal es vuestro deseo. Pero si el llamado del corazón, el llamado de
vuestro ser interior, de vuestro ser divino, del niño interior es de vivir otra
cosa, si hay en vuestra conciencia la aspiración al paro del sufrimiento, la
aspiración a la alegría eterna, la aspiración a la verdadera Luz, entonces,
deben comenzar la reversión y la interiorización de lo que son.
Esto no es una técnica, esto no es una herramienta,
esto es mucho más que esto ya que este movimiento de flujo inverso permite
pasar de la multiplicidad a la unidad. Allí se encuentra la fuente que va a
aliviar vuestra sed de eternidad y de divinidad. No pueden encontrar a Dios, encontrar la Luz
auténtica, sin esta mirada interior, sin el paro total del mental. No hay otra
alternativa. Las estrategias del mental,
a nivel colectivo, han sido de crear un conjunto de sistemas, de andamiajes que
les permiten creer que con la herramienta mental, van a poder llegar a alguna
parte. La herramienta mental no está hecha para llegar a alguna parte. La herramienta mental está hecha para vivir
la experiencia y nada más. ¿Desean parar
la experiencia? ¿Desean continuar la experiencia de esta dimensión? Esta es
vuestra elección. Pero, imperativamente, si ustedes hacen la elección del ser
interior, de la divinidad, de la ascensión, solo podrán vivirla si en el
momento donde la Luz se vierta sobre el conjunto del sistema solar sean
capaces, muy rápidamente, de voltear vuestra mirada exterior hacia el interior.
Esto no puede hacerse que a través del silencio, cualquiera que sea el barullo
del mundo.
La Luz viene hacia ustedes. La Luz viene a disolver la
sombra y por lo tanto disolver el mental. El mental pertenece innegablemente a
la sombra y al mundo de la manipulación. El mental puede también hacer alarde
de algunos de los atributos de la Luz para mantener la ilusión pero la Luz
mental no es la Luz divina. La Luz mental es la Luz de la cabeza. La Luz divina es la Luz del corazón. La Luz
mental les hace comprender el mundo en el cual viven. La Luz mental los ayuda a
avanzar en las tinieblas. En ningún caso ella puede aceptar que vivan la Luz interior.
Así se ilustra de esta forma que ustedes habitan una lucha. Una lucha se hace en vosotros y va a hacerse
en vosotros entre vuestras aspiraciones las más internas y, yo diría vuestros
demonios exteriores. Si no han apaciguado suficientemente a través del
silencio, si no han calmado suficientemente esta exteriorización, llegado el
momento, tendrán una incapacidad casi total para penetrar en vuestro santuario
interior. La única solución a la encarnación se encuentra en este nivel.
El silencio les permite, además, calmar muchas otras
cosas que el mental. El mental no quiere este silencio ya que solo está a gusto
en el barullo. El no está a gusto y solo
florece en la contradicción, la comprensión, la división. Va incluso a
servirse, en ciertos casos, de vuestra divinidad para hacerlos hacer juicios de
valor sobre el bien y el mal. El bien y el mal que no son más que el reflejo de
ciertas luchas en esta dimensión. Pero si vuestra conciencia se eleva mucho más
allá de las limitaciones de la encarnación, se darán cuenta muy pronto que el
bien y el mal solo son una ilusión mas. Esta dicotomía entre el bien y el mal mantienen
la manifestación y la dualidad. El
cambio interior, si lo desean, va a hacerlos darse cuenta que no hay bien ni
mal, que todo es perfecto en la unidad, en la verdadera Luz. El peligro de toda
forma de conocimiento es de caer en la ilusión de la Luz mental. Esto es extremadamente importante.
Deben hacerse la pregunta de lo que desean, ustedes,
como conciencia y no lo que desea vuestro mental, ya que el les responderá
inexorablemente la misma cosa. El les
dirá: equilibrar el andamiaje de vuestras vidas, equilibrar lo afectivo,
equilibrar los valores materiales como el dinero, encontrar un lugar que les
plazca para vivir. Y van a ir a adherirse a esto, olvidando incluso, que
ustedes son seres de Luz auténticos y verdaderos. Esto no es inútil ya que ¿Qué
sucede durante la exteriorización en esta dimensión? Van a reforzar, por un
fenómeno de privación de Luz, la Luz interior ya que la Luz nunca desaparece.
Pero ¿Qué pasa cuando comprimen, añadiendo capa sobre capa de la ilusión mental
de vuestras construcciones? Ustedes comprimen cada vez más la Luz en vuestro
interior pero ella nunca puede extinguirse ya que ustedes son, de toda
eternidad, los seres de Luz. Entonces a medida que pongan de manera imaginaria,
las vestimentas sobre ustedes para protegerse del sufrimiento, para protegerse
de este mundo que ustedes mismos han creado, a medida que vayan a ponerse las
vestimentas, las capas de creencia, las capas de materialidad, las capas de
protección, van cada vez más a comprimir la Luz. Ella va a asfixiarse pero nunca a
extinguirse. Y esta compresión de la Luz va, por los mecanismos del mental, en
un momento dado, a permitir una explosión.
Si han puesto suficientes capas, paradójicamente, la explosión será más
fácil, a condición que la acepten.
La Luz está tan comprimida en el interior que existe
un estado de inestabilidad extrema. Esto es lo que viven dentro de sí mismos.
Es también lo que pasa, no sobre la Tierra, pero sobre el conjunto de vuestro
sistema solar, por los fenómenos astronómicos extremadamente potentes. La
emisión de la Luz a nivel del sol (que es la encarnación de la Luz divina en lo
que ustedes ven) está comprimida por la
materialidad. Pero, en un momento dado, el grado de compresión deviene tan intenso
que la Luz solo puede salir por sí misma y escaparse para ir allí donde ella
debe ir, es decir sobre la Tierra y sobre los otros planetas. Este movimiento cíclico, como lo dije, solo
es posible por un mecanismo celeste
particular, no relacionado a los desplazamientos de planetas particulares,
escapando a los ciclos de revolución solar pero estando relacionado a un
proceso particular cíclico, una vez más, que solo se reproduce cada 52.000
años.
Ustedes están sumergidos, desde hace algunas semanas
de vuestro tiempo terrestre, en este fin de los tiempos. Tiempos descritos, tiempos develados de
diferentes maneras, en todos los tiempos, por los seres que han tenido acceso a
su interioridad. No se demoren mucho tiempo observando, mirando a lo exterior
ya que, obviamente, en estos períodos de sufrimiento de la materialidad, hay como una avidez del mental de apoderarse de lo
que pasa en el exterior. Pero lo que
pasa en el exterior es exactamente lo mismo que pasa en vuestro interior. Esto
es, “simbólicamente”, el combate de la sombra y de la Luz ya que la Luz
auténtica jamás combate. La Luz
simplemente es. La Luz no es acción. La
Luz es un estado. A partir del momento donde quieran combatir la sombra, o la
materialidad con la Luz, esto también es una ilusión del mental (algunas veces
eficaz) pero esto no es la solución. La solución está en el abandono a la Luz
que se hace gracias a la herramienta del silencio. El silencio va a permitirles
entrar en resonancia, mucho más rápidamente que cualquier otra cosa, con la Luz
auténtica que ustedes son. El mental va a hacer todo para impedirles, de una u
otra manera encontrar lo que ustedes son ya que el sabe muy bien que cuando se
revela el ser interior, el mental está sometido a la voluntad de la Luz
revelada. El mental no desaparece. El
desaparecerá después de la disolución y después, si tal es vuestro deseo, de la
ascensión.
Pero el mental, a su vez, va a devenir cuando ustedes
hayan alcanzado la interioridad, un servidor de vuestra conciencia y no a la
inversa. Ustedes son seres multidimensionales, son seres de Luz, esto lo saben,
pero vuestro mental también lo sabe y el sabe también que esta Luz pone en
peligro su propia existencia. Por lo tanto, el va a crear su propia Luz. Va por lo tanto a crear sus propias
oposiciones o dualidades que van a encontrar en vuestro mundo exterior.
Entonces, la única forma de no dejarse atrapar por el que quiere ser el
maestro, pero que debe ser el servidor, es el silencio. No hay otra alternativa. El estruendo del
mundo, la Luz que viene al reencuentro de la sombra y de la materialidad no
viene a luchar, ella viene a irradiar y a ser. La sombra no puede desaparecer
en el combate. El combate hace parte de la dualidad. La ausencia de combate es
la unidad. La Luz se basta a sí misma. La conciencia se basta a sí misma.
Mientras que crean y vivan lo contrario es que el
mental es vuestro maestro y no ustedes. Todo se hace, en esta sociedad para
privilegiar el mental. Todo se hace en esta sociedad para mantenerlos en la
privación de vuestros derechos divinos.
Todo se hace en esta sociedad, para mantenerlos en la ilusión. Y ustedes
participan a esto. He aquí algunos elementos complementarios relacionados de
manera cierta, un poco abstracta pero que no es mi rol insistir sobre los
eventos meteorológicos o cósmicos. Mi rol es de conducirlos a aceptar vuestra
interioridad y el silencio.
Entonces voy a proponer ahora, que todo este discurso
que han tenido a través de las palabras, lo vivan ahora, a través del silencio,
antes de darles la palabra para lo que tengan que pedir.
...Efusión de Energía...
Vamos ahora a abrir un espacio de intercambios a
través de las palabras. Yo les daré la respuesta por las palabras y, cada vez,
la respuesta del silencio y en un tercer tiempo, la respuesta por la Luz.
Pregunta: ¿A qué corresponde la música
que uno puede oír, incluso en el silencio, en particular por las mañanas al
despertar?
Cuando viven, o se acercan del silencio, los momentos
donde van a dormir, los momentos cuando se despiertan, son los espacios
privilegiados y las interfaces entre el exterior y el interior. Hacer el
silencio al exterior, estar en el silencio interior, es un estado. En este
estado no hay la nada, hay la música de las esferas, hay el sonido y el canto
del alma. Esto que es percibido en estos momentos privilegiados, es el espacio
del canto interior, canto del alma y música de las esferas. Cuando no escuchan ya el mundo exterior, a
los otros seres humanos, a vuestro mental y que ustedes están en este silencio,
el silencio no es la nada, el silencio está lleno de Luz y la Luz tiene un sonido. La Luz auténtica tiene más sonidos que van
del sonido del alma revelada a ella misma hasta la música de las esferas y
hasta planos los más próximos de la fuente, que ellos también, evolucionan en
este sonido. Así pues, lo que ustedes viven corresponde a esto.
Aquí ahora la respuesta por el silencio.
...Efusión de energía...
Aquí ahora la respuesta de la Luz.
...Efusión de energía...
Otra petición.
Pregunta: La noción de flujo y reflujo
de la que habla ¿corresponde a la reversión de los polos?
Si, en su fase final. La reversión es un momento, a
nivel colectivo, donde se vive de manera muy precisa, la disolución o la
persistencia de la precipitación o de la cristalización. Sin embargo, lo que
ustedes viven en el interior debe sobrevivir, no de manera sincrónica a la
reversión del planeta, pero debe seguir una pauta y una preparación. Han estado
durante todo este año de vuestro tiempo terrestre, en el año de la preparación
a través de vuestros caminos individuales, de vuestros sufrimientos y vuestras
alegrías en la dualidad. Han vivido, todos, una preparación para vivir (si tal
es vuestro deseo) esta reversión. Entiendan bien que, cuando ilustro esto en el
interior de ustedes, por la reversión del mental hacia la Luz, esto corresponde
también a una reversión en todos los sentidos. Ustedes están en la superficie
de la tierra, de un planeta, y están por lo tanto en la exterioridad de la
vida. La vida en la unidad solo puede
hacerse en el interior y no en el
exterior, no únicamente de vuestro ser sino también del planeta.
Aquí ahora la respuesta por el silencio.
...Efusión de energía...
Aquí ahora la respuesta de la Luz.
...Efusión de energía...
¿Otra petición?
Pregunta: ¿Por qué es difícil encontrar
el silencio, incluso en un lugar monástico, a fortiori (con mayor razón) en la
vida social, cara a la enfermedad?
Nunca encontrarás el silencio interior en un lugar
dedicado al silencio exterior. Algunos seres han podido, en estos espacios
recluidos y cerrados, encontrar el silencio interior y su divinidad pero han sido excesivamente raros, en todas las
religiones, porque estos lugares son una creación de vuestro mental El silencio interior es un asunto de uno
mismo consigo mismo y no está de ninguna manera, vinculado a un lugar.
Vuestra creencia los hace adherirse al hecho que deben
excluirse del mundo para vivir en un lugar donde vive el silencio exterior pero
el silencio exterior no es el silencio interior. Estos lugares son típicamente (y hablo de
todas las religiones y todas las creencias) los lugares donde pueden acercarse
vibratoriamente al estado interior pero no llegarán nunca. Una vez más, el
estado interior de silencio no es dependiente de las circunstancias exteriores
sociales o aún de salud. La enfermedad pertenece a este mundo manifestado. En efecto, la enfermedad solo es el reflejo
de la dualidad que viven. Querer extraerse del ruido exterior, por una decisión
mental, poniéndose en un lugar de silencio tiene muy pocas probabilidades de
éxito para encontrar vuestro ser interior. Tendrán más facilidad de vivir y de
descubrir este estado de divinidad, en la naturaleza, en una cesación de toda
actividad mental. No hay otra
alternativa. Podrán pasar miles de vidas
encerrándose en los lugares propicios a la plegaria, a la meditación, sin que
por lo tanto encuentren a Dios. Miren en todos los modelos religiosos
(cualesquiera que ellos sean: orientales, occidentales), el número de seres
habiendo realizado su divinidad está de tal manera restringido que los han llamado
maestros en Oriente y santos en Occidente.
Pero estos seres estaban ya en interioridad antes de unirse a estos
lugares de silencio exterior. Dicho de otra manera, todo ser humano que tiene
el deseo de escapar a la dualidad va a ir a refugiarse en lugares de silencio
exterior, lugares protegidos de la agitación del mundo pero esto solo es una
transposición de un ruido a otro ruido que es el de una creencia a otra
creencia.
Mientras que la menor creencia forme parte de ustedes,
no pueden encontrar la unidad y la divinidad. Así es. Se trata por lo tanto, ya, de una
aceptación que Dios no puede encontrarse en el exterior de ustedes mismos en un
lugar sagrado incluso si, en algunos casos, este lugar puede ayudarlos, no a
hacer silencio sino a experimentar la eternidad. Experimentar la eternidad no es vivir la
eternidad. Experimentar la unidad no es
vivir la unidad. Por lo tanto se encuentran ante un muro. Ahora bien, un muro
estará siempre allí mientras que no hayan comprendido que el silencio interior se
hace en el interior de ustedes y no en
un lugar exterior a ustedes, cualquiera que este sea. Sé que esto puede ser
extremadamente difícil por relación a las creencias andamiadas por el ser humano,
creencias en la participación de un mediador entre ustedes y Dios. ¿Cómo quieren que haya un mediador entre
ustedes y Dios? Si aceptan este principio, cristalizan aún más la
divinidad. ¿Cómo vivir la unidad
mientras tengan la menor creencia? Recuerden incluso ciertos personajes
históricos. Voy a tomar el que conocen más en Occidente: Cristo. Cristo les ha mostrado el camino. Cristo vino
a permitir que vivan en la hora actual pero en ningún caso Cristo puede
encontrarse en el exterior. El personaje
histórico ha sido grandemente falsificado por la dualidad y el mental de los
hombres. El mental está vinculado al
miedo y al poder. El miedo y el poder inducen aún más la dualidad. No pueden encontrar a Dios en el poder. No pueden encontrar a Dios en la agitación.
No pueden encontrar a Dios en las historias pasadas. Dios está en el eterno
presente. Dios está presente en ustedes,
en todo momento. Basta darse cuenta y tomar conciencia. Esto es mucho más simple que lo que han
querido hacerles creer los sistemas religiosos.
No hay necesidad de miles de vidas para darse cuenta de Dios. No hay necesidad del silencio. Ahora bien,
ustedes buscan el silencio en el exterior pero yo hablo del silencio interior.
Aquí la respuesta del silencio.
...Efusión de energía...
Aquí ahora la respuesta de la Luz.
...Efusión de energía...
Otra petición.
Pregunta: ¿La Luz interior podría
parecerse a una percepción física de beatitud, de paz interior, de serenidad?
Cuando encuentran la Unidad, la divinidad, la Luz
auténtica, esta va a manifestarse en vuestra conciencia como un estado de
alegría interior, sin objeto, sin apoyo, no conectada a alguna cosa
exterior. La unidad es la paz. La unidad
es la beatitud. La Unidad es certeza. La
Unidad es evidencia. La evidencia no
llama ninguna cuestión. La evidencia no llama ningún juicio. La evidencia no llama ninguna dualidad. La
evidencia de la unidad se basta a ella misma.
Cuando tocan este espacio, les es propuesto, como ser humano en el
camino, de vivir esto de manera temporal sabiendo que esto no es un estado
estabilizado sino una experiencia. Esta
experiencia está allí únicamente para animarlos y mostrarles el objetivo. A
ustedes, posteriormente les corresponde saber si quieren instalarse en este
estado o no. La experiencia de la Luz es ahora posible, sobre este plano, para
muchos seres humanos, pero la experiencia de la Luz no es vivir la Luz. La experiencia de la unidad no es vivir en la
unidad. Vivirán en la unidad a partir del momento donde esta evidencia sea una
certeza interior, más allá de la creencia, más allá de vuestro sentido de
valores, más allá de lo que creen. Es un estado interior de certeza que podría
efectivamente, parecerse a lo que se llama beatitud.
Aquí la respuesta por el silencio.
...Efusión de energía...
Aquí la respuesta de la Luz.
...Efusión de energía...
Otra petición.
No tenemos más preguntas. Les agradecemos.
Les propongo, antes de retirarme, transmitirles otra
vez mi paz y todas las bendiciones de la Luz y vivir un instante de comunión
con la Luz.
...Efusión de energía...
Transcripción. Veronique Loriot