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Canalizado por: Jean Luc Ayoun
Transcripción: Véronique Loriot
Traducción: Amparo Iribas
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http://vimeo.com/48908466 Cortesia de Mikaël y SaräAmma Videos: https://vimeo.com/user9384917/videos
NIEVE
1o.
septiembre 2012
Mi
nombre es NIEVE. Hermanos y hermanas, acojámonos en la Alegría del Gran
Espíritu.
…
Compartiendo el Don de la gracia…
Yo
vengo a proseguir, con ustedes, en el mismo eje que lo que dio el Anciano (ndr:
SRI AUROBINDO) que me ha precedido. Yo les he hablado, muchas veces, de la
naturaleza, de su rol, de los Elementos y de los Jinetes. El Gran Espíritu los
llamará, cada vez más, y la Tierra los llamará, cada vez más, como lo ha dicho
el Anciano. Y este Llamado va a resonar en el fondo de ustedes y, resonándolo,
va a conducirlos a buscar las condiciones más propias para estar en Paz y por
tanto, Estar Aquí, Presentes y en Paz, para vivir eso.
En
el momento donde uno de los Elementos los llame en ustedes, reúnanse con él.
Aléjense, en esos instantes, de todo lo que es artificial, creado por el
Hombre, que eso sea la piedra de vuestra casa, que sea la electricidad de
vuestras casas. Despójense, durante algunos instantes, de todo lo que no es
natural. Velen por estar acordes, en esos momentos, a la Tierra, al Cielo y sus
Elementos. Si es de día, busquen la luz del día. Si es de noche, respeten la
noche: no enciendan la luz eléctrica. El Anciano les ha dicho que los lugares
de vuestra cabeza los llamarían. Y si ustedes son llamados por uno de los
Elementos, reúnanse con él, incluso si es por algunos instantes. Si el agua los
llama: vayan al borde del agua. Si la Tierra los llama: estírense sobre la
tierra. Si el Aire los llama: busquen el aire de los árboles. Si el Fuego los
llama, y si el Sol está ahí: mírenlo. Si es de noche, y si tienen la
posibilidad, enciendan un fuego o una llama de vela. Respeten el Llamado de los
Elementos porque ellos vienen a despertarlos donde ustedes estén.
Es
en estas circunstancias naturales que ustedes estarán lo más directos para
responder al Cielo y a la Tierra. Porque hay que prepararse, como la Tierra y el
Cielo se preparan y los preparan. Respeten también, según el elemento que los
llame, el Elemento de la naturaleza que ustedes vayan a ingerir y a comer, de
la misma manera. Si el Agua los llama: beban mucha agua. Si el Fuego los llama:
coman más caliente. Si el Aire los llama: coman más bien lo que crece en la
altura. Y si, por fin, la Tierra los llama: coman lo que crece en la tierra. Es
una lógica que apunta a hacerlos encontrar vuestras raíces: del Cielo y de la
Tierra, que apunta a prepararlos, como la Tierra y el Cielo se preparan.
Respeten eso. E incluso si les parece no poder respetarlo entonces, pregúntense
lo que es capital, para ustedes, en esos momentos.
Busquen
la tranquilidad y además, instálense, ahí, sin buscar nada, sin pedir nada, sin
esperar nada. Simplemente estar presente, Ahí. Consciente de vuestra propia
conciencia, mecido por el Elemento que los ha llamado, respondiendo al Llamado
del Cielo y de la Tierra. Ustedes verán muy rápido la diferencia, si ustedes
responden al Llamado en vuestro lugar donde ustedes viven, con respecto a si
ustedes responden el Llamado en la naturaleza. Cualquiera sea el tiempo. No hay
necesidad de mucho tiempo, pero tomen ese tiempo. Ningún Elemento, incluso el
más intenso, puede alterarlos, de ninguna manera, porque él los ve. Porque el
Elemento de la Tierra, el Elemento de vuestro cuerpo, el Elemento del Cielo, es
el mismo Elemento que rodea al Gran Espíritu. Simplemente, su forma, su
textura, no es la misma, pero es la misma cosa. Otórguense ese tiempo. Otórguense
ese tiempo, para estar Ahí, sensibles al Cielo y a la Tierra, entre el Cielo y
la Tierra.
El
pedido del cuerpo será seguido, si ustedes lo aceptan, de un Llamado de la
conciencia incomparable donde el Gran Espíritu estará ahí. Si vuestras
condiciones de vida, de trabajo y de ocupación, no les permiten reunirse con la
Madre Tierra, entonces recreen, en vuestra casa, lo que puede representar los
Elementos: una copa de agua, una llama de una vela, una flor o una planta,
ventilen. La representación (que habrán adoptado) del Elemento actuará porque
el Elemento del Gran Espíritu es Inteligente, como la Luz, y vuestra intención
de representar este Elemento será verdaderamente seguida de la acción del
Elemento. Este cuerpo los llama a la Luz. Los llama a la Tierra y los llama al
Cielo. Colóquense entre el Cielo y la Tierra. Colóquense en los Elementos. Y
muy rápido, ustedes verán los beneficios y los efectos.
Más
que nunca, el tam-tam de la Tierra va a resonar, en ustedes, porque este cuerpo
pertenece a la Tierra. Más que nunca, el tam-tam del Espíritu va a resonar, en
vuestro espíritu, porque vuestro espíritu viene del Cielo. Si ustedes respetan
eso, entonces se respetarán ustedes mismos, y el Gran Espíritu estará de
acuerdo con vuestro espíritu, liberándolos de lo que es necesario, en Espíritu
y en Luz, para sacar adelante lo que sucede. Ustedes constatarán muy rápido
que, si el medio ambiente en el cual están es pacífico, estarán cada vez más
Aquí, y cada vez más Presentes. A la inversa, si el medio ambiente es
contrariado, no está de acuerdo con los Elementos, entonces ustedes constatarán
también, muy rápido, que eso es más difícil para ustedes.
Los
Elementos tienen cosas que decirles: de ahí donde ustedes vienen, de ahí donde
ustedes van. Los Elementos les hablan y, en esos Elementos, nosotros estamos
más fácilmente con ustedes. Hay un Llamado en todas partes. Nuestro Llamado. El
Llamado de los Elementos. El Llamado de vuestro cuerpo y de vuestro espíritu. A
ustedes les corresponde responder. Y si ustedes no pueden responder, miren bien
lo que se levanta, en ustedes, para no responder y actuar con el fin de estar
Aquí. La intensidad del Cielo y de la Tierra y del Gran Espíritu los llama, más
que nunca a estar Aquí. Les corresponde a ustedes decir y mostrar lo que es más
importante para ustedes.
¿Van
a responder al Llamado de vuestro ordinario o van a responder al Llamado de lo
extraordinario? Vean esto con cada vez más claridad, cada vez más contraste e
iluminación. Ustedes van a estar, de todas formas, cada vez más lúcidos de los
consejos que yo les he dado. Eso va a aparecerles cada vez más claramente
porque es evidente. Este cuerpo pertenece a la Tierra. Vuestro espíritu
pertenece al Gran Espíritu. Y cuando el Gran Espíritu y la Tierra se
despiertan, es la hora también, para ustedes, de Despertarse definitivamente.
Escuchen los Elementos. Ellos les permitirán oír, todavía más claramente, los
que los acompañan a vuestra izquierda. No es cuestión de dimitir de sea lo que
fuere que ustedes juzgarían importante en vuestra vida, sino, más bien, de
encontrar el tiempo necesario para responder a esos Llamados. La acción de los
Elementos, en ustedes, desde luego, en otros momentos, les dará el impulso para
reajustarse totalmente, con la más grande de las claridades sin ninguna duda
posible.
Pero
en primer lugar es necesario que los elementos hayan obrado, en ustedes, para
finalizar vuestro Encuentro con ustedes mismos. La Tierra y la naturaleza son
vuestras aliadas para nuestro Encuentro y para vuestro Encuentro. Es también la
mejor manera de no dejarse arrastrar por los pensamientos, por las emociones,
por los apegos, por los miedos. Los elementos de la naturaleza serán de una
ayuda considerable, cada vez más, cualquiera sea la intensidad de los
Elementos, en ustedes, como en lo que ustedes observarán. No teman nada. Si
ustedes encuentran los Elementos, ellos les hablarán, a su manera, y ustedes
los comprenderán. No duden tampoco en llamar esos Elementos, en Encontrarlos,
ahí donde ellos están, pero también a llamarlos. Vayan a su contacto, a su
encuentro, y oigan su respuesta. Lo que sucede, en ustedes, sucede tanto en el
árbol como en el agua, y ustedes tienen cosas que decirse. Ustedes sacarán de
eso una ayuda considerable. Es la mejor manera de respetar este cuerpo como el
Espíritu que ustedes Son, y de poner todo en armonía, en resonancia perfecta
con el tam-tam de la Tierra y el tam-tam del Cielo. Yo no tengo más otras
palabras para transmitirles. Pero, en cambio, estoy dispuesta a responderles si
hay interrogaciones complementarias a lo que yo he dicho.
Pregunta:
¿el Llamado de los Elementos puede hacerse por los Triángulos de la Cabeza,
ligados a los Elementos?
Se
hará exclusivamente así (ndr: ver la rúbrica "protocolos/las 12 Estrellas
de María").
Pregunta:
¿cómo llamar los Elementos?
No
hay técnica, mi Hermana. Solo el Corazón llama los Elementos. Solo cuando el
Corazón llama, los Elementos responden. No vas a imaginar construcciones en tu
cabeza: llama simplemente. Es tan simple como eso. Nosotros Estamos y los Elementos
Están. Es Todo.
Pregunta:
¿sería más beneficioso vivir en el campo?
Mi
Hermana, yo te respondería que si tienes la oportunidad, vive bajo una carpa.
Pero, desde luego, yo concibo que eso no es realizable para ustedes. Las
paredes de vuestras casas los protegen y los encierran. El que ose estar en
contacto con los Elementos, en su noche, les sacará todos los beneficios. Pero,
desde luego, eso es realizable para pocos de ustedes, por diversas razones.
Pero la pared de una casa, en la naturaleza, es menos perjudicial que la pared
de una casa en una ciudad.
Pregunta:
¿hay que responder al Llamado de la Naturaleza, la noche, cualquiera sea la
hora de la noche?
Yo
te responderé, mi Hermano, que te corresponde a ti de ver. Hazte la pregunta a
ti mismo: "¿debo yo responder o no?". Y ve lo que sucede, en ese
momento.
Pregunta:
¿el llamado al Elemento debe hacerse de manera general o específica?
Esto
de lo que yo hablé es específico e individual, por el instante. Cuando
el Llamado de los Elementos se volverá colectivo, ustedes no tendrán más que
hacerse preguntas.
Pregunta:
¿se debe llamar prioritariamente al Elemento que nos plantea problema en
nuestro cuerpo?
El
Llamado de los Elementos no es función del Elemento faltante, o en exceso, o a
desplegarse, sino, por supuesto, de las circunstancias de la interacción entre
vuestro cuerpo de energía y el cuerpo de Luz.
Pregunta:
¿se puede llamar los Cuatro Elementos todos los días?
Mi
Hermano, ¿quién ha hablado de los Cuatro Elementos, y quién ha hablado de todos
los días? Yo he dicho que había que respetar el Llamado del Elemento. Ustedes
pueden llamar los Elementos para Encontrarlos. Pero no llamen demasiado rápido
para encontrar los Cuatro Elementos al mismo tiempo.
Pregunta:
¿una estructura en vidrio, como una veranda, es tan bloqueante a nivel de los
Elementos como las paredes de una casa?
¿El
vidrio está constituido de qué? De plomo. Es por tanto, en lo que concierne los
Elementos y el Llamado de los Elementos, limitante. Menos que una pared de
piedra. Menos ustedes pongan una densidad entre ustedes y la naturaleza, en
esos momentos, mejor es. Incluso si eso no es más que algunos minutos, va mejor
algunos minutos en la naturaleza, para Encontrar el Elemento, que muchas horas
dentro.
Pregunta:
¿en respuesta al llamado de un Elemento, los tres Puntos del Triángulo
concerniente de la cabeza van a activarse al mismo tiempo?
Los
tres Puntos o toda la zona. Ustedes tienen cuatro zonas: por encima de la oreja
izquierda, en la parte delantera, en la parte de atrás y por encima de la oreja
derecha. Tengan en cuenta que el Elemento privilegiado, en ese momento, es muy
a menudo el Aire, porque es ahí que está el Canal Marial. Pero para otros
Hermanos y Hermanas, es la Tierra o el Agua y el Fuego. Pero los Elementos son
cambiantes: no son siempre los mismos.
Pregunta:
si el Elemento Fuego llama, ¿hay que mirar el Sol, con los ojos abiertos?
Yo
nunca dije eso. Miren el Sol, con los ojos cerrados, por supuesto, excepto en
sus primeros rayos, en sus últimos rayos, salvo si ustedes tienen la certeza
que el ojo no arriesga nada. La llama de la vela es la Luz del Sol, en la casa,
y el Fuego.
Preguna:
la noche, ¿por tanto hay que iluminarse mejor con una vela?
Yo
no he dicho exactamente eso. Yo hablé de la luz de la vela, al momento del
Llamado del Fuego, nada más.
No
tenemos más preguntas, le agradecemos.
Yo
soy NIEVE y los saludo, en el Amor y la Paz. Que el Gran Espíritu los acompañe.
Hasta
pronto.