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Canalizado por: Jean Luc Ayoun
Transcripción: Véronique Loriot
Canalizado por: Jean Luc Ayoun
Transcripción: Véronique Loriot
Traducción:
Odilia y Amparo
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GEMA GALGANI
31
de Octubre del 2012
Yo
soy GEMA GALGANI. Hermanas y Hermanos en humanidad, acojámonos mutuamente y
vivamos, en el silencio, un instante de Gracia y de Comunión. Permítanme
presentarme a ustedes y en ustedes.
... Compartimos del Don de la gracia...
Como Conciencia a cargo del Manto Azul de la Gracia y
de la Estrella UNIDAD, vengo a ustedes, por un mandato del conjunto de mis
Hermanas Estrellas, a fin de tratar de aproximarles esta Verdad esencial: lo
que nosotros somos, es Amor. Entonces, si lo que somos es, realmente Amor, ¿qué
es lo que en el seno de la encarnación de este mundo nos impide vivir esto?
¿Cómo es que lo que somos (esta Gracia y este Amor) no está también manifestado
y visible en lo que es dado a ver sobre este mundo y esto, que esto sea en
vuestra época o en toda época de la vida de esta Tierra? No es mi propósito
volver sobre lo que les ha sido explicado por mucho tiempo por los Ancianos,
concerniente a la falsificación y al encerramiento. Pero, más y muy
lógicamente, si aceptamos que somos Amor, por haberlo vivido (y no dudo que el
conjunto de las experiencias que han llevado a cabo ustedes les ha permitido
probar y experimentar esta Verdad, no durante un instante, durante algún
tiempo, sino mucho más), ¿qué es lo que hace que todos los Hermanos y Hermanas
de la humanidad no puedan acceder a este Amor? ¿Qué es lo que hoy aún, en este
tiempo de la Tierra que se abre, porqué muchos, entre nosotros, no han aún
vivido esta Verdad?
En muchas ocasiones, les he dado testimonio de mi
camino y de mi trayectoria en encarnación, como de otras de mis Hermanas
Estrellas. Les hemos todas aportado nuestra vivencia en la Gracia del Amor y
ustedes son cada vez más numerosos para vivir, también estos momentos y para
algunos, a instalarse en este Amor. Instalándose en lo que somos, podemos
constatar la distancia que puede existir entre lo que vivimos en nuestra carne
(cuando nosotros lo vivimos) y lo que vive la gran mayoría de nuestra
humanidad. Esta distancia corresponde a
lo que muchos de los Ancianos les han explicado, a través de las diferentes
conciencias. Entonces, ¿qué es lo que hace que incluso muchos Hermanos y
Hermanas que están en la dinámica espiritual de búsqueda de su propio Espíritu,
del Cristo o de otro modelo, no lleguen a establecerse de manera constante, en
este estado y en esta conciencia? Todos ustedes saben, por haberlo vivido, que
muchas experiencias han sido procuradas, por sí mismos, por vuestro Abandono a
la Luz y por las circunstancias, incluso, actuales de este mundo donde están
encarnados. Y por lo tanto, muy numerosos Hermanos y Hermanas, alrededor de
nosotros, parecen dormir en esta Verdad, contentándose en llevar a bien su
vida, de llevar a bien lo que tienen que hacer, sin sospechar un solo segundo
lo que ellos son verdaderamente. ¿Cómo puede existir, entonces, tal diferencia
y porqué existen estas conciencias tan diferentes, vidas tan diferentes y
experiencias, a veces diametralmente opuestas? Bueno, ustedes tienen ya la
respuesta: Porque por supuesto, el miedo está omnipresente. El miedo se traduce
por la necesidad de protegerse, protegerse de un mundo que es considerado como
peligroso, más o menos acertadamente. Lo hemos dicho ya, que en definitiva, no
había más que dos estados: el miedo o el Amor, y que cualesquiera que sean los
estados de Amor, cualesquiera que sean las Gracias que se depositan sobre
vuestras espaldas, son aún muchos a constatar estas fluctuaciones y estas
oscilaciones entre los momentos de Gracia y los momentos donde esta Gracia no
parece estar allí. Y más allá de lo que han vivido, esto los ha llevado a dar cuenta, por si
mismos, de esta especie de distancia y de separación que existe entre la
Alegría y la Plenitud de la Gracia y los momentos donde la personalidad debe
ocuparse de su vida. Y saben bien que estas dos conciencias no tienen
estrictamente nada que ver: porque la una está basada sobre la Plenitud y la
Alegría, y la otra está basada sobre la carencia y la necesidad de protegerse.
Y nadie se escapa. Por supuesto para nosotros Estrellas, ha sido quizá más
fácil dejarse llevar y sumergirse en nuestra realidad profunda, a menudo en
otros lugares en detrimento de la vida, tal como todos la conocemos, en sus
múltiples actividades. Lo que nos hizo decir a muchos, que nuestro Reino no era
de este mundo, porque, cualquiera que sea la forma en que hemos vivido lo que
hemos vivido, siempre nos fue mostrado (y accesible) que existen los espacios,
que existen los estados, incluso sin poderlos nombrar, incluso si uno quiere
llamarlos el paraíso, los lugares donde todo es más claro, donde el cuerpo no
tiene ya esta gravedad y esta densidad. Sabemos que somos reales cuando tocamos
este estado. De alguna manera nos dan un sentimiento de irrealidad de este
mundo, que nuestros Hermanos y Hermanas orientales llaman Ilusión o Maya. Pero
por supuesto, el que no lo ha vivido, incluso si no lo sabe, solo traduce en
permanencia, su miedo, que esto sea manteniendo las relaciones humanas y
sociables agradables, buscando lo que es bueno y agradable en lugar de lo
desagradable. Y por lo tanto, el mundo nos da a ver, en permanencia, un
desequilibrio. Y no obstante, el mundo, en sí mismo, si uno mira la naturaleza,
los animales y lo que se desarrolla, no muestra desequilibrio: incluso en los
momentos extremos de los Elementos, el regreso al equilibrio se realiza muy
pronto.
Entonces, ¿porqué, nosotros que somos Amor (como el resto de la Creación y de los
mundos), tenemos dificultades, cuando estamos encarnados, para dejarnos
investir por esta Gracia, a fin de que ella devenga permanente y constante? Bueno porque, yo diría, que las
condiciones de este mundo (y lo saben) no son propicias para establecer este
Amor que somos. Entonces, por supuesto, existen las esperanzas, las esperanzas
en un mundo mejor, estas esperanzas en un mejoramiento, en un cambio de época,
haciendo que las relaciones entre lo que se vive en la superficie de esta
Tierra serán diferentes un día, porque la conciencia habrá evolucionado. Y sin
embargo, sabemos, entre aquellos que hemos vivido estos estados de Gracia particulares, que estos no se refieren de ninguna manera a este
mundo, sino que corresponden a lo que somos realmente, antes o después de este
mundo. No puede haber ninguna duda, cuando hemos vivido este género de estado y
experiencia, no puede existir nunca la menor duda sobre la realidad del Amor,
porque cuando el Amor es experimentado (no en el sentido humano, sino en lo que
podría llamar sentido transcendental), entonces, no podemos dudar. En estos
momentos donde nosotros lo vivimos, algunos entre nosotros y entre ustedes,
hoy, tienen la oportunidad de establecerse cada vez más en este Amor
permanentemente y es perfectamente posible ahora, para muchos de ustedes
diferenciar el amor que todos hemos expresado en nuestra vida, por nuestros
padres, nuestros hijos, nuestras actividades, por un salvador o por una
religión, pero sabemos que eso nada tiene que ver con cómo se desarrollan las
relaciones con otros Hermanos y otras Hermanas.
El Amor por lo tanto resta en un ideal, poniendo ya, como lo saben, una
distancia entre lo que somos verdaderamente y la manifestación de lo que somos.
Hay por lo tanto una especie de distorsión, flagrante y evidente. Entonces, por
supuesto, aquel que se satisface de esto va a imaginar una ruta o un camino y
crea por lo tanto, para sí mismo una distancia entre este Amor, real y lo que
es cuando uno está alejado de lo que somos.
Todos ustedes saben que el Amor, cuando lo viven
realmente, no es simplemente un sentimiento o una atracción hacia una persona o
hacia una actividad. Saben todos que el Amor es un estado de Ser. Cuando lo
viven, no hay ninguna duda que es nuestro estado natural y que son las
circunstancias de nuestra vida que no son naturales, en sus aspectos humanos,
en sus interacciones y en todo lo que resulta. Ustedes lo saben, los Ancianos
les han hablado largamente de esta competencia, de estas depredaciones, de
estas carencias y de estos miedos. Sabemos todos que el Amor que somos es
totalmente independiente de nuestra vida ordinaria y que entre más nos amemos
(en el sentido más auténtico), menos nos preocupa el sufrimiento y por la carencia. Y por lo tanto sabemos
también, que cuando estamos encarnados, en la mirada de cada Hermano y de cada
Hermana (incluso el que nos parezca aparentemente el más sombrío), hay esta
búsqueda de amor y la expresión de lo que no está allí y que es buscado
ardientemente. Entonces, ¿cómo pasar, de alguna forma, de un amor, como
objetivo correspondiente, por ejemplo, a un futuro común en un afecto entre un
Hermano y una Hermana? ¿Cómo evitar este escollo de imaginar el amor como una
consecuencia de una atracción, como una vida para llevar o una carga que
llenar? Muchos elementos les han sido dados y esto, desde hace muchos años,
concernientes al instante presente, Aquí y Ahora, el desarrollo de las
percepciones de vuestras Vibraciones y vuestra conciencia. Y sin embargo, queda
claro que si uno mira atentamente la marcha actual del humano, la carencia de
Amor está más que flagrante, la carencia de Amor que es inducida por el miedo y
por la competencia, la competencia que viven en todos los niveles, que lo
quieran o no, en todos los sectores de vuestra vida. Y no obstante, a pesar de
esto, saben, por vivirlo, que hay los estados de la conciencia donde ya nada de
todo esto es real, donde ya nada de todo esto puede afectar, incluso, vuestra
calidad de Ser. El Amor es lo que somos.
Y sin embargo, para muchos de los Hermanos y de Hermanas encarnados, esto está
lejos de ser una evidencia a vivir. Esto puede ser, a menudo, un objetivo, una
meta, un camino a recorrer, la creencia en una evolución, en cualquier cosa
ascendente, llevándoles siempre en la Dualidad de las Sombras a transcender, a
ver, a borrar, a desaparecer por la acción de la Gracia. Todo esto les ha sido
expresado y lo han vivido durante estos años que acaban de recorrer.
Pero el período que se abre, desde mañana, es el
regreso, franco y real y total de la Luz. El retorno de la Luz hace que en un
momento dado, ningún Hermano y ninguna Hermana podrá ignorar lo que pasa. Y
saben también que en esos momentos, habrá la posibilidad de mirar las cosas de
dos maneras: con la mirada de la oruga o la mirada de la mariposa, y que el
mismo evento puede ser para una extremadamente doloroso y para la otra feliz. Porque las costumbres de la vida, las
costumbres de la sociedad (lo que les han explicado los Ancianos concernientes
a los sistemas de esclavitud y de control del humano) con los estragos del tiempo, erosionaron (aún
más) la posibilidad del Amor. Por lo tanto, muy a menudo, llamamos Amor un
ideal y un objetivo, en lugar de un instante presente vivido en totalidad, en
esta Claridad-allí, en esta Unidad-allí. Por supuesto, las cosas cambian,
porque el despliegue del Corazón Ascensional, para ustedes, a título individual
pero también de la Merkabah de la Tierra, por su Liberación, la desaparición de
las Líneas de Depredación, hace que la Tierra (como ella se los muestra, por
poco que busquen esta información) les de a ver que los Elementos de la Tierra,
ellos también se despliegan y hacen vivir a la Tierra una transformación mayor
que concierne a todo lo que es llamado la Vida y que concierne a la Tierra,
ella misma, en primer lugar, y a ustedes también.
Muy pronto (como eso ha sido dicho por el Arcángel
MIGUEL y por otros Intervinientes recientemente), todo eso les aparecerá cada
vez más claramente. Y es en esta función justamente, de vuestros propios apegos
(vinculados a sus costumbres, vinculados a la ignorancia) que resultará, para
muchos de los Hermanos y Hermanas, su resistencia a la Luz, en su fase de
aproximación final. Para aquellos de entre ustedes que son capaces (más allá
incluso de las Vibraciones de vuestra conciencia, de vuestros centros de
energía) de establecerse en la Paz del instante, aquellos que tendrán sea la
oportunidad, sea el deseo, sea la información, sea la conciencia de,
simplemente, desistirse para dejar a la Luz obrar, constatarán que lo que viene
es verdaderamente una Liberación. Pero, para aceptar esta Liberación, es
necesario primero concebir, o concebirse como un Ser profundamente Libre y
profundamente diferente de la vida que, no obstante, está para vivirse. La vida será siempre, por supuesto, sobre
este mundo, hasta su madurez, una fuente de lecciones, una fuente de informaciones.
Pero usted sabe muy bien que ninguna enseñanza y ninguna transformación puede
hacerlos descubrir la Verdad que Son. Solo viviéndola, entonces, obviamente,
que esto sea posible: amando, por encima de todo, un modelo (como yo se los
expresé, que para mí fue el Cristo), y estando plenamente presentes a sí
mismos, sin rechazar allí donde estamos, a veces la Luz se hace día y el Amor
se descubre realmente. El conjunto de lo que han vivido, que eso sea mínimo
como experiencia o algo que les parezca realmente totalmente indescriptible y transcendental,
cualquiera que sea la intensidad de esta experiencia, llegado el momento, serán
confortados en vuestras opciones y en vuestros posicionamientos, en vuestra
vida, en vuestras vivencias, también en vuestras relaciones.
Lo que nosotros somos es este Amor indecible, que está
sin común medida con lo que la mejor de las descripciones, la mejor de las
poesías, la mejor de las pinturas, pueda expresar. Lo que nosotros somos es un
estado de Ser diferente de lo que vivimos, aquí, cuando estamos encarnados. Y
no obstante, como lo saben, es aquí que esto pasa. Esto es llamado la
Liberación. Esto ha sido llamado de diferentes formas pero poco importa. Lo que
permanecerá siempre lo más fundamental, es darse cuenta de nuestra naturaleza.
Y esto es posible desde el momento donde llegan efectivamente (y lo constatarán
cada vez más), a ya no hacer nada más, a ya no buscar nada, a simplemente mirar
lo que se desarrolla, en ustedes como sobre el mundo, como en los Cielos, de
manera un poco desapegada. Entonces, en
este momento, la acción de la Luz y de la Gracia devendrá cada vez más
evidente, incluso aquí, sobre este mundo, para el conjunto de los Hermanos y
Hermanas. Este momento está inscrito de toda eternidad. Es un reconocimiento.
Este Desconocido (que devendrá conocido en los momentos finales) será, de
alguna manera, la directriz para
encontrarse totalmente. Por supuesto, otras Hermanas les han hablado de
los Pilares del Corazón. Yo simplemente añadiré (y esto corresponde a lo que ha
sido llamado el Abandono del Si): Cuando ustedes conciben que lo que ustedes
son, aquí, no es nada y que existe, sin saber incluso que son ustedes Seres
inmensos, de un Amor sin precedente e inigualable, de una Radiación y de una
Luz tal, que aquí, en este cuerpo, cuando estamos encarnados, nos miramos
insignificantes. Esto coincide con lo que mi Hermana bien amada THERESA, les ha
dicho muchas veces.
Las circunstancias de la vida (que eso sea a través de
los Elementos de la Tierra que se manifiestan y los Jinetes, que esto sea a través
del conjunto del pueblo humano y, yo diría, sus comportamientos) que van a
seguir, basados en el retorno de la Luz, serán las ocasiones importantes para
darse cuenta, realmente, qué somos todos. Recuerden también que, en lo que está
allí, muy próximo, no hay mejor forma de vivir lo que está para vivir, de
alguna manera que dejarse crucificar totalmente por el Amor y la Luz, de no
interactuar, de no entrometerse no importa que esto sea de una acción personal,
de una acción vinculada al miedo o a la propia ignorancia. Allí también, se
puede decir que si dan este primer paso (si no lo han dado aún), constatarán
muy pronto que no hay nada más que el Amor que se vierte sobre la Tierra.
Entonces, por supuesto, cuando el Amor encuentra lo que está inscrito en el
miedo de la Vida, puede haber el sentimiento de estar desestabilizado. Estos mecanismos los Ancianos los han
abordado largamente, que esto sea en la ocultación de la conciencia o en los
mecanismos de desaparición de ciertas partes del cuerpo, o aún por los que los
han llamado en vuestro Canal Marial y en vuestro oído. Como ustedes lo saben,
este acercamiento (y como se los ha reiterado el venerable ORIONIS) ha durado
un tiempo determinado. No es algo que se descargaría, de un golpe, de
improviso, pero ha habido una larga
preparación de la Tierra, una larga preparación de la conciencia de ciertos
Hermanos y Hermanas y, en particular las Semillas de Estrellas que han
encontrado su filiación, a pesar de los obstáculos de la vida sobre este mundo.
Lo que viene es Amor. Es un Fuego voraz, un Fuego de
Éxtasis y de alegría que viene, efectivamente a quemar todo lo que es efímero,
todo lo que es ilusorio y todo lo que no tiene sentido, todo lo que está
inscrito o construido por el propio miedo, por competencia, por la depredación
de este mundo y su ignorancia. Es en estos momentos que tendrán que dejarse
investir, dejarse invitar y dejarse quemar en el Fuego del Amor, porque lo que
viene no es de ninguna manera una destrucción. Como esto ha sido dicho, esto no
es ni una muerte, ni un nuevo nacimiento. Entonces, por supuesto, uno puede
llamarlo Resurrección o Renacimiento pero es un registro totalmente diferente,
donde todo lo que es conocido y todos los marcos que les son conocidos, no tienen ya razón de ser y desaparecerán
ellos mismos, haciendo que no haya nada más a que aferrarse que el Amor. La
mirada es esencial. La Vibración es esencial. Saben también, que desde el
instante donde uno de vuestros centros de conciencia esté abierto, que esto sea
la cabeza, el Corazón u otra parte, les es posible acoger la Luz Vibral,
metabolizarla, dejarla obrar en ustedes. Es allí también, donde se encuentran
estas frases importantes que pronunció el Cristo cuando dijo que no era él
quien los salvó, sino vuestra Fe. Esta Fe no es simplemente una creencia en un
futuro, en un Dios o en un amor lejano, en un infierno o en un paraíso, sino es
una actitud interior. Y esta actitud Interior, podría ser similar a un
renunciamiento (y en alguna parte, es uno): el renunciamiento a lo efímero, el
renunciamiento a considerar, de alguna manera que hay que encontrar algo, el
renunciamiento en una creencia que hace efectuar una búsqueda. Los Arcángeles
lo han expresado largamente: todo esto solo corresponde a las ilusiones y a las
construcciones quiméricas, que no llevan a ninguna parte. Esto no son más que
las satisfacciones del ego y de la conciencia egótica y que mantiene, en
permanencia el sentido de una búsqueda
que jamás se satisface (y que nunca estará satisfecha). Porque
efectivamente, lo que nosotros Somos no es para ser pretendido, ni perseguido,
sino justo para ser aceptado. Y aceptar es ya, también ver que no hay nada a
buscar, que no hay a programar un objetivo o un fin.
GEMMA GALGANI- 2da parte
31 octubre 2012
Los mecanismos de ruptura del encierro comienzan, ya,
a modificar (y modificarán cada vez más, para ustedes) lo que nombran la
percepción del tiempo. En ciertos momentos, estarán en meditación, tendrán la
impresión que han pasado cinco minutos, y habrán pasado numerosas horas (y en
los casos extremos, a veces, días enteros). Esta distorsión del tiempo
se acompaña, efectivamente (como eso ha sido dicho), de la superposición, a
veces desagradable, entre lo que nosotros Somos, verdaderamente, y la
conciencia egótica que busca interferirlo. Eso va a aparecerles
cada vez más fácilmente, desde el instante donde lleven vuestra atención sobre
lo que se desarrolla en ustedes. Desde luego, no tendrán todas las respuestas,
porque la conciencia egótica tiene siempre necesidad de saber, de explicar, de
comprender. Pero lo que ustedes son (como ha sido dicho) no puede ser ni
comprendido, ni explicado. Eso solo puede ser vivido y cuando eso es vivido, no
hay más ninguna duda. No hay más ninguna duda sobre la supervivencia fuera de
este cuerpo. No hay más ninguna duda sobre lo que Somos, realmente, porque eso
es vivido. Eso no es una creencia, ni un objetivo, no es una búsqueda. Y, es
todavía menos, paradójicamente, algo para encontrar porque es algo que,
efectivamente, siempre ha estado ahí. Simplemente, el enfoque que poníamos no
era el bueno.
Lo que Somos es Amor, y es lo que viene a repetir la
Luz. La Fuente les ha hablado de este Juramento y de esta Promesa: es eso que
viene a decirles la Luz. Viene a decirles (y recordarles) que lo que Somos,
todos, uno por uno, y juntos, es Amor. Y que nosotros no Somos nada,
absolutamente nada, de esos sufrimientos que, sin embargo, nos parecen tan
reales. Que no Somos nada de nuestros problemas que tenemos que asumir y que
arreglar. Que no Somos nada de todo lo que construimos, para prevenirnos, para
sobrevivir. Y, sin embargo, todo eso es tan real para el que ha olvidado lo que
Es. Y olvidar lo que se Es, es terrible, porque la conciencia que ha olvidado
va, de manera normal, si puedo decir, construir elementos, relaciones,
estrategias y conductas, apuntando a paliar esta insuficiencia de Amor.
Entonces, desde luego, nombramos “amor” todo lo que es relación con el otro,
desde el instante donde nos parece despertar, en nosotros, algo. Y creamos y
tejemos lazos que nos llenan en alguna parte. Pero incluso si estamos llenos de
un amor, muy legítimo, de un allegado, ¿es en la medida que nosotros somos
Amor? ¿Es en la medida que nosotros vivimos todas esas maravillosas Vibraciones
que les han sido descritas (y que ustedes viven, por momentos)? Nosotros
sabemos todos que cuando estamos en frente a un Hermano o una Hermana que está
en el miedo, el amor tiene tendencia a apagarse de la Vibración (incluso si
amamos, real y sinceramente, esta persona). Porque, debido a esta privación,
hemos sistemáticamente, los unos y los otros (conforme a la encarnación y a la
materialidad, del descenso en la encarnación), hemos todos construido
circunstancias y creencias (sean personales o sean inducidas por nuestras
propias experiencias, como la experiencias de la sociedad).
Entonces, desde luego, es una cosa hablar de Amor, es
una cosa manifestar su amor junto a un allegado, y es otra cosa volverse este
Amor. Volverse esta Vibración de Amor, esta Vibración de Beatitud y de Éxtasis,
que algunos de ustedes comienzan a disfrutar, con gran Alegría. Lo que hay que
aceptar, es que resuelvan lo que resuelvan como problemática de este mundo,
cualquiera sea la calidad de vuestra vida, cualquiera sea vuestra capacidad de compromiso
en un sector o en otro, cualquiera sea la calidad de las relaciones que
establezcan con el mundo (sea vuestro mundo más cercano, familiar, o el mundo
más amplio), ustedes saben muy bien que eso no es de ningún modo el Amor que
ustedes viven en ciertos estados de Comunión y de Fusión, cuando el Manto Azul
de la Gracia está ahí, cuando meditan, o cuando se alinean. Ahora bien, lo que
viene es, justamente, el Regreso del Amor, de la Luz, haciendo que, en poco
tiempo, no será más cuestión de experiencia y de estado sino de establecimiento
del Reino del Amor, que no se acomoda a ninguna tergiversación y a ninguna
discusión, con respecto al miedo. Porque, cuando el Amor está ahí, ustedes lo
saben: no puede existir el menor miedo, no puede existir la menor
interrogación. El Amor es realmente una evidencia, un reconocimiento. Es eso
que es llamado a vivirse ahora, ya no solamente en vuestras experiencias
individuales, ya no solamente en los estados que los tocan, sino es a eso que
debe reconectarse el conjunto de la humanidad y de la Tierra. Es lo que está en
camino hacia ustedes. Es lo que les han dicho algunas conciencias que vienen de
muy lejos: que la Tierra vive su Liberación y ustedes también. La Liberación es
una Alegría, salvo para aquel para quien el miedo ha construido tantas
barreras, tantos límites, y tantos marcos, y así pues, tanta rigidez, que, en
alguna parte, la conciencia no puede tener la plasticidad y la humildad para
vivir el Amor. Y sin embargo, es lo que Somos, sin ninguna excepción. Yo diría
incluso que hay estrictamente el mismo Amor entre el más santo de los santos y
el más pecador de los pecadores (si puedo emplear esta expresión). Son
simplemente las apariencias, las circunstancias y las condiciones, que han
hecho que, en un caso, el Amor sea revelado y que, en el otro caso, el Amor
esté muy lejos de lo que es vivido. Y sin embargo: es la misma cosa. Ustedes no
pueden verlo, mientras están inscritos, ustedes también, en este miedo. Porque
la mirada es discriminante, porque lo que perciben (sea por la razón, por los
sentidos, por la experiencia), los llevará siempre a más discriminación, a
siempre ver lo que es bueno o no bueno, para ustedes. Y, no ven que, el simple
hecho de conducirse así, los aleja siempre más de lo que son, en Verdad. La
Humildad, es no juzgar más. Es no llevar más juicio, no solamente condenando a
quien sea, sino es quedar en esta neutralidad, es quedar en el mismo humor, en
el mismo estado, finalmente, se desarrolle lo que se desarrolle en vuestra
vida. Que sea el acontecimiento más dramático (recuerden que no es dramático
más que para lo que es efímero), como el acontecimiento más alegre, debe
dejarlos, no de mármol e indiferente, sino dejarlos sobre todo en el mismo
estado, en la misma Gracia.
Ahora bien, lo que se desarrolla y llega sobre Tierra,
es muy exactamente esto. Y ustedes verán, muy netamente, en los primeros
tiempos, que los que han tenido la experiencia del Amor, en sentido Vibral, no
tendrán ninguna dificultad con la manifestación de los elementos, en ellos,
como sobre la Tierra, como para el Regreso Final de la Luz. Mientras que los
que están alejados (por una razón que les es propia) de lo que son
verdaderamente, que no han vivido, de una manera o de otra, este Amor Vibral,
no podrán más que estar todavía más en la resistencia, todavía más en el
sufrimiento (incluso si es efímero). El encuentro de la levedad con la pesadez
se traducirá, siempre, por una zona de turbulencia. Y el que vive la
turbulencia, si no ha vivido el Amor Vibral, en un momento dado o en otro, no
puede más que quedar, de manera temporaria, en su propia resistencia y su
propio sufrimiento, y sus propios miedos. Entonces, desde luego, el que vive
este sufrimiento lo vive como totalmente real. Y ustedes saben, sin embargo,
que cuando están, realmente, en el Amor que Son, ningún sufrimiento puede
alcanzarlos. Incluso si hay sufrimiento, no los alcanza. Incluso si hay dolor,
no es percibido de la misma manera. Esto nos ha dado (y muchas Estrellas les
han hablado de esto) la posibilidad, no de superar, pero de estar tan confiado
en el Amor porque nosotros lo vivimos, que nada de lo que podía llegar a
nuestra vida (a este cuerpo, o alrededor de nosotros) podía afectarnos.
Entonces, incluso si no teníamos las palabras sabias que pueden emplear algunos
de los Ancianos, nosotros sabíamos todos, por vivirlo, que la Verdadera Vida no
tenía nada que ver (incluso si estamos vivos sobre Tierra) con lo que era dado
a vivir. Entonces, desde luego, lo que vivíamos como Amor Vibral, lo
atribuíamos a un Cielo, a un Paraíso, a algo ulterior. Lo que se produce, en la
modificación temporal de la Tierra, es que ese Paraíso viene a ustedes: no
habrá más distancia, no habrá más tiempo, no habrá más verdaderamente
diferencia, para el que se abre a eso.
Les recuerdo también que vuestro rol de Liberador, es
de estar presente a ustedes mismos, en ese momento, de estar Abandonados
totalmente a la Luz, de Abandonar el Sí, y de Vivir lo que ustedes Son (estando
plenamente conscientes, plenamente presentes en vuestra vida).Y ustedes se
darán cuenta, realmente, que hay esta suerte de superposición entre dos cosas,
que les parecen sin embargo totalmente opuestas: un Ser de Paz, un Ser que nada
afecta, que vive en un Éxtasis permanente, y otro ser, que parece a veces
herido, sufriente. Les recuerdo que es esta superposición de dos conciencias
que realiza la Ascensión (de la Tierra como la vuestra). Es también esto que
realizará ese momento, que ha sido llamado de manera penosa “el Juicio Final”,
es decir el momento donde se acepta verse, no tanto para juzgarse, no tanto
para culpabilizar de una acción que habría sido mala, o gratificarse a sí mismo
por una acción que habría sido buena, sino simplemente verse, realmente. Y así
será, para todo el mundo, lo mismo. La resultante, ustedes se lo imaginan, es
diferente, porque cada uno tiene su libertad, porque cada uno puede decidir,
libremente, en ese momento. Teniendo a veces conciencia que las barreras que
han sido puestas, los miedos y los sufrimientos que han sido vividos, pueden a
veces ser un freno para disfrutar la totalidad de este Amor que se vierte, y
que Somos pero que en definitiva, ese será el caso, en otro espacio-tiempo, en
otro lugar. Recuerden que el Llamado de la Luz va a hacerse de manera cada vez
más evidente, y convincente, pero también cada vez más potente puesto que la
conciencia y el cuerpo mismos van a modificar su funcionamiento (si eso no está
todavía hecho). Recuerden, siempre, que la Inteligencia de la Luz sabe
perfectamente lo que hace, incluso si ustedes no ven, incluso si no comprenden
nada. Y, como les han dicho algunos intervinientes, si ustedes quedan
Tranquilos en esos momentos, si aceptan no ser nada, si aceptan no comprender
nada más, entonces verán, por ustedes mismos, que el sufrimiento se desvanece,
que el miedo se desvanece. Y verán también, por ustedes mismos, que si
resisten, el sufrimiento crecerá. Pero no es nunca la Luz que hace sufrir, es
únicamente la oposición a la Luz. Porque el que es Amor, en este estado
particular de Unidad, viva lo que viva este cuerpo (e incluso su fin), no está
afectado. Así pues, todas las preparaciones que han vivido, las experiencias y
los estados que han sido conducidos, por ustedes, a su justo destino, son ahora
los elementos importantes que vendrán a confirmarles lo que han vivido, mucho
más allá de toda explicación, mucho más allá de todo lo que podrían comprender.
Porque el Amor no se comprende, no se justifica: Es. Y es lo que nosotros
Somos.
Recuerden que, en el período que se abre, más ustedes
suelten, más ustedes se suelten, más acepten ser nada, más serán todo y el
Todo. No hay otra alternativa. El que quiera, de una manera o de otra,
apropiarse la Luz, se perderá. Porque la Luz no se apropia. No se puede
apropiar lo que Somos: solo se puede dejarlo Ser (dejándose atravesar por las
Virtudes que han sido explicadas, como la Transparencia). Y que, volviéndose lo
que ustedes Son (sobre este cuerpo y sobre esta Tierra, antes del Último
Momento): bueno, ustedes alimentan la Tierra, alimentan los Hermanos y Hermanas
con sed de este Amor (incluso si ellos tienen miedo). Lo que Somos es Amor, y
lo que va a revelar la Luz, de manera colectiva, al conjunto de la humanidad,
es eso, ante toda cosa. El resto sólo son apariencias. El resto solo son elementos
que no hacen más que pasar, para permitir a esta verdad amanecer,
completamente, y no desaparecer más. Pero, todo eso, les será informado
íntimamente, individualmente, pero también colectivamente. Porque la mayor
parte de las Fuerzas de Luz, de la Confederación Intergaláctica de Luz de los
Mundos Libres estará visible, en ese momento: lo que era invisible se vuelve
visible. Porque el Amor no dejada nada invisible: el Amor es Transparencia
total. En el Amor: no hay sombras, no hay resistencias, no hay dualidad, no hay
lo que ustedes conocen sobre esta Tierra (que nosotros hemos, todos, conocido).
Así pues, deseo, por algunas palabras, invitarlos a
vivir vuestra Unidad y la Unidad de la Luz. Cualesquiera sean las
circunstancias que pueden desplegarse en vuestra vida, recuerden que no hay
otra explicación que la de hacerlos encontrar lo que ustedes Son. Incluso si
eso toma carices que puedan parecerles, con la mirada de la conciencia egótica,
dramáticos, penosos, intolerables o extremadamente alegres, eso no tiene
ninguna importancia, porque la finalidad, de algún modo, es el Amor y nada más.
Y constatarán, también, que cualesquiera sean las circunstancias penosas, si
aceptan de no ser nada, de no comprender, entonces, lo que somos
verdaderamente, que es Amor, les aparecerá de manera cada vez más fulgurante.
Eso se volverá tan evidente y tan simple que el momento después, podrán
preguntarse cómo habían podido ignorar eso, cómo habían podido tenerse lejos de
eso. Todos, donde hayamos vivido (sean Estrellas, Ancianos u otros Desconocidos
de ustedes), en el momento donde nos revelamos lo que Somos, no puede existir
más la menor duda, incluso si, desde luego (según nuestra época donde vivíamos,
según la cultura donde habíamos vivido eso), podemos expresar eso en este
mundo, con palabras diferentes. Pero eso no tiene ninguna especie de
importancia porque el Amor está más allá de las palabras, está más allá de las
manifestaciones, más allá de las relaciones y más allá, sobre todo, de todo lo
que se puede imaginar. Y eso es un choque, porque descubrir (sobre todo para
aquellos entre nuestros Hermanos y Hermanas que están instalados en el
sufrimiento y en la carencia) lo que Somos (esta Abundancia y esta Plenitud),
es verdaderamente un choque. Y este choque puede tomar el aspecto del pavor o
del terror, antes de establecerse, realmente, en el Amor. En lo que se
desarrolla, no hay ninguna circunstancia para juzgar, en ustedes como para todo
Hermano (cercano o lejano). No se preocupen de eso.
Llegará un momento, muy cercano, donde las
circunstancias habituales de vuestras vidas no podrán ser más las mismas,
porque las modificaciones Elementales serán tales, que ustedes no tendrán
ninguna parte a donde volverse más que hacia el Amor que Son. Entonces,
bendigan ese momento: no vean ni cataclismo, ni destrucción, ni fin de lo que
fuera, sino más bien, real y concretamente, la Verdad del Amor que se instala,
definitivamente, poniendo fin a todo sufrimiento, a toda duda, a toda
interrogación. Esto pondrá fin, realmente, a todas las ilusiones. No se
preocupen tampoco, del día preciso, porque tienen una referencia inalterable
que son los Sonidos del Cielo y de la Tierra, el Anuncio de María. Muchos de
ustedes han sido llamados, sea por María o por algunas Estrellas o por algunos
Ancianos. Ahí también, el simple hecho de haber sido llamado y de habernos
oído, es, de algún modo, el salvo conducto. Entonces no se inquieten de nada:
continúen vuestra vida, continúen lo que la vida les propone, y dejen obrar la
Inteligencia de la Luz, dentro de esta vida. Cada vez más, eso les aparecerá
como la única elección, e incluso, yo diría, como la única posibilidad, porque
no habrá nada más que hacer. Solo el ego querrá debatirse, solo el ego querrá
comprender y oponerse. El Amor es lo que somos, y eso va a volverse, no una
Revelación personal, sino más bien un momento colectivo de Revelación.
Cualesquiera sean las circunstancias colectivas de ese momento, habrá, un antes
y un después, para el colectivo humano. Entonces, una vez más (y debido al
intervalo de tiempo que se ha acortado entre estos Acontecimientos Últimos), no
hay nada que preparar si no es ustedes mismos: tener vuestra casa limpia,
evitar las diferencias importantes (sean alimentarias, como de
relaciones entre ustedes). Busquen, desde luego, la Naturaleza y la Paz (que
está, en ustedes, ante todo, yo les recuerdo). Esta preparación va a volverse
cada vez más intensa, dese el primer día de vuestro mes de noviembre, en
ustedes, ante todo, haciendo que, en un tiempo muy breve (aparte los que están
en la negación, porque tienen miedo), nadie podrá negar la Transmutación que
está en curso, esta famosa Metamorfosis, colectiva, esta vez (y tampoco
solamente para los Sembradores y Ancladores de Luz o los Liberadores).
No se inquieten por nada porque, en la Inteligencia de
la Luz (que haya aceptación o rechazo), cada cosa está estrictamente en su
lugar: no puede haber azar, no puede haber incertidumbre, no puede haber error.
Porque todo es perfecto, con respecto a la Luz. No hay, tampoco, advertencia
que formular, no hay nadie que prevenir. Los que han sido prevenidos son los
que debían serlo. Los que han visto lo que había que ver en la Acción de los
Jinetes, lo han visto. Los que no tenían que ser informados (y que no lo son
hoy) no lo serán hasta el momento último del Anuncio de María, porque eso, es
para ellos, la mejor manera. Porque, desde luego, desde que hay una
transformación o una transmutación (sin incluso hablar de la amplitud de ésta),
para muchos seres humanos encarnados, el cambio es una fuerza de estrés, de
sufrimiento, a veces, de enfermedad. Porque, como les ha dicho, hace poco
tiempo, uno de los Ancianos: cuando nosotros estamos encarnados, somos seres de
costumbre. Ahora bien, lo que viene, no tiene nada de costumbre: es incluso
algo que no ha sido nunca vivido, de esta manera. Y frente a este Desconocido
que está ahí (y que es sin embargo lo que Somos), no hay nada que hacer más que
reconocer eso, y para reconocerlo, hay que justo dejar hacer, permanecer
Tranquilo, y dejar obrar lo que viene. El tiempo de la comprensión y de las
explicaciones (incluso para nosotros, ahora) está realizado. Ya, desde
numerosos meses, les hemos dado, progresivamente, durante nuestras venidas,
para vivir momentos de Comunión, de Silencio y de Vibración: eso se volverá,
para ustedes, cada vez más evidente, y nuestras palabras se volverán,
efectivamente, durante esos momentos, cada vez más simples, cada vez menos
complicadas y sobre todo, cada vez menos largas. No hay otra manera de vivir lo
que Somos todos, en el Silencio de las palabras, en el Silencio de toda
comprensión, y de toda explicación. Porque el Amor es de tal evidencia, que no
hay posibilidad, cuando esta evidencia es vivida, de buscar otra cosa. Será
siempre el ego que buscará una respuesta. Será siempre el mental que buscará
apropiarse, comprender, agarrar. El Amor no puede ser agarrado, no puede más
que atravesarnos, porque es lo que Somos. Detendré aquí lo que tenía para
decirles, y dejaré a mi Hermana Estrella, THERESA, en algunos instantes,
proseguir, y que les hablará, de darse al Amor. Si hay en ustedes algunas
preguntas concernientes lo que vengo de expresar, los escucho.
No tenemos más preguntas, le
agradecemos.
Yo les rindo Gracia por vuestra escucha, por vuestra
recepción, y por vuestra Luz. Vivamos un momento de Gracia, por mi rol de
Oficiante dentro del Manto Azul de la Gracia, permítanme, dentro de este
espacio, comulgar a eso, en ustedes y con ustedes.
… Compartimos el Don de la Gracia…
Yo soy GEMA GALGANI. Los Amo, en Unidad. Les digo:
hasta pronto.