Jean Luc Ayoun
RAM
“La vía del Corazón, la Fusión y la Luz”
13 marzo 2009
Soy RAM. Os transmito mi Paz. Os transmito mi Amor.
Para los que no me conocen, puedo ser llamado hoy, un Maestro instructor.
Represento la fusión del linaje del elemento aire. He sido como vosotros, un
humano y durante mi vida, he realizado la fusión de mi linaje de origen con mis
Maestros anteriores. He realizado el Sí. He realizado la Unidad. Mi vía es la
vía del Corazón. Así, he dado en muchas ocasiones, a través de las palabras, a
través del silencio, a través de la Vibración de la Luz, cierto número de
elementos que permiten ir hacia el Corazón, ir hacia la Esencia e ir hacia la
Unidad. Como sabéis (y como muchas fuentes os lo dicen y repiten
incansablemente), estáis encarnados en una época que abre ciertamente, la más
grande posibilidad para el ser humano, de unirse a su Esencia y encontrar su
Esencia. La vía del Corazón es la vía del Amor. Todos los amores no son la vía
del Corazón. La vía del Corazón es la vía de la entrega. La vía del Corazón es
la vía del abandono. La vía del Corazón es la vía de la Unidad. He insistido
durante mi vida, sobre la posibilidad que ofrecía un útil, perfectamente
adaptado al occidental y que gracias a ese útil, podía acercarse al santuario
del ser: ese útil es el intelecto o la mente. Se trata de una paradoja porque
en la dimensión del Corazón no hay nada mental, no hay nada de intelecto y sin
embargo podéis domesticar, dirigir vuestra mente para que obre, no ya en la vía
de la separación y la división, sino que obre por fin, para acercaros a la
Unidad. He insistido y vuelvo a insistir, sobre la cualidad inherente a la voz
del Corazón, esta cualidad esencial es el silencio. Así, muy a menudo en mis
venidas me expreso con palabras, pero también a través del silencio y a través
de la vibración.
El Corazón es el lugar de vuestro ser dónde se
resuelven todas las oposiciones y todas las contradicciones. La vía del Corazón
necesita abandono y entrega. ¿Qué hay que abandonar? ¿Qué hay que dar? y bien,
conviene abandonar las vías del miedo y la duda. El miedo y la duda, los miedos
y las dudas, son ciertamente los elementos que más os alejan del Corazón. El
ser humano es dual en su manifestación en esta dimensión. La dualidad llama a
la duda. La duda llama al miedo. La vía del Corazón es la vía dónde el miedo
está ausente. El camino hacia el Corazón se acompaña gradualmente, de una
disminución, después de una eliminación de los miedos y de las dudas. Para el
ser que ha realizado el Sí en el Corazón, la duda y el miedo cierran el Corazón,
pero el que ha realizado el Sí, no puede cerrar totalmente lo que ha sido
abierto y despierto. La mente es un útil, pero la fuente de duda y la fuente
del miedo, se sitúa a su nivel. Sin mente no habría ni duda, ni miedo. Y por lo
tanto, este útil mental os va a permitir desarrollar, no la vía del Corazón,
sino desarrollar un elemento que contribuye grandemente a acercaros al Corazón.
Esa palabra desprestigiada tiene por nombre Fe. La Fe no es una vaga creencia.
La Fe es una actitud interior de certeza, en cuanto a vuestra Divinidad, en
cuanto a la Divinidad y en cuanto a la Unidad. Cultivando la Fe en la Unidad,
la Fe en vuestra Divinidad y la Fe en la Divinidad, contribuís a que la mente
no pueda alimentaros con el miedo y la duda. Esta etapa es una etapa de diálogo
interior y por tanto, de actividad mental. En un momento dado, esa actividad
mental (en Esencia dual) debe ser reemplazada por la aceptación y el silencio.
El silencio es el momento en que vuestra entidad, en su totalidad, es capaz de
hacer abstracción del entorno, de hacer abstracción de la marea de pensamientos
y emociones. El silencio es un estado que se desarrolla por experiencia, por
aprendizaje y por trabajo. El silencio de las palabras, de pensamientos, de
emociones, el silencio también de la intención, permite al Corazón abrirse. La
suerte de vuestra época, donde estáis encarnados es que la Luz viene a
vosotros. Viene a llamar a la puerta del Corazón. Esta es una ocasión única por
excesivamente rara, en el transcurso de vuestras vidas y ciclos. El miedo, la
duda, son una condición de la dualidad y de la encarnación porque todo se juega
en el antagonismo placer/displacer, acción/reacción. El Corazón no conoce esto.
Debéis estar en el mundo, pero ser capaces de
extraeros de la influencia del mundo para encontrar vuestra Esencia. No podéis
encontrar mi Esencia y vuestra Esencia escuchando mis palabras. No podéis
encontrar la Esencia leyendo palabras. No podéis encontrar la Esencia siguiendo
a un ser, por más elevado que sea. No podéis encontrar la Esencia únicamente
meditando. Encontrar la Esencia, encontrar el Corazón es un momento de Gracia
que se realiza por sí mismo, sin intervención exterior, a partir del momento en
que vuestra mirada interior no está ya polucionada por la mirada externa y los
condicionamientos externos. La puerta del silencio es un estado de consciencia
en relación con la respiración y ausencia de respiración. El Corazón se abre en
el abandono. El abandono es contrario a la voluntad. El abandono se une a la
Fe. El abandono se une a la Unidad. Estos conceptos definidos con palabras, os
propongo ahora, antes de continuar, vivirlos unos instantes, primero por el
silencio.
…Efusión de energía…
Y vamos a vivirlo ahora, por la vibración
…Efusión de energía…
Vamos a desarrollar ahora, más adelante a través de palabras,
primero, la noción esencial de fusión. Si habéis seguido mis palabras, os he
dicho que ningún ser más que vosotros mismos puede despertaros. Ciertamente,
los instructores han existido siempre. Ellos han mostrado la vía. Pero cuando
seguís esa vía, mientras que lo hagáis no la realizáis. El principio que
preside el despertar en la Unidad del Corazón, está ligado al proceso de la
fusión. Debéis fusionar en vosotros, los pares de opuestos. El primero de esos
pares es vuestra propia dualidad. Toda acción, todo comportamiento, toda
motivación toma su fuente en una escala de valor aprehendida en bien o mal. La
Unidad del Corazón, la realización del Amor está más allá de la dualidad y está
más allá de la apropiación. La fusión es un acto de abandono que os va a
permitir beneficiaros del aporte de la energía y de la consciencia, de seres
que han vivido antes que vosotros, o al mismo tiempo que vosotros, pero en los
que os sumergís para cambiar el nivel de consciencia de aquel o aquella con el
que os fusionáis. Los linajes son múltiples pero no son infinitos. Las
posibilidades de fusión son inherentes a vuestra historia de alma, a vuestra
historia de Espíritu y a vuestras peregrinaciones en este mundo de la dualidad.
La fusión es el elemento clave que permite abrir el corazón. Esta noción de
fusión está más allá de nociones de empatía, más allá de nociones de carisma,
más allá incluso de nociones de afecto. La fusión demuestra la capacidad del
ser para resolver su dualidad, por la suma a una Unidad vivida como externa.
Imitar no es fusionar. Seguir a alguien no es fusionar porque eso induce una noción
de dependencia. La fusión procura la independencia y la liberación. La fusión
no está ligada a una voluntad del ego, ni a una voluntad sea la que sea, sino
que es un orden natural de las cosas que hace que, cuando una consciencia se
acerca a la puerta del Corazón, se abran entonces los canales sutiles situados
en una parte y otra del corazón, del chakra del corazón. Estos cuatro puntos
son los lugares que abren a la fusión con vuestros linajes. Todo ser humano
encarnado, cualquiera que sea el número de sus peregrinaciones, cualquiera que
sea su karma, cualquiera que sea su origen estelar, posee cuatro llaves y
cuatro linajes con los que debe fusionar, a fin de realizar la Unidad Divina.
Cada ser humano presenta en sí cuatro linajes y cuatro fusiones, sucesivas en
un tiempo relativamente breve que permite encontrar su propia Unidad. No os
citaré los nombres de linajes. Es importante comprender que cada uno de esos
linajes está afiliado al propio como al figurado, a uno de los cuatro
elementos: agua, fuego, tierra o aire. La fusión de los linajes corresponde a
la activación de los cuatro puntos, de una parte y otra del corazón, que
permiten activar los elementos llamados partículas adamantinas. Cada partícula
adamantina está en unión con el aliento Divino y la encarnación de los cuatro
elementos, en todas las dimensiones existentes y no únicamente en vuestra
dimensión. Así, el ser humano presenta un linaje de fuego, un linaje de aire,
un linaje de agua y un linaje de la Tierra. Cada uno de esos elementos va a
obrar en el momento de la filiación y de la fusión, para insuflar en vosotros
el aliento Divino y despertar en vosotros vuestro Corazón. Las dos etapas
previas son la Fe, el silencio, la
filiación y la fusión para la tercera etapa. Estas palabras ahora, deben ser
enseñadas, estos conceptos, este segundo
concepto, os lo transmito ahora, enseguida por el silencio.
…Efusión de energía…
Abordamos este concepto ahora, por la vibración.
…Efusión de energía…
Vamos ahora, si os parece bien, a desarrollar un
tercer concepto que es el de la Luz. La luz que veis solo es la Sombra de la
verdadera Luz. La Luz verdadera es Amor y Corazón, vuestro corazón es el
Corazón de la Divinidad. Todas las luces no son la Luz verdadera. La Luz solo
se hace verdadera cuando se instala en el corazón. Todo es un problema ligado a
la consciencia que tenéis de la Luz. Si vuestra consciencia de la Luz es un
concepto mental o un concepto visual, en ese momento, la Luz no puede ir al
corazón, se queda en la cabeza. Esta luz no es la Sombra, pero es de alguna
forma, una desviación de la Luz verdadera. Esta luz no es la Luz del Corazón y
por lo tanto es muy tentadora, porque esta luz de la cabeza, da acceso a
poderes espirituales inmensos. Da acceso a la visión de la Luz y sin embargo no
es la vía. Esta luz, en vuestro mundo occidental se ha llamado la luz
Luciferina, en oposición y contraste con la Luz verdadera del Corazón, llamada
siempre en occidente, la Luz Crística o si lo preferís la Luz del Hijo del
Padre, porque sois todos, hijos del Padre en actualización. Entonces
comprendéis que la luz que se ve no es la Luz. La Luz verdadera se manifiesta
no por una visión sino, ante todo, por una apertura del corazón, por un
sentimiento de plenitud y de alegría interior. Porque os convertís en Luz y
siendo la Luz, no podéis verla. Solo podéis ver la Luz si es exterior a
vosotros. Si habéis fusionado con la Luz, ya no podéis ver la Luz porque vosotros sois Luz. Tenéis aquí una llave
esencial. Veamos pues, si os parece bien, este concepto por el silencio.
…Efusión de energía…
Y he aquí ahora, este concepto por la vibración.
…Efusión de energía…
Vayamos más lejos ahora, si os parece bien. Vivís una
época en que la Luz viene a vosotros. Esta Luz, muchos se contentarán con
verla. Pero ver la Luz no confiere el Corazón. La Luz os pide algo más
importante que verla. Viene a pediros una identificación y después una fusión.
La Luz se hará en esta ocasión visible. Vendrá a ofreceros la elección de
volveros, de permanecer en la visión de la Luz o, en fin, hacer vuestra esta
Luz, abandonándoos a ella. De esta triple elección deriva vuestro devenir. La
Luz que viene necesita un aprendizaje importante del silencio interior, porque
la Luz molesta el orden establecido, basado en el poder y la dualidad. La Luz
viene a proponeros, decidir: no emocionalmente, no afectivamente, sino decidir
en vuestra consciencia y en vuestro Corazón. Expresemos ahora, este concepto
por el silencio.
…Efusión de energía…
Y percibamos ahora este concepto por la vibración.
…Efusión de energía…
Desearía que más allá de las palabras, os impregnarais
sobre todo, de la vibración y de la consciencia de las palabras. No
solucionaréis nada por la agitación. No resolveréis nada por el miedo. No
resolveréis nada por la duda. El miedo, la duda, la agitación forman parte de
la dualidad. La Unidad os llama. La Unidad os llamará cada vez más fuerte, de
manera cada vez más audible, a través de las palabras, a través de
sincronicidades, a través de procesos milagrosos. Os corresponde a vosotros
saber lo que queréis hacer o no hacer. Más allá de estas decisiones, que son,
repito, duales, hay que entender bien que existe un espacio en que la elección
no se plantea más. Este espacio esta huella de silencio se encuentra en el
centro del ser, a nivel del Corazón. A este nivel se encuentra la solución a la
dualidad, la solución a los sufrimientos, las soluciones a la carencia. La
carencia es el sentimiento de incompletud y de no satisfacción que persigue al
aspirante espiritual, mientras que no ha apagado esa falta con la apertura del
Corazón. Aprended a cultivar el silencio a pesar del alboroto del mundo. Aprendéis
a escuchar el silencio, porque en ese silencio interior se encuentra la
respuesta, porque en el silencio interior no hay más cuestión y por lo tanto,
todo es respuesta. Vosotros habéis venido desde el inicio (y nosotros hemos
venido desde el inicio de esta dimensión) para subir el nivel vibratorio y el
nivel de consciencia de esta dimensión que experimentamos o que hemos
experimentado. La solución no pertenece a este mundo. La solución es otra, en
el plano dimensional y esta dimensión de Luz solo puede manifestarse si paráis
el mundo dual en el que vivís. Cosa que se produce espontáneamente con la
muerte y cosa que se produce en el aspirante que vive el despertar. He aquí los
pocos conceptos que deseaba imprimir en vosotros esta tarde, a través de las
palabras pero también, a través del silencio y de la vibración que nosotros
realizamos ahora, de manera conjunta: silencio y vibración.
…Efusión de Energía…
Voy a invitaros ahora, en relación a estos tres
conceptos que he desarrollado, a cuestionar, a pedir y trataré de responder
según una de las tres vías: las palabras, el silencio o la vibración.
Pregunta: ¿la Unidad consiste en
encontrar la Divinidad en cada uno de nosotros?
La Unidad consiste en desvelar y revelar vuestra
Divinidad. Encontrando ese estado, os fusionáis más allá de los linajes, con el
gran Todo. Sois a la vez vosotros mismos, pero también todo lo demás. No hay
más distancia entre vuestra consciencia revelada y el pájaro en la rama y la
mariposa al otro extremo del planeta y los millones de soles visibles como
estrellas en vuestro cielo. La distancia propia de la dualidad no existe.
Pasáis de la distancia a la transcendencia o de la distancia a la coincidencia.
La consciencia que estaba fragmentada se convierte en Unidad y unitaria. De una
consciencia fragmentada pasáis a una consciencia unificada, donde todas las
barreras que os parecían reales en vuestro estado fragmentado no existen ya. Os
hacéis rayo de sol. Os convertís en el otro. Os hacéis el canto del pájaro. Os
hacéis el aletear de la mariposa, no el tiempo de una experiencia sino de
manera definitiva. Respuesta de la vibración.
…Efusión de Energía…
Pregunta: ¿podría hablarnos del
principio de la fusión?
La fusión con uno de vuestros linajes, manifiesta la
influencia de una corriente de vibraciones de consciencia que fusiona en el
interior de vosotros. La identificación con uno de vuestros linajes no es
deseable mientras que no haya llegado el momento porque, en ese momento, habría
identificación, no fusión. La fusión se propone y realiza en el momento
oportuno. Cada fusión, cada una de las cuatro fusiones, os va a aportar una
conexión nueva a la realidad multidimensional, tanto en el plano real como
simbólico, como espiritual. Pasáis de una filiación genética, hereditaria, a
vuestra filiación espiritual. Vosotros estáis atados, reunificados, fusionados
con el linaje. Esa fusión os va a conferir la maestría de uno de los cuatro
elementos en vosotros y en el exterior de vosotros. Algunos seres tienen
afinidades preferentes con uno de sus cuatro linajes. Voy a poner un ejemplo de
alguien que viene frecuentemente a veros en el interior de este canal, que era
durante su vida Omraam Mikaël Aïvanhov. Este hombre era el discípulo de Bença
Deunov (que él mismo era el walk-in de Melquizedec asociado al linaje de
fuego). El Maestro Omraam Mikaël Aïvanhov tenía el poder de comandar el
elemento fuego, por ejemplo para parar el fuego o para apagar el fuego o para
prender fuego. Yo soy el representante del linaje de agua, como elemento
fecundador maternal y femenino, está arquetípicamente vehiculado por la que fue
llamada María. Otros linajes, lo más frecuentemente de Esencia femenina, en
esta manifestación, son portadoras de este elemento. La fusión es un momento
energético, distinguible entre todos, porque hay un aporte de
consciencia/energía más allá de lo que se vive habitualmente, incluso con la
experiencia espiritual. La fusión abre pues en vosotros, las puertas que desembocan
en el dominio de elementos. He querido atraer vuestra atención sobre esta
noción de fusión, en relación a vuestro linaje, por supuesto, pero también y
sobre todo en relación a la Luz que viene. Porque no olvidéis jamás, que
vosotros sois Luz y que debéis encontrar y reactualizar esta consciencia, en
estos tiempos, ahora. No hay otra respuesta para esta cuestión.
Pregunta: ¿la fusión tiene como preludio
la disolución de la personalidad?
Hay disolución de una cierta forma de personalidad,
esa que está dedicada a las dudas, a los
miedos y a la falta de Luz. La personalidad permanece al menos, bajo una forma
modificada pero la personalidad no puede extinguirse completamente, si no, la
vida se apagaría en esta dimensión. El Cristo y otros grandes Maestros han
manifestado todos, en momentos precisos de su vida, distorsiones como la cólera
u otras emociones. Esas distorsiones, a pesar del estado realizado, están sin
embargo, ligadas a la persistencia o al remanente de ciertos aspectos de la
personalidad. Simplemente, cuando reveláis la Luz que sois, ésta se convierte
en preponderante y muy agobiante en vosotros, en todos los campos de
experimentación que hacéis. He aquí la respuesta de la vibración.
…Efusión de energía…
Pregunta: habéis hablado de cuatro
claves en torno del corazón ¿podría desarrollarlo?
Las cuatro claves están incluidas en los seis puntos
de consciencia del corazón en un protocolo que he dado, hace algunos meses de
vuestro tiempo (Ndr: ver la “meditación sobre el corazón” en la rúbrica
“protocolos” del sitio). Ésta os permitirá activar, en parte, los cuatro puntos
del corazón. Unido a otros dos puntos, favorecerá la construcción y la apertura
de vuestro Templo interior. Reforzará en vosotros, la capacidad de haceros Luz.
Este protocolo (este ritual, llamadlo como queráis) es simple, no necesita
ninguna creencia previa, ni ninguna adhesión a lo que sea, si no es a la
experiencia que vivís, que consiste en focalizar la consciencia sobre los
puntos del cuerpo en un orden dado. He aquí el trabajo de la vibración sobre
estos seis puntos.
…Efusión de energía…
Pregunta: ¿el silencio y la vibración
excluyen toda acción?
Sí, estáis obligados a extraeros del tiempo de la
acción, del tiempo de la dualidad para encontrar la Unidad. La Unidad no se
encuentra en la dualidad. La Unidad tiene como fin, transformar la dualidad. La
Unidad no puede encontrarse sino en el interior de sí, a través del silencio, a
través de la no acción. Algunos seres quizá han logrado por un exceso de
acciones, en particular en los caminos llamados bhakti yoga, es decir en los
caminos de la devoción, donde el olvido incluso de sí a través de seva,
es decir el servicio, es capaz al cabo de cierto tiempo de abnegación, de
servicio, de entrega, de abrir el corazón. Sin embargo, en estos tiempos
precisos que vivís, lo más importante es entrar en interioridad y por tanto, en
el silencio y la no acción. No para permanecer de manera duradera, sino para
encontrar lo que se debe encontrar, para poder transmutar el mundo dual, por la
vibración y la presencia revelada de lo que sois.
Pregunta: ¿hacer senderismo en la
naturaleza, puede ser considerado como una acción o una inacción?
La naturaleza puede procuraros los elementos
indispensables que preparan vuestro silencio. Pero no basta como tal, de manera
general, para haceros vivir en interioridad. Sin embargo, una experiencia de
fusión o de apertura total del corazón se puede producir con una contemplación,
sea la que sea, pero esto es del dominio de la excepción.
No tenemos más preguntas, os damos
las gracias.
Entonces, va a ser tiempo para mí, ahora, de retirarme
comulgando con vosotros durante unos instantes, en el silencio y la vibración.
…Efusión de energía…
Canalización Jean-Luc Ayoun
Transcripción : Veronique Loriot