Jean Luc
Ayoun
MARIA
13 septiembre 2009
Soy María,
Reina de los Cielos y de la Tierra. Amadísimos niños, recibid todo mi Amor de
Madre y el Amor de la Fuente. Vengo para dirigirme a vosotros y más allá, al
conjunto de la Humanidad. Vengo del Cielo muy pronto. Vengo a tenderos la mano,
si lo deseáis. Jamás, nunca jamás, juzgaré a nadie en esta Tierra. Porque sois
todos sin excepción, mis hijos y mi familia. No creáis jamás a aquellos que os
dicen que yo castigo y vengo a castigar. Solo vengo a salvaros y eso es muy
diferente. Yo vengo a salvar vuestras almas y para algunos de vosotros, vuestra
materia física que no tiene ninguna importancia. Pronto, muy pronto, vais a
descubrir la Verdad. Y esta, chocará a muchos de vosotros. Mi amor de Madre
tiende a informaros que soy la Madre de todos, sin excepción. En ese sentido
¿cómo podéis imaginar una Madre que castigue? ¿Que una Madre hiera? Y que una
Madre os induzca al miedo de un castigo? Muy a menudo, mis palabras se han
malinterpretado. Muy a menudo, he sido imitada. Se ha jugado aquí, mis queridos
niños, con vuestra cuerda sensible y la mayoría de vosotros os habéis adherido.
Reflexionad un segundo. ¿Cómo podría por mí misma, castigar a mis propios
hijos, mi propia Semilla? El hombre recibirá lo que corresponde al principio de
atracción y de resonancia, tal como os ha explicado y detallado el Arcángel
Anael. Dejad el Cielo fuera de esto. Nosotros somos Amor y somos simples. No
venimos para castigar sino para salvar, si lo deseáis. Nosotros tenderemos la
mano a cada uno de vosotros, cualquiera que sea o que haya sido vuestro camino.
La redención no es una palabra vacía. La Gracia tampoco es una palabra hueca.
Solo el diablo ha querido haceros creer que yo venía a castigaros. No es así.
No existe más que un principio de atracción y de resonancia que habéis puesto
en marcha, vosotros mismos, dejando hacer literalmente, por las palabras de
seducción, sometiendo vuestro poder Divino a los seres que no lo eran. Pero
nunca jamás, las Naves de Luz, las Naves de la Confederación Intergaláctica de
múltiples orígenes, vienen a destruiros, jamás.
Al contrario,
nosotros venimos a asistiros y como he dicho y repito, venimos a daros la mano.
Os corresponde saber si queréis darnos la mano. La Tierra, vuestra Tierra, mi
Tierra, debe vivir un proceso que no es deseado por el Cielo. No es castigo
sino que es reajuste de frecuencia vibratoria cuya importancia y la intensidad
no está en función más que de lo que habéis atraído, por miedo, por
negligencia, por olvido. Dejad al Cielo, una vez más, fuera de esto. Estamos
aquí para estabilizaros, acogeros y recogeros, para permitiros si tal es
vuestro deseo, encontrar vuestra casa, salir de esta Ilusión en la que algunos
de vosotros se complacen desde hace tanto y tanto tiempo. Una vez más, mi
Divino Hijo y yo misma no juzgaremos jamás. Sois libres de seguir al Maestro
que os atrae y resuena en vosotros. Es vuestra elección de alma y vuestra
libertad inalienable de alma. Si no ¿habría dejado la Fuente desarrollarse este
plano de Ilusión y de falsificación, este plano de error en el que estáis, esta
matriz? Cierto, la Creación terrestre es bella pero está separada de la Fuente.
Igualmente, el hombre es bello pero está separado de la Fuente. Está cortado, o
al menos ha sido cortado, de su dimensión Divina, de su dimensión de Êtreté y
de Eternidad, por los juegos de atracción creados, con todas sus piezas, por entidades
de la Sombra, habiendo rechazado ellos con anterioridad, su Divinidad y su
Humanidad. Pero incluso a ellos, no los juzgamos. Y cuando Miguel y sus
milicias Celestiales dicen que combaten, no hacen más que limpiar y deconstruir
lo que no debe existir, pero sin alcanzar nunca jamás, a las Conciencias, sean
las que sean. Las Conciencias permanecen vivas y son eternas, no pueden ser
destruidas. Una Conciencia nacida y creada se desarrolla, a fin de reunirse con
su Fuente y su origen, que es la Fuente y no puede ser de otra forma, aunque
ciertos caminos son caminos que no aprobamos, porque no forman parte de la
voluntad de la Fuente y al menos, hasta el presente, la Fuente Padre/ Madre y
yo misma, hemos aceptado y asentido a todas las experiencias. Pero ahora, es
tiempo de comprender que esas experiencias no son más que ilusiones que os han
permitido a algunos de vosotros, reforzar vuestra fe, vuestra intensidad de Luz
y vuestra unión. Pero ese no ha sido el caso para todas las almas. Algunos se
han oscurecido. La mayoría se han oscurecido en la materialidad, en el olvido y
en la Ilusión. Hoy, tal como os ha dicho ya la Fuente, venimos hacia vosotros,
para recordaros vuestro juramento. Nuestra promesa era volver a buscaros y ese
momento ha llegado ahora. Cuando digo ahora, se trata de un tiempo
extremadamente corto. En efecto, la Luz en su voluntad de Luz, abrevia los días
para evitar que cada vez más almas se ensombrezcan, literalmente en los planos
dimensionales donde los sufrimientos se harían aun más grandes que esos que
habéis experimentado. Por eso, no hay tres soluciones, ni siquiera dos, no hay
más que una: tenderos la mano y permitiros volver a vuestra dimensión de
Eternidad y de inmortalidad, haceros salir de esta matriz para que no pueda
perdurar de ninguna manera y no puede ser de otra forma. Es lo que hemos decido
después de interrogarnos largamente, después de largas meditaciones, de amplias
percepciones de los futuros eventuales y potenciales.
Así, muy
pronto os tenderemos la mano. ¿Vais a aceptarla o vais a rechazarla? La única
cuestión es a ese nivel, no hay otra. No existe ningún obstáculo, cuerpo de Luz
o no cuerpo de Luz, nuevas lámparas o no nuevas lámparas, tal como Miguel ha
ayudado a constituirlas. No hay pureza tampoco, que sea indispensable. La
Gracia es eterna, es infinita. Tenéis que entenderlo. Os corresponde subir de
Vibración e ir a encontrar vuestra casa, si tal es vuestro deseo. Por eso
necesitáis ciertamente, un corazón puro. Por eso, cierto, necesitáis conceder
Gracia y pedir, y no otra cosa, y nada más. Sin embargo, la Humanidad está
aferrada de tal forma, encerrada en esta dimensión de dualidad que el juego de
la Sombra consiste en haceros creer que nuestra Presencia no es la Luz. Y sin
embargo, os bastaría mirar y sentir para notar la diferencia entre lo que viene
de la Luz y lo que viene de la Sombra. Habéis conservado ese sentido, ese
sentido sagrado de reconexión a vuestra Divinidad que os hará establecer la
diferencia entre la Ilusión y la Verdad.
Mis hijos
amadísimos, vengo a confirmar vuestro retorno inminente al seno de vuestra
morada eterna. Me dirijo a los muchísimos médiums, nuevos y antiguos. Múltiples
voces se elevarán por el mundo, para anunciar esto. Cierto, no puedo deciros
en vuestro tiempo terrestre que es mañana pero está muy cercano, más
cercano que nunca. Esto es para vosotros como para nosotros, la única solución
para escapar a la destrucción por las fuerzas humanas, en sí mismas, que
quieren destruir al humano, mediante falaces pretextos, por medio de mentiras
descaradas, a menos, evidentemente, que la Vibración del rechazo, sin combate,
en Unidad os eleve por encima de ello. Por desgracia, no lo es. Por desgracia,
cualesquiera que sean las buenas voluntades que se han despertado (y hay
muchas, decenas de millones, como sabéis) pero el poder del encierro es tal que
la Humanidad se aferra a su prisión y se autoriza, ella misma, a ser destruida
por sus propios hermanos y no ya por la Sombra. Comprended que esta situación
es insostenible. No podemos mantener este sufrimiento con vosotros. No podemos
dejar actuar este sufrimiento. No tenemos, en estos momentos, otra elección que
intervenir y tenderos la mano. Por supuesto esperamos cada minuto y os
acompañamos a cada minuto, a fin de que esto no sea necesario, que la Ascensión
de este planeta y de esta Humanidad se haga según las reglas de beatitud, de
Alegría y de transparencia.
Entonces,
esperamos y vigilamos con vosotros, a cada minuto. Esperamos y rogamos con
vosotros, a cada minuto. He aquí lo que tenía que daros. Esto va totalmente, en
el sentido de lo que os ha dicho el Gran Comendador de los Melquizedec. La
única forma de obtener esta Gracia es vivir plenamente el instante presente,
desprenderos lo más posible de esta matriz. No juzguéis. No participéis en el
combate ilusorio del bien y del mal porque eso alimenta el mal indefinidamente.
Os pido simplemente acoger y volveros como niños, volver a penetrar vuestro
niño Interior y dejarlo expresarse. Es la garantía del retorno a vuestra
eternidad. Es la garantía de la no resistencia al abandono a la Luz tal como os
lo ha definido Anael. Eso es, amadísimos hijos, si tenéis cuestiones en
relación a esto, quisiera aportar una aclaración complementaria.
No tenemos
cuestiones. Os damos las gracias.
Amadísimos
niños de Luz, terminaré con estas palabras: solo soy Amor y paz. No deseo más
que vuestro florecimiento en los dominios del Padre. No quiero nada más y no he
querido nunca, otra cosa que vuestra felicidad y vuestro florecimiento de ser y
de niño de Luz. Recordad esto: jamás, nunca jamás he hablado de ningún castigo.
Algunos han querido hacerme decir estas palabras para culpabilizaros y daros
miedo y para la mayoría de vosotros (no los aquí presentes) lo han logrado, sin
embargo esto no cambia nada mi determinación de Madre de volver a tenderos la
mano y de extirparos, si tal es vuestro deseo, de esta Ilusión. Os bendigo. Os
amo. Recibid mi Gracia en este instante y por la eternidad.
Original
en francés
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Traducción: Susana Milan
http://mensajes-del-espiritu.blogspot.com
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