Jean Luc Ayoun
JOPHIEL
3o mayo 2008
Almas humanas en encarnación, mi
nombre es Jophiel. Soy el Ángel del Conocimiento y de la Luz dorada. Intervengo
a través de mi canal desde hace algún tiempo para daros ciertas informaciones,
ciertos detalles pero también ciertas cosas mucho más generales relativas a la
evolución del alma humana en encarnación. Esta tarde me gustaría hablaros de
una noción capital. Esta noción atrae vuestra atención a la noción de la
urgencia y la importancia. Lo que me lleva a hablar también, de lo que no es la
urgencia y la importancia. En vuestra vida y en la vida de cualquier alma en
encarnación, humana o no, existe un proyecto, existen definiciones y planes que
guían al alma en encarnación en su camino de encarnación. En este camino
existen acontecimientos, cosas que hacer, que realizar, que pueden ser
calificadas de urgentes, otras que pueden ser calificadas de importantes.
Algunas son importantes y urgentes. Otras son importantes sin ser urgentes.
Tomemos por ejemplo, el acontecimiento más importante que os llega cuando sois
alma en encarnación, el proceso que se llama muerte. Evidentemente se trata de
un acontecimiento importante que os concierne en primera instancia, pero que
vosotros no estimáis urgente porque está proyectado en un futuro que no participa
de una noción de urgencia. Es por tanto, algo de importancia pero de no
urgencia. Hay cosas no importantes y sin embargo urgentes. Por ejemplo, el
hecho de que debéis alimentaros. Por ejemplo, el hecho de ir a vaciar vuestra
vejiga, como decís vosotros. Se trata de un fenómeno que no es importante pero
que, a veces, reviste un carácter de urgencia.
Todos los elementos que ocurren en vuestra vida pueden ser calificados
según estas dos características de urgencia y de importancia. Cierto, es importante
o muy importante, como decís vosotros, ganaros la vida. ¿Es esto urgente? No,
está en una duración y no tiene por tanto, un carácter de urgencia pero
ciertamente, es importante. Veis por lo tanto que se cruzan dos a dos. Tenéis
fenómenos que son urgentes e importantes, fenómenos que no son urgentes y no
importantes que vosotros calificaríais de banalidad. Existen fenómenos que son
urgentes y no importantes y fenómenos que son importantes y no urgentes. Cuando
yo ponía el ejemplo de vuestra muerte, porque hay que entender que todos estáis
en encarnación y sois de naturaleza mortal, he aquí un fenómeno importante y
que vosotros consideráis como no urgente. A veces hay circunstancias de la
encarnación, a título individual y colectivo, que os hacen cambiar de forma de
ver la importancia y la urgencia. Hay acontecimientos importantes que están a
punto de producirse en esta Tierra. Cierto, no os conciernen porque esa
importancia está, yo diría, relativamente lejos de vosotros, aunque vuestros
medios de comunicación os lo ponen en tiempo real, al alcance del ojo, al
alcance de la vista, al alcance de las emociones. Estos son fenómenos
importantes, igual que el fin de la vida o la entrada en la vía de encarnación,
es un fenómeno importante. Sin embargo, las cosas importantes y urgentes son
por definición un proceso muy difícil de vivir para cualquier alma en
encarnación, porque la importancia viene con tensiones pero sin embargo,
mientras que la mente pueda dilatarlo para más tarde, esa importancia no se
juzga como urgente ni capital.
Ciertos acontecimientos que en estos momentos ocurren en la Tierra, os lo
recuerdo, este año 2008 se vive un año de conflictos que os van a hacer
considerar las cosas de forma diferente. Ciertas cosas van a hacerse urgencia
y, entre éstas, algunas serán importantes. Son verdaderamente esas situaciones
urgentes e importantes, las que van a crear en vosotros el sentimiento de
urgencia y, el sentimiento de algo que debe resolverse en un tiempo
relativamente corto, y cuya tendencia es poneros bajo presión. Y bajo presión significa,
todo el mundo lo sabe, que el alma humana, a menos que haya superado ciertos
factores llamados emocionales, o mentales va a encontrarse enfrentada a una
agitación extrema. Entonces, yo os animo simplemente a que consideréis un
acontecimiento común a todo ser humano, del que yo he hablado, que es la
muerte. Este es un fenómeno importante porque pone fin a vuestra experiencia,
pero no se juzga urgente porque se sitúa como un fenómeno lejano. Entonces, la
importancia no urgente no crea ninguna tensión. Pero si se os anuncia una
enfermedad que pone en juego vuestra vida, esto deviene urgencia e importancia
y por tanto os pone bajo presión. La característica de cualquier vida en
encarnación es tener una mirada idéntica sobre todo lo que es importancia y
urgencia. Esta urgencia e importancia van a manifestarse siempre, según cinco
etapas sucesivas. La primera de esas etapas consiste en decir “vivo una
presión, una tensión, una aceleración de mi programa de vida que me hace
considerar las cosas de forma diferente”. La segunda reacción, común a todo ser
humano, es la negación, es decir: “no, no es posible, esto no me concierne”. La
tercera etapa es la negociación, es decir tratáis de negociar con vuestra
enfermedad, negociar con vuestro destino, negociar con lo Divino a fin de
retardar la urgencia e importancia que es el anuncio de la enfermedad y la
muerte. Y viene en fin la cuarta etapa, antes de la última etapa, que es el
camino hacia la aceptación y la quinta etapa, que es la aceptación de la
urgencia y la importancia. Veis pues, que existe un proceso más o menos largo,
evidentemente, según los seres humanos que consistirá de alguna forma, en negarse
a ver las cosas de frente, tanto más si concierne a la cosa más importante que
es vuestra vida, evidentemente.
Habéis visto y veis cada día, que esta noción de importancia te pone patas
arriba. Muchas personas que viven en la Tierra, viven procesos dolorosos y
consideran las nociones de importancia y urgencia con otra mirada. Entonces,
sabed que la actitud ideal para esto, es aceptar de manera previa que la
urgencia y la importancia siguen este esquema. ¿Cuál es el interés de conocer
estas cinco etapas? Permitiros integrar mucho más rápido la urgencia y la
importancia. Entonces ¿qué es lo urgente ahora en vuestra vida? ¿Si os digo “lo
importante es encontrar la Luz”? Me responderéis “tengo toda la vida”. Me
responderéis “Tengo todas mis vidas” si creéis en las reencarnaciones. Por
tanto me responderéis que no hay urgencia sino evolución, que no se realiza en
la urgencia sino con un cierto tiempo y entonces, eso no es urgencia. Aun si
esto es importante, no tiene ninguna urgencia, al contrario de la necesidad de
vaciar la vejiga, vais a considerar que el tiempo os pertenece y vais entonces
a reportar más tarde, la satisfacción de cualquier cosa que no es a priori, vital. Entonces, hay que
admitir que el ser humano pasa su tiempo negando lo que es urgente e
importante. La urgencia y la importancia es algo que es característico de cualquier
vida en este planeta, durante vuestra encarnación. Estáis confrontados
evidentemente, no todos, a la muerte, sino a cambios que son pequeñas muertes.
Es tremendamente importante comprender y asimilar que los acontecimientos que
se producen desde hace unos meses y que van a acelerarse durante este año, son
acontecimientos que os van a hacer reflexionar en la urgencia y la importancia
de vuestra vida, de vuestro destino y de vuestra encarnación.
¿Qué es lo más importante? ¿Qué es lo más urgente? ¿El sentido de urgencia
va a cambiar la importancia de lo que vivís? ¿Al fin vais a considerar que las
cosas importantes y no urgentes se hacen ahora, urgencia? Frente a esta
evolución de la consciencia que se crea en el tiempo y espacio en encarnación,
vais a ser llevados a aceptar más o menos lo que hay que vivir. En este
sentido, muchas enseñanzas os han hablado de soltar la presa, del abandono, de
la maestría y de cierto número de procesos que son abandonar para realizarse a
sí mismo. La primera cosa es no resistirse. No resistir no quiere decir renunciar
y dejar hacer. No resistir quiere decir, no ir en el sentido de la personalidad
sino acoger la energía del cambio, la energía de la urgencia y de lo que se
convierte en importante para vosotros. Algunos de vosotros juzgaréis importante
cambiar de empleo. Algunos de vosotros juzgaréis importante cambiar de
compañero. Algunos de vosotros juzgaréis importante cambiar de lugar. Y no
podéis resistir a esta señal que os envía vuestra alma. Porque efectivamente
¿qué es lo que os hace decir que la señal viene del alma y no del ego o de la
personalidad? Esto es muy importante comprenderlo. Las señales del alma son
señales que pueden manifestarse por diferentes canales. El primero de esos
canales es el sueño y la recurrencia del sueño. El segundo de esos canales es
un sentimiento profundo de exactitud en relación a la demanda interior de
cambio. Pero a menudo, las contingencias sociales, las contingencias
materiales, afectivas, van a haceros
negar, renegar de alguna forma, esta voluntad de cambio de vuestra alma. Si
dejáis pasar la importancia ¿creéis que con el tiempo va a hacerse menos
importante, en este año particular? No. Porque a medida que el tiempo pase, en
la medida que avancéis hacia el fin de este año, veréis esa importancia con una
noción de urgencia. Y en la importancia y la urgencia, recordadlo, no se lleva
nada bien. Porque en la urgencia y la importancia, el ser humano está bajo
presión. La presión desnaturaliza y altera el juicio, la presión desnaturaliza y
altera las emociones, hace perder el sentido de los valores y el sentido de las
prioridades. Entonces, es muy importante fiaros de vuestros sueños, de vuestro
sentir interior en lo que demanda vuestra alma para liberaros de la presión. Y
no confundáis la presión de la urgencia y de la importancia, con la presión de
la situación. Algunas almas se encuentran hoy, confrontadas a realidades
molestas que requieren una atención muy particular que requieren cambios a
veces difíciles, a veces fáciles.
Pero el cambio para el ser humano, puede ser fuente de felicidad, fuente de
infelicidad. A menudo, evidentemente, fuente de lo desconocido porque no podéis
conocer las cosas nuevas sin haber cortado con lo antiguo. Esto es totalmente
justo para la evolución de vuestra alma. Hoy, vuestra alma aspira de manera
urgente e importante a haceros encontrar el camino de la Luz. Encontrar el
camino de la Luz no es salir de la encarnación, no es morir sino despertarse a
algo enteramente nuevo, a un nuevo modo de vida, en que lo antiguo no puede ya
tener sitio. Lo que ayer tenía aún valor para vosotros, se vuelve sin valor. Lo
que constituía los fundamentos de vuestra vida, de vuestra búsqueda, de vuestra
seguridad, se vuelven totalmente obsoletos. Es un año en que el alma humana, en
su mente, en sus emociones, en su cuerpo, debe adaptarse. Esta adaptación es
urgencia e importancia porque es una señal que viene de lo más profundo de
vuestra alma. Es la llamada de la Luz a vuestra Luz. No podéis ignorar más
tiempo esta señal. Podéis resistir. Quien dice resistencia a la Luz, dice
enfermedad. Quien dice resistencia a la Luz, dice sufrimiento. Quien dice
resistencia a la Luz, dice cualquier cosa que sea desagradable. Mientras que
basta con abrir simplemente vuestra puerta a Luz, aunque solo sea un instante,
para comprender que la urgencia y la importancia que vienen hacia vosotros, no
son ni castigos ni medios de desestabilizaros sino al contrario, es la Luz que
viene a vosotros para permitiros volver a casa. Volver a casa no quiere decir
salir del cuerpo. Volver a casa no quiere decir morir. Volver a casa quiere
decir simplemente, abrirse a la dimensión de la Luz y aceptar que todo lo que
concierna y toque vuestra vida, sea transformado por la Luz. Entonces, cierto,
hay algunos abandonos que pueden vivirse como pequeñas muertes pero os aseguro
que esas pequeñas muertes no son nada en relación a la verdadera muerte. Nadie
quiere la muerte. Ni la Luz ni la Sombra quieren la muerte. La una y la otra
quieren que permanezcáis en vida. La Sombra para servirse de vosotros. La Luz
también para servirse de vosotros pero con una finalidad que es por supuesto,
diferente. La Luz quiere que os convirtáis en Luz, que os acordéis de la Luz
que sois, para despertar la Luz por todas partes en este mundo, para que os
convirtáis en un faro para vuestros hermanos, para vuestras hermanas y para
aquellos que se acercan a vosotros por azar o adrede. La Sombra no quiere, por
supuesto, que vuestra Luz explote. Ella quiere manteneros en los esquemas que
os atan, en vuestros stress, en
vuestros sufrimientos para generar aun más sufrimientos, para generar aun más
ataduras, para cultivar la Sombra, sea cuál sea la Luz que os penetre. Entonces
¿a quién quereís servir? ¿A la Sombra o a la Luz? Algunos seres encarnados en
vuestra Tierra dijeron en tiempos pasados « nadie puede servir a dos
maestros a la vez ». Y debo decir que el ser humano en encarnación tiene
frecuentemente, el don de servir a los dos maestros al mismo tiempo.
Desgraciadamente o felizmente, todo depende de vuestro punto de vista, hoy se
os pide elegir entre la Sombra y la Luz. No podéis reivindicar la Luz y
cultivar la Sombra. La Sombra no son solamente otros. El infierno sois vosotros
mismos.
No hay nada exterior que no sea vosotros mismos. Entonces, si hay cosas que
os parecen equivocadas, oscuras en vuestras vidas y tenéis la impresión de no
liberaros, es que en alguna parte hay resistencia al establecimiento de la Luz.
Recordad que muchos seres humanos, como veis cada día en vuestros medios de
comunicación modernos, ven la urgencia y la importancia de ciertas situaciones,
ven cómo su orden de prioridades cambia totalmente su forma de aprehender la
vida y su relación con la muerte. No veáis en mis palabras algo que podría
daros miedo. Mi objetivo no es dar miedo. No contéis conmigo para hablaros de
acontecimientos que podrían ocurriros. No tenéis necesidad de mí para esto,
vuestros medios de comunicación se encargan de ello todos los días. Pero
evidentemente, lo entendéis, lo presentís y sentís en lo más profundo de
vuestra vida, en vuestros sueños, en las resistencias de vuestra propia vida:
es el año del gran cambio. Entonces, no esperéis qué vais a pasar de una
dimensión a otra en este año, pero es el año en que os preparáis totalmente a
lo que va a ocurrir, en que os preparáis como ser humano, no ya a hacer
elecciones (porque las elecciones se han hecho ya, por la mayoría de vosotros
desde hace mucho tiempo) sino el año en que debéis consagraros a vuestra Luz.
Yo sé que muchos seres de Luz que no pertenecen a las dimensiones angélicas (pienso en
particular, en ciertos maestros que han estado encarnados y que han fallecido
hace poco tiempo) se manifiestan en masa hoy, digo bien en masa, en múltiples
canales, tanto en las tradiciones orientales como en las tradiciones
occidentales. Están aquí para ayudar a cultivar vuestra Luz. Algunos van a
actuar más a nivel de tierra, yo diría, es decir van a ayudaros a desatar
vuestras ataduras materiales. Algunos seres van a ayudaros a encontrar
liberaciones espirituales, para hacer morir vuestras propias creencias a
modelos pasados. La Luz no tiene necesidad de modelos, la Luz no tiene
necesidad de religión. Tiene necesidad de que estéis religados, vosotros mismos,
como ser de Luz sin pasar por un intermediario que os va a vender una especie
de liberación que no existe, más que en el interior de vosotros. Muchos canales
hoy, reciben informaciones de todas partes y, como notaréis, todas las
informaciones van en el mismo sentido. No hay vía divergente.
Tanto los seres desencarnados desde hace poco, como las líneas angélicas,
como los seres de Intra-Tierra, como las jerarquías aun más altas, situadas en
los planos dimensionales, van en el mismo sentido. Habéis entrado en lo que se
llama en la Biblia, los tiempos reducidos, los tiempos de la urgencia y de la
importancia. ¿Cuál es vuestro destino? ¿Cuál es vuestro camino? ¿Cuál es
vuestro deseo más profundo? ¿Estáis preparados para asumir ese deseo profundo o
no estáis preparados para asumirlo? Ahí está la cuestión. Recordad las palabras
del que fue el Cristo: “vendré como un ladrón en la noche, mantened vuestra
casa limpia”. Porque si llego de improviso por la noche y vuestra casa no está
limpia, si no habéis limpiado vuestras ataduras, si no habéis limpiado vuestros
miedos (no en vosotros sino cultivando vuestra Luz interior), en ese momento no
podréis ir ahí donde queréis ir. Y ¿qué hay más importante que ir adonde
queréis ir, ahí donde debéis ir? Estoy seguro que muchos seres humanos tienen,
en el fondo de sí mismos, la presencia de esta Luz que se despierta. El
problema es que vuestras ataduras, y vuestras vidas, y vuestras vidas pasadas
han construido en torno a vosotros parapetos a la Luz. No es la sociedad la que
os impide encontrar la Luz. Solo vosotros mismos os impedís encontrar la Luz.
Si os decís que lo más importante de vuestra vida es encontrar la Luz, entonces
haced lo que Jesús decía a sus discípulos: “abandona padre y madre y sígueme”.
Porque la cuestión está ahí: ¿estáis preparados para seguir a la Luz, o estáis
preparados para seguir a la sociedad? Lo más importante está ahí. Será
necesario decidir y tratar de decidir evidentemente, antes de que la urgencia y
la importancia os pongan ante una presión tan importante que no tengáis ya, los
elementos de claridad necesaria en vuestra mente y vuestra emoción para elegir.
Acordaros de esto: la urgencia y la importancia es algo que viene hacia
vosotros, que ya está aquí para algunos de vosotros, que reclama elecciones, no
intelectuales sino concretas, en vuestra vida concreta y no en el hecho de ir a
orar diez horas al día. Porque no apartaréis, ni rezando, las elecciones que se
os demandan. Este es el mensaje, la información que quería daros sobre la
urgencia y la importancia. Ahora, si tenéis una o dos preguntas sobre estos
fenómenos de urgencia e importancia quisiera responder antes de dejaros para lo
que habéis venido, es decir a encontrar la Luz y abandonaros con una efusión de
Luz.
Pregunta: ¿tenéis la posibilidad de decir a cada persona
aquí presente, lo que hoy es urgencia e importancia en su camino?
Para todo el mundo, es una sola cosa y es la misma: la Luz. Si juzgáis
importante y urgente hacer cambios, os responderé que lo más importante es la
Luz. Dejad que la Luz entre en vosotros primero. No resistáis. Para todo el
mundo es lo mismo. No hay nada específico e individual. Yo diría que es un
fenómeno colectivo, que todavía no es planetario. Como habéis visto, hay
algunos pueblos, algunas razas que han sido alcanzadas primero. Solo es un
inicio. Los otros pueblos, las otras razas, seguirán. Servíos de los ejemplos
de aquellos que se han sacrificado primero, para comprender las apuestas de
este año que vosotros llamáis 2008.
No tenemos más cuestiones. Os damos las gracias.
Y bien, almas humanas en encarnación, recibid mi bendición. Antes de
retirarme y dejaros para vuestra sanación (porque yo creo que es el objetivo de
vuestra reunión) quisiera transmitiros mi efusión de la radiación del Ángel. Os
pido simplemente, cerrar vuestros ojos, descruzar vuestros miembros y acoger.
Os digo ciertamente, hasta pronto.
Canalizado por
Jean Luc Ayoun
Transcripción.
Veronique Loriot