Original en
francés.
Canalizado por
Jean luc Ayoun
Transcripción:
Véronique Loriot
Traducción:
Susana Milán
MA ANANDA MOYI 10
noviembre 2012
Soy MA ANANDA MOYI. Hermanos y Hermanas,
permitidme primero, bendecir vuestra Presencia. El sentido de mi venida en este
día, es una continuación lógica de lo que os ha expresado UN AMIGO. Por mis
palabras, por mi Presencia y vuestra Presencia, vamos a instalarnos ahí donde
no existe más separación, más división, ahí donde está esa Paz, la que no
comienza ni termina nunca.
Así pues, el Fuego, ese del Amor viene a poner fin al fuego
ilusorio, al fuego de la materia, al fuego de la resistencia, al fuego de la
oposición. El Fuego original (el Fuego del Amor y del Espíritu que recorría mi
carne, con mi pasaje en la Tierra), os es hoy, totalmente accesible, totalmente
posible. Lo que ocurre en la Tierra, ya no es exclusividad de algunos santos o
algunos seres que han realizado el Sí, o vivido del Absoluto en encarnación. Es
el retorno de la normalidad que os debe mostrar que antes, es lo que era
anormal: todo lo que concierne a vuestra historia, todo lo que concierne a la
impresión de mantener algo en esta vida. La posibilidad (para muchos de
vosotros) de Ser Absoluto hoy, así como las manifestaciones de la Infinita
Presencia, os va a hacer pasar a esta Beatitud y este Éxtasis donde nada tiene
sentido más que, precisamente, Ser esta beatitud y este Éxtasis.
En el Corazón del Corazón (ahí donde no hay más cuestiones,
ni respuestas ni siquiera sentido de una persona o de una personalidad) se
encuentra el contento permanente, como lo he expresado, manifestado en
encarnación. Todo esto es enteramente posible, para todos vosotros, a cada
minuto, a cada aliento, llevéis vuestra mirada al interior de vosotros o que
vuestra mirada concierna a lo que está más allá de la visión. La verdadera
mirada no es la visión. Simplemente es esa Paz inimaginable que se produce
efectivamente, desde el instante en que cesáis toda cuestión, en que realizáis
(real y concretamente, como os decía BIDI) que cualquier forma de conocimiento
solo es un vagabundeo, una satisfacción del ego y del orgullo, en sí que quiere
dominar, apropiarse, comprender. Depositando todos vuestros fardos, aceptando
Ver realmente la Paz Suprema os llenará, porque es lo que Sois. Más que nunca
hoy, acompañados por el Ángel URIEL, tenéis la posibilidad de desaparecer a
vosotros mismos para renacer a vuestra Verdad (ndr: ver las modalidades de
acompañamiento de URIEL en la rúbrica “protocolos para practicar/ protocolos
prioritarios”). Ya no hay necesidad de alcanzar, de estar al otro lado del Velo
(que no existe más, por otra parte). No hay ya necesidad de realizar los
momentos privilegiados sin más bien de ser más enteramente y íntegramente,
instalado en el tiempo de vuestro presente y de vuestra Presencia, en el
silencio mismo de la conciencia. Porque efectivamente, en el hecho de abandonar
toda veleidad o toda propensión a expresar una conciencia, se encuentra la
Verdad: esta Beatitud. Esta Paz que está grabada (al rojo vivo, en el cuerpo y
la conciencia) como una carencia y que está en la base de cualquier dinámica de
búsqueda de satisfacción, de equilibrio, está ahí ya. Y yo diría, de alguna
forma, cada vez más desde el instante en que aceptáis salir de vuestras propias
preguntas y de vuestros propios cuestionamientos sobre vosotros mismos. Porque
vosotros mismos, desde el punto de vista en que estáis, no podréis jamás
desembocar en eso que Sois, verdaderamente: hay que renacer, hay que resucitar,
hay simplemente en fin, que Ser. Y Ser no depende de cualquier circunstancia,
de cualquier conocimiento, de cualquier avance. Por supuesto, algunas de mis
Hermanas (y, en particular occidentales, yo diría) os han explicado ampliamente
la Humildad (ndr: ver en particular, las diferentes intervenciones de TERESA DE
LISIEUX). UN AMIGO os decía que ese estado concreto debe hacer cesar las palabras
de “comparación”, de “división”, las palabras que decís unos y otros. Porque es
en el Silencio como os hacéis el Otro y, en ningún caso, criticándolo o
alabándolo. Vivir el Otro, vivir la Luz, es desaparecer a sí mismo y
desaparecer al Sí: os lo hemos dicho de diferentes formas y os lo hemos
propuesto con diferentes herramientas.
De ahora en adelante, a causa de la Presencia de URIEL, esto
es mucho más perceptible. Y si en definitiva, tenéis la impresión de
empecinaros en algo, recordad que solo vosotros mismos resistís (incluso
proclamándolo exactamente a la inversa), y las resistencias y miedos que están
inscritos en esta historia efímera que creéis ser, son los mejores frenos a lo
que Sois, verdaderamente. En estos tiempos tan particulares, os hemos dicho a
menudo, que no sois vosotros los que desaparecéis, ciertamente, sino todas las
ilusiones. Entonces, si os mantenéis del lado de las ilusiones, solo podréis
constatar que no estáis. Y, no estar es considerar ya, una distancia a
recorrer, un camino que recorrer, una ascesis que efectuar. Nada de esto os
conducirá a lo que Sois. Entonces, algunos Yoga, algunas enseñanzas, os han
permitido vivir estados y experiencias donde estaba presente la Paz. Pero si
estáis en resistencia, ciertamente, no habéis hecho de la experiencia de la Paz
algo cotidiano. Y para hacerlo, hay que desaparecer totalmente. BIDI os ha dado
elementos importantes, así como los Arcángeles y nosotras mismas. Quiero decir
que hoy no tenéis otra cosa que hacer que plantearos Estar aquí. Sea lo que
hagáis de vuestra vida ordinaria, estad siempre aquí y Presente, más allá de la
acción que hagáis. Y la Paz nacerá, no simplemente como experiencia sino como
la manifestación (profunda, aquí mismo, en este mundo) de vuestra naturaleza.
Y estáis en Paz. Y cuando estáis en Paz ¿qué podéis desear? ¿Qué podéis buscar?
¿Qué podéis pedir o creer? la Paz es la respuesta: es todas las respuestas.
Porque en Shantinilaya, todos los juegos han cesado, todas las interacciones
han cesado y todas las proyecciones han cesado. Incluso cuando os servís de
este cuerpo (para hacer lo que tenéis que hacer), sea lo que hagáis,
permaneceréis en Paz. Estar en Paz es no proyectarse: no proyectarse más en un
porvenir, en cualquier relación, no imaginar o suponer lo que va a pensar el
otro (o decir el otro). Es continuar viviendo la vida ordinaria, siempre
estando uno mismo en lo extraordinario. Eso extraordinario por supuesto, está
ahí, desde toda la Eternidad, pero de alguna forma, es el refinamiento de
vuestra conciencia, que os ha aportado, preparado o hecho vivir.
El sentido de mis palabras, sobre todo es deciros que, aun
si hasta el presente, no os ha parecido vivir experiencias o estados, que os es
necesario superar lo que no habéis vivido (estados o experiencias), no para
esperar vivirlas, sino para estableceros realmente, en vuestra no-permanencia,
en vuestro Absoluto. No veáis jamás esto (como se ha dicho) como un objetivo,
como un camino que recorrer sino simplemente, como una evidencia que siempre ha
estado ahí y que ha estado Velada, por el hábito, por la propia persona, por
las obligaciones de este mundo. Acordaros sobre todo, que cada vez más, todo
está aquí, omnipresente, golpeando a vuestra puerta. Y que si aun percibís una
distancia o un foso entre lo que os decimos y lo que Sois, es que no habéis
pasado simplemente, al lugar adecuado y que esperáis obtener, dentro de la
personalidad, un poder o una ventaja. Jamás la personalidad, obtendrá esto. Más
que nunca, necesitáis concienciar, comprender y entender y aceptar que solo si
morís a vosotros mismos, renaceréis. No hay otra posibilidad.
Así que, las circunstancias de la Luz y de la vida hacen que
muchos de vosotros seáis llamados de diferentes formas (incluso por el
sufrimiento del cuerpo), a realizar lo que Sois. Realizarlo no es una
realización inscrita en un tiempo o un espacio dado, sino que es una
realización instantánea e inmediata, desde que aceptáis real y sinceramente,
morir a vosotros mismos. Morir a vosotros mismos no es un suicidio, aun menos una
negación de la vida, sino que es vivir la Verdadera Vida. Vivir la Verdadera
Vida no puede venir acompañado de una manifestación de la conciencia ordinaria.
Ésta os sirve para vivir lo ordinario. Es útil, mientras que estéis presentes
aquí, para los actos cotidianos y habituales de la vida. Pero ninguna
costumbre, ningún acto de vuestra vida, puede conduciros a lo que Sois, en
Verdad, exceptuado morir a sí mismo. Ese “morir a sí mismo” es mucho más
intenso que lo que habíamos empleado como expresión, hace algunos meses,
concerniente al Abandono de Sí. Porque en el Abandono de Sí, aun si hay tensión
hacia el Abandono, hay aun la expresión, de una forma de personalidad (como fue
descrito perfectamente por mi Hermana HILDEGARD) (ndr: ver su intervención del 25
octubre 2010). Pero hoy, las circunstancias ambientales, las circunstancias de
la conciencia y de la Tierra misma, os sitúan frente a lo que podría pareceros
(desde el punto de vista de la personalidad) como un desafío o una urgencia.
Pero ese desafío y esta urgencia solo están ahí para contrariar otra cosa que
la personalidad efímera. Se puede decir que, en la medida que pasen los días
(de vuestro tiempo Terrestre), más facilidad vais a tener para ser lo que Sois.
Pero para eso, necesitáis salir de vosotros mismos: ya no hay que apegarse a
cualquier miedo, ya no hay que apegarse a cualquier ilusión, siempre aceptando
el hecho de vivirlo. La Morada de Paz Suprema, como os hemos dicho, es nuestra
Esencia Común, nuestra naturaleza profunda, mucho más allá de una simple
experiencia, de una simple meditación.
Frecuentemente vais a constatar que la Morada de Paz Suprema
está ahí. Y que está tanto más ahí como la dejéis Estar, hasta el momento en
que no haya más separación entre vuestra conciencia y la Morada de Paz Suprema:
no seréis ya una conciencia, os haréis la Morada de Paz Suprema (cosa que he
mostrado ampliamente con mi pasaje en la Tierra). Entonces, la personalidad
encontrará siempre algo que decir: que es una pérdida de tiempo, que vosotros
no sois, que no seréis jamás, que hay obstáculos, coacciones, obligaciones.
Pero nada de todo esto podrá mantenerse mucho tiempo ante la Morada de Paz
Suprema que Sois vosotros. Y ahí, vosotros tendréis que elegir y decidir a qué
alimentar, a qué nutrir. Aun si esto no os aparece a primera vista,
constataréis muy rápido que no podéis hacer otra cosa que consentir o rehusar.
No existe deseo en la personalidad, que pueda conduciros a
la Morada de Paz Suprema: nada de vuestra personalidad puede por otra parte,
conduciros. Solo desapareciendo de vosotros mismos nacerá, no ya simplemente un
estado, una experiencia (con su recuerdo), sino más bien, el estado
(permanente, estable) de lo que vosotros Sois. La intensidad de la
manifestación de los Elementos (en vosotros, como en la Tierra) no tiene sino
un objetivo y es este: haceros descubrir lo que Sois: la Morada de Paz Suprema.
Solo la persona tiene miedo. Solo la persona busca. Solo la persona se
pregunta. Eso se hará vuestra vivencia, no ya solamente un modelo o una creencia,
o una experiencia sino una vivencia permanente que solo espera por vuestra
parte, vuestra propia desaparición. Hacer desaparecer el sentido de la persona,
hacer desaparecer la percepción del cuerpo, hacer desaparecer toda proyección
de la propia conciencia, todo juicio (porque el juicio separa), toda adoración
(porque la adoración os separa, también). Aunque en la tradición de mi país de
paso (ndr: la India), esto fuera una constante, pero las circunstancias
temporales no eran las mismas.
No podéis haceros Luz (y os concienciaréis cada vez más),
porque ya lo Sois. No podéis buscar la Liberación, porque los Sois ya. Por
supuesto, la personalidad no puede creerlo (ni siquiera aceptarlo) sino que por
el contrario, lo buscará siempre alejándoos cada vez más de lo que Sois. Dejad
obrar a la Luz, dejad obrar lo que se juega en vuestro cuerpo. Lo llaméis
Templo o saco, no cambia nada. Lo que viene no es una experiencia, ni siquiera
un aprendizaje (como lo habéis hecho durante años, muchos de vosotros). Lo que viene
es radicalmente nuevo, radicalmente inédito. Esto ya está aquí porque vosotros
lo Sois, desde la Eternidad. Pero la presencia de una conciencia colectiva (o
de una ilusión colectiva) le impide aun revelarse, totalmente a vosotros. Os
corresponde a vosotros saber si queréis participar en la ilusión colectiva o
no. Y una vez más, no es denunciando esta ilusión colectiva como encontraréis
la Verdad. La Verdad está en vosotros desde la Eternidad y no es de ninguna
forma dependiente de cualquier circunstancia posible. Simplemente, el trabajo
que habéis realizado (y que nosotros hemos realizado, con vosotros) ha cambiado
las condiciones de ilusión colectiva. Entonces, oiréis hablar de Despertar de
la conciencia, desde lo colectivo. Oiréis hablar cada vez más, de cambio de
conciencia, de una Edad de Oro. Pero todo esto solo son proyecciones de la
conciencia. La única Edad de Oro, sois vosotros mismos. Y esta Edad de Oro en
vosotros, es independiente de cualquier manifestación de interacción de
conciencias (en la Dimensión en que estáis, como en cualquier otra Dimensión).
Solo la personalidad cree y espera terminar bien las historias que no terminan,
con una ilusión de progreso, de mejora.
Lo que es perfecto en el origen, no puede ser menos perfecto
al final: lo que es perfecto permanece y no puede ser alterado. Ahora, vosotros
sois perfectos. La gran revolución, está ahí. Y necesitáis superar y
transcender, estados, experiencias, historias, mundo (este, como todos los
otros). Si queréis estar lleno: haced el vacío, no rechazando cualquier
elemento de este mundo (como de cualquier mundo). Recordad que hay muchísimas
verdades. Son verdades relativas que están en función únicamente, del
emplazamiento donde estéis. Pero solo hay una Verdad Absoluta. Por eso, necesitáis
no estar más inmersos en lo efímero, en conciencia. Cambiar de mirada, de punto
de vista, no por un acto de voluntad sino viendo claramente y lúcidamente, las
cosas. Esta refutación, ahora ya no hay que hacerla (como decía BIDI), sino que
es la luz misma la que refuta lo ilusorio, no actuando en contra, sino
instalándose. Lo que veis en vuestros Cielos, lo que veis en vosotros, lo que
veis de los Elementos, lo que veis de la Luz, Es la Verdad Absoluta. Es como si
(tomando esta analogía) captarais cierta banda de frecuencias y la única
realidad posible y conocida estuviera ligada a esta gama de frecuencias con sus
límites. Y después, encima se superpone una gama de frecuencias nuevas, que no
tiene más límites y que, sobre todo hace desaparecer los límites anteriores.
Acordaros que no podéis llevaros nada de vuestra historia, porque cada vez que
renacéis, la historia pasada no existe ya. Pero aquí, el renacimiento que está
aquí, es una verdadera Resurrección. No de vuestras memorias pasadas (aunque se
actualicen en vosotros), sino la memoria de lo que Sois real y verdaderamente,
más allá de cualquier encarnación, de cualquier ley, incluso de causalidad. Lo
que ocurre también en vuestra conciencia. Lo que ocurre en este mundo, ocurre
de igual forma en vosotros: el perder todas las ilusiones y todo lo efímero.
Mirad bien lo que es efímero, no para engancharos sino para
separaros, no como un acto de voluntad que quisiera poner fin a tal relación, a
tal persona o a tal mundo, sino como aquél que vive realmente, el fin de la
ilusión. Ahora, la personalidad no querrá reconocer nunca su final, ni la
ilusión de lo que vive. Es por tanto un cambio de emplazamiento, un cambio de
mirada. Es por tanto un cambio de punto de vista, que no es el punto de vista
de un pensamiento sino el punto de vista de la propia conciencia. La
particularidad de ese nuevo punto de vista, es que puede acompañarse también de
la desaparición de cualquier punto de vista, mucho más sencillamente, más
fácilmente. La desaparición de todo punto de vista permite vivir la
deslocalización definitiva de una forma, de una conciencia o de un estado, y os
instala en ese Absoluto, cuyo testigo es Shantinilaya. Shantinilaya no será
nunca una proyección o una expresión de la conciencia, porque es un estado que es
localizable a voluntad. Puede incluso ser permanente. Es eso lo que está detrás
de la conciencia que lo decide: no sois vosotros, ni la Luz los que decidís.
Así pues, el juego de las interacciones, de las resonancias, de las oposiciones
y yuxtaposiciones, el juego de todas las conciencias, os aparece. Y es viendo
el juego de todas las conciencias como perdéis el sentido de identidad y vivís
la Resurrección.
Las circunstancias del mundo ilusorio se vuelven, por la
acción de los Jinetes, cada vez más perturbadas. Pero esto no debe (como
sabéis), de ninguna manera, enloqueceros, o haceros buscar cualquier fecha
posterior, sino que es un aliciente para ser lo que vosotros Sois, Ser, más
allá de cualquier apariencia, de toda ilusión y de todo Efímero. La Luz que se
ha visto, la Luz que se ha vivido, debe dejar lugar totalmente, a lo que
vosotros Sois, es decir, la Luz en sí misma, no ya una conciencia que está
localizada, no ya una conciencia que es tributaria de una forma o de una
multitud de formas, sino que es totalmente abierta. Guardad presente también,
que incluso si esto os parece muy alejado de lo que vosotros Sois (en esta
persona), no concibáis ninguna aflicción, ni ningún sufrimiento, porque hay, en
el desenvolvimiento de la ilusión del mundo, un mecanismo final que está
encadenado. Ese mecanismo final no concierne más que a la ilusión pero no
concierne a la Verdad, al contrario. No es la desaparición de la Vida sino su
aparición, al contrario, lo que está aquí.
No hay mejor actitud, como os decía y repetía UN AMIGO, que
“permanecer Tranquilo”, que sumergiros en la Paz (ndr: ver en particular, su
intervención del 2 julio 2012). Porque la Paz es el recurso: no hay otro. En el
fin final de la ilusión de este mundo efímero, solo la Paz es Eterna. Esta Paz Suprema
(que no depende, os lo recuerdo, de ninguna circunstancia y, aun menos, de las
circunstancias temporales de la ilusión, aun menos, de vuestra persona) es el
único Último, el único Absoluto y la única Verdad que pertenece a todos, porque
es Absoluto, ella también. Cuanto más pase el tiempo de este mundo, más os
acerca al no-tiempo, del no-espacio, de la no-proyección y de la no-conciencia
(o a-conciencia). En definitiva, la Morada de Paz Suprema siempre ha estado
ahí, pero ella se hará más y más sensible, desde el instante en que todo lo
demás (absolutamente todo lo demás) es dejado por lo que es, es decir efímero e
ilusorio, aun si hay que vivirlo, aun si hay que cumplir ciertas tareas,
ciertas acciones, ciertas interacciones.
Cada vez más, os vais a dar cuenta de que no hay distancia,
que no hay separación. Pero vais a comprobar también que esto será, cada vez
más, lo uno o lo otro: sea que desaparece la personalidad y la Paz crece, sea
que la Paz se aleja y la personalidad se refuerza, revelando con esto, la
necesidad de existir, es decir de mantenerse fuera de la Verdad, de mantenerse
fuera de la Paz Suprema. Esto os hará ver, con cada vez más claridad, de
realidad, ahí donde Estáis y ahí donde no estáis. No concibáis ni inquietud ni
satisfacción, porque ahí donde Estáis es muy exactamente el lugar adecuado. Y
que si la Morada de Paz Suprema no os aparece, por el momento, no olvidéis que
querer luchar para adquirir esto, es imposible porque ya está ahí. Entonces,
seguid vuestro camino y dejad obrar a vuestra forma, en este momento, la Luz.
Pero no alimentéis vuestra personalidad con el sentido de una pregunta o de una
búsqueda, no alimentéis lo Efímero apoyándose y apoyándoos en lo Efímero. La
Morada de Paz Suprema no es una adquisición: es innata. Son simplemente las
circunstancias de los elementos de este mundo (y de todas las capas ilusorias)
que cambian, a causa de la Liberación de la Tierra.
Solo tenéis que seguir las líneas de menor resistencia. Y
las líneas de menor resistencia son esas en que la personalidad no puede estar
presente. Olvidaos de vosotros mismos. Desapareced a vosotros mismos, y veréis
por vosotros mismos lo que es. Pero no hagáis un objetivo porque es
instantáneo. No hagáis tampoco un fin, ni siquiera una finalidad, porque eso ocurre
AQUÍ y AHORA. La acción de la Radiación del Ángel URIEL es preponderante (como
sabéis) para vivir esto. Dejad simplemente crecer la Paz en vosotros: dejadla
tomar todo el sitio. No hay otro medio más que borrarse uno mismo. Estas son
algunas reflexiones que siguen a las propuestas de UN AMIGO.
Y pienso que un tenemos tiempo de abrir un espacio de
cuestiones, relativas exclusivamente a lo que acabo de enunciar y vivir en los
espacios de vuestras cuestiones, ese estado de Paz Suprema, más allá de
cualquier estado.
Pregunta: ¿qué diferencia existe entre instalarse en la Paz
y Shantinilaya?
Es muy sencillo: cuando Shantinilaya es lo que Eres, no
existe más cuestión, más pregunta, más sentido de lo que sea, porque te
conviertes tú misma en el sentido: el mundo no existe ya y sin embargo está
ahí. En la Morada de Paz Suprema, no hay ninguna conciencia separada, no existe
pues ningún sentido de identidad (aunque ésta pueda estar presente, para
ciertas acciones). Pero no es ya la personalidad la que decide, la que dirige,
sino es la Morada de Paz Suprema. La experiencia de la Paz no es la Morada de
Paz Suprema. La experiencia de la Luz no basta pare Ser Luz. Hay que salir de
la experiencia (que está inscrita en un marco temporal, en un momento dado de
la vida) para entrar en la Eternidad del Presente: es salir de esta creencia,
grabada en todos, que una sucesión de experiencias y de estados os va a llevar
a vivir lo que Sois. Por supuesto, estos son los acicates y las guías. Pero
Shantinilaya es este Éxtasis permanente, que no tiene nada que ver con las
circunstancias del mundo e incluso, de tu propia vida (que ya no existe). La
Paz es un estado que puede llegar cuando las circunstancias se prestan
(Interiores como exteriores). Shantinilaya no tiene que ver con las circunstancias
Interiores, como exteriores). Esta Beatitud es el estado normal del Ser, más
allá de la encarnación y de toda forma.
No tenemos más preguntas, os damos las gracias.
A través de lo que tiene que Ser, terminaré con estas
palabras: yo Soy el que Soy, pero yo Soy también cada uno de vosotros, en la
misma Unidad, en la misma conciencia, cuyo soporte es Shantinilaya.
Hermanos y Hermanas en humanidad, el Amor – Luz Es, desde
toda la Eternidad. Entonces, que mi bendición y la vuestra se unan, en el mismo
impulso, en la misma Paz. Yo soy MA ANANDA MOYI, yo soy vosotros en cada uno.
Os digo hasta la próxima vez.