Jean Luc Ayoun
MARIA
23 mayo 2009
Yo soy María, Reina de los cielos y de la Tierra. Bien amados hijos de la
Luz, reciban todas mis gracias y mis bendiciones. Bien amados hijos de la Luz,
como les ha anunciado el Cónclave de los Arcángeles, estaré muy pronto en
posesión de un cierto número de claves que permiten realizar mi misión, en este
fin de los tiempos Terrestres, sobre esta Tierra. Mi rol es un rol de
protección, un rol de madre. Mi función es amar, mi función es perdonar, mi
función es prepararlos, individualmente y colectivamente, para recibir la
efusión de mi Divino Hijo. Así como lo he anunciado en múltiples ocasiones, en
numerosos lugares y en numerosas épocas, este mundo sobre el cual ustedes
marchan no es vuestro mundo. Ustedes son seres de la Luz, son almas en
redención sobre este camino que buscan la Luz y ustedes sin embargo son la Luz.
Han avanzado tanto y tanto dentro de esta división, dentro de esta dificultad
material. Hoy, la buena nueva está a vuestras puertas: la Luz vuelve por fin a
llevarlos en su seno. Ningún miedo puede habitar vuestra alma. Vuestro corazón
debe estar sereno, despojado de todo lo que hace las manifestaciones de la
personalidad en vuestra encarnación. Todos los elementos del miedo, todos los
elementos de los celos, todos los elementos del rencor y de las insuficiencias
deben ser evacuados de ustedes. Lo que viene es un momento de gran alegría. Lo
que viene es un momento de júbilo. Si están afirmados en vuestra fe, si están
afirmados en vuestro corazón, nada nefasto puede llegarles. Pidan mi gracia,
pidan mi protección, nosotros estaremos siempre a vuestros lados.
En poco tiempo de vuestro tiempo Terrestre, vendré a anunciarles esta buena
nueva, de manera individual, pero también colectiva. Eso será un gran milagro a
vuestros ojos humanos que no saldrán de su asombro y, no obstante, eso será la
realidad de la Luz que se prepara a investir vuestros corazones. Bien amados
hijos de la Luz quiero alegrarlos con ese momento que viene. Como se lo han
repetido en numerosas ocasiones, tanto los mundos Arcangélicos como los mundos
de los Maestros Ascendidos, ustedes no deben temer esos momentos que vienen.
Los cambios en curso sobre este mundo son los cambios que han sido tan
esperados por vuestras almas, entonces, cómo podrían ustedes tener miedo, cómo
podrían temer ese momento que es un momento de pura alegría. Solo la mirada de
la personalidad puede hacerles creer lo inverso, solo la mirada del miedo puede
inducir en ustedes un sentimiento de vulnerabilidad y eso no puede ser. Vuestra
alma es invulnerable, ustedes son en definitiva invulnerables. La
vulnerabilidad solo viene de vuestras creencias en esta limitación y ustedes
son mucho más que lo que muestran, que lo que viven. No obstante hay que
establecerse con fuerza y convicción dentro del Amor, así como lo ha mostrado
mi Divino Hijo. Amar, servir, compartir, acceder a esta dimensión, es posible a
todo ser humano. Eso no es un esfuerzo sobre humano, eso no es un trabajo
enorme. Ustedes están ayudados de múltiples maneras. Están ayudados por la
Revelación continua, por numerosos seres. Están ayudados, sobre todo, por las
efusiones del Espíritu Santo que van a llegar pronto sobre ustedes y por las
efusiones de la presión de la radiación del ultravioleta engendradas por el Arcángel
Miguel. Más que nunca las energías sombrías que emiten en permanencia desde las
personalidades atemorizadas intentan impedir la emergencia de esta Luz. Pero,
absolutamente nada, ninguna fuerza opuesta a la Luz puede oponerse a la Luz.
Solo son vuestros miedos que crean, dentro de ustedes, como una pantalla de
olvido de la Luz, como una pantalla que puede hacer ilusión a la Luz que viene.
Pero yo les certifico que si ustedes abandonan ciertas inclinaciones naturales,
en ustedes, ligadas al miedo, ligadas a la carencia, ligadas a la impresión y a
la ilusión de vuestra debilidad y bien, nada de nefasto podrá sobrevenir. El
cuerpo que habitan no es vuestra casa, es un espacio donde se han hundido
progresivamente, pero ustedes no son eso. No hay que identificarse con ese
cuerpo, ese cuero es efímero. De todas maneras, ese cuerpo no está destinado a
ser inmortal. Lo que está destinado a ser inmortal es lo que ya es inmortal. Lo
que es inmortal es lo que se sitúa dentro de vuestro ser, en medio de vuestro
ser, en vuestro corazón. Todo es mortal dentro de la humanidad que ustedes han
creado, todo es mortal, todo cambia, todo pasa, todo se transforma y, no
obstante, el nudo de inmortalidad que es, ustedes, en su Esencia, solo puede
revelarse durante esas ocasiones. Que esas ocasiones se llamen la muerte, como
ustedes la viven desde tanto y tanto tiempo, o incluso las efusiones de la Luz
de mi Divino Hijo que llegan hacia ustedes a gran velocidad, ahora. Ustedes
deben prepararse. La preparación no es tanto exterior como interior. Deben
tomar por costumbre encontrar la calma, cultivar en ustedes la serenidad,
cultivar en ustedes la paz y la plenitud. Para eso, tienen que abandonar (y yo
creo que numerosos Arcángeles se lo han dicho), los comportamiento erróneos,
los juicios, los celos, los rencores que no tienen sentido más que a nivel de
vuestra ilusión y que no tienen ningún sentido a nivel del alma. Todo es
perfecto en este mundo, incluso si este mundo les muestra algo que no va en el
buen sentido. Les pido instantáneamente estar seguros y absolutamente tener la
certeza de que la Luz solo puede ir en el buen sentido y que cada cosa que se
produce bajo la influencia de la Luz es justa, está conforme y no viola ninguna
libertad. Así, cada alma vivirá lo que ella tiene que vivir. Los que creen que
el mundo será destruido se protegerán ellos mismos de esta destrucción entre
las esferas del saber y del poder. No obstante, éstos serán confrontados a la
supervivencia dentro de esta dimensión, dentro de las manifestaciones elementales más violentas que la Tierra haya conocido
nunca. Sin embargo, quienes entre ustedes desearán penetrar los espacios
multidimensionales, acceder a su eternidad, lo harán en toda tranquilidad,
cualesquiera sean los elementos exteriores. Ustedes por cierto, no tienen que
preocuparse de eso. Desde luego, ciertas almas tienen necesidad de informar, de
aclarar, de tenerse, como ustedes dicen, al corriente, pero eso no es una
necesidad.
La cosa más importante es cultivar vuestro corazón, pero no pueden cultivar
el corazón quedando en los comportamientos antiguos. No pueden cultivar el amor
negando el amor por vuestro comportamiento. No pueden ser el amor conduciéndose
de forma opuesta al amor. Eso es importante para integrar. Cualesquiera sean
las relaciones entre los seres, cualesquiera sean las circunstancias de
vuestras vidas y las interacciones de vuestras vidas, éstas no deben venir a
perturbar lo que está en ustedes. No obstante, ustedes deben participar en el
esfuerzo colectivo, de una manera o de otra. El rechazo es también una
participación al esfuerzo colectivo. Nadie podrá quedar en la estabilidad con
respecto a lo que viene, nadie podrá encerrarse en alguna ilusión con respecto
a la realidad del regreso del Cristo. Esa es la verdad, eso es muy pronto.
Ustedes deben prepararse activamente, así como lo he dicho en mis múltiples
apariciones. La hora es grande, la hora es del regreso a la Luz. Esto, en
ningún caso, puede ser vivido en el drama, en el miedo, en la aprensión ya que
ese es un momento de júbilo. Solo son las proyecciones, las aprensiones de algo
que no está todavía aquí, que quieren hacerlos dudar, que quieren hacerles
creer que eso es ilusión, que eso no es verdad. En el fondo de ustedes, vuestra
alma sabe bien que eso es verdad. En el fondo de ustedes, vuestra alma sabe la
pertinencia de lo que viene y, sin embargo, la mirada no siempre quiere mirar a
la cara lo que viene. De la misma manera que un ser humano nace mortal, es
evidente que, toda su vida, no piensa nunca en la muerte: eso no puede
llegarle, eso está fuera de su campo de concepción y de coherencia hasta el
momento donde ésta aparece en el horizonte. No obstante, la analogía se detiene
ahí, lo que viene no es una muerte, lo que viene es un cambio de dirección, un
cambio de estado dimensional y eso se hará en toda conciencia. No habrá
inconciencia, para ningún alma sobre esta Tierra, con respecto a lo que viene.
Incluso los que hoy viven esto de manera particular, no en la Luz sino en las
proyecciones futuras con respecto a los acontecimientos múltiples, que
proyectan, en particular a nivel de vuestros gobiernos, de soluciones de
protección, serán confrontados también a la ilusión de lo que ellos creen, no
puede ser de otra manera. De la misma forma que al momento de la muerte el ser
humano revé no lo que él ha vivido, sino lo que él hecho vivir a través de sus
comportamientos, sin excepción. De la misma forma, en el momento de mi anuncio,
todos los seres humanos, sin distinción, ni de edad, ni de raza, ni de
creencia, ni de evolución, no escaparán a este anuncio.
Entonces, alégrense una vez más vayan en la paz, vayan en el silencio,
vayan en vuestra interioridad, continúen trabajando en lo que ustedes trabajan
habitualmente y pongan ahí la más grande de las alegrías. Consideren que cada
minuto que ustedes viven serán, para más tarde, un muy bello recuerdo. No
obstante, tienen que aceptar que numerosos cambios son en lo sucesivo
ineluctables e inexorables. Estos golpean a vuestras puertas. El Arcángel
Miguel anuncia desde muchos meses los fenómenos que van amplificándose y que
sin embargo sólo están en su comienzo. No obstante, en la paz del corazón, en
la certeza de vuestra eternidad, esos elementos no podrán golpearlos donde
ustedes estén, salvo, desde luego si ustedes lo han decidido, si vuestra alma
lo desea. Les será hecho según sus deseos. No obstante, deben estar seguros que
lo más importante, en esos momentos, es desde luego, la paz y ustedes solo
encontrarán la paz haciendo la paz con ustedes mismos y solo encontrarán la paz
haciendo la paz con todos los otros, con todo el universo y con todos los
seres. La paz corresponde a ese estado de tranquilidad, a ese estado donde nada
más puede venir a afectar lo que ustedes saben es la Verdad. Es importante, es
capital, es esencial consagrarse a eso. La mayor parte de vuestro trabajo debe
ser éste: la aceptación total de lo que viene. Lo que viene es verdaderamente
la alegría. Para eso, necesitan, ustedes también, para recibir esta alegría, estar
en la alegría. Lo que los aleja de la alegría no puede contribuir a hacerles
encontrar vuestra eternidad. Las palabras que ustedes pronuncian que son las
palabras de la ilusión no pueden en ningún caso acercarlos a vuestro corazón.
Deben obrar permanentemente en controlar vuestras palabras, no por el control
consciente sino por la abertura del corazón, percibiendo, sintiendo la
precisión de lo que hacen, de lo que dicen, de lo que miran. Ese no es un
trabajo insuperable, es un trabajo de la conciencia sobre la conciencia. Como
numerosas personas les han dicho, como numerosos Ángeles les han dicho, deben
confiar en nuestra Presencia, deben confiar en nuestra radiación, deben confiar
en la Luz que nosotros les transmitimos. Eso forma parte de vuestro más grande
desafío. Ustedes han pasado tanto y tanto tiempo en dirigir vuestras vidas,
mientras hoy la Luz viene a pedirles dejarse dirigir por ella. Eso no es la
pérdida de lo que ustedes piensan que es importante sino, muy por el contrario,
es la revelación de vuestra eternidad. No pueden pretender ser de la Luz y
evolucionar de manera contraria a la Luz. Hay ahí una distorsión, hay ahí una
separación que solo puede acarrear sufrimiento y alejamiento de la verdad del
corazón.
Comprendan bien, que en definitiva, todo lo que ustedes emiten como
juicios, como pensamientos, como emociones con respecto a situaciones, con
respecto a las personas, solo resulta de hecho de vuestros propios miedos y de
vuestras propias incomprensiones. No puede ser de otra manera. El otro, las
circunstancias, no son nunca, o jamás, responsables de lo que les llega. Lo que
les llega y lo que ustedes encuentran es la resultante de lo que ustedes han
creado, en un momento dado, en el interior de ustedes. Esto es una verdad
esencial, entonces, lo que deben crear al interior de ustedes, para verlo
realizarse bajo vuestros ojos, es el amor, es la armonía, es el servicio, es el
don al otro, es el amor del otro en el sentido más noble, sin ninguna toma de
poder, sin ninguna toma de influencia, sin ninguna toma de manipulación, sino
verdaderamente el amor que desapega, el amor que libera y, finalmente, el amor
que llena a uno y a otro. No pueden estar, y pretender ser del Cristo, querer
el Cristo, querer la Luz y tener un comportamiento opuesto. Eso, los Arcángeles
se lo han dicho. Nosotros lo vemos y lo sabemos instantáneamente. No podrán
engañar a nadie, si no es a ustedes
mismos. Entonces, de gracia, pídanme lo que quieren y vayan en el camino de mi
hijo. Ustedes están prometidos, si tal es vuestro deseo, a tres grandes
gracias. Para vivir esas gracias hay que aceptar cambiar radicalmente. Vivir la
vibración del corazón como se lo han hecho vivir los Arcángeles es una gran
gracia pero la gracia más importante que podrían hacerme, ustedes, de regreso,
es aceptar esta: vivir en el corazón, para el corazón. Eso es importante, eso
es esencial y no puede ser de otro modo. He aquí mis bien amados hijos, lo que
tenía para decirles. Retengan, no obstante, que estaré pronto revestida del
conjunto de las 7 radiaciones
arcangélicas. Las claves y todos los poderes me son dados sobre la Tierra, en
este período, con el fin de permitir la emergencia de la Gloria del Cristo y de
la Gloria del Padre.
Bien amados hijos de la Luz, les deseo en la alegría, los espero en la
alegría, los quiero en mi corazón, con el fin de que ustedes iluminen, no
únicamente a ustedes mismos, sino a todos los que los rodean. Ustedes son
responsables los unos de los otros, son libres los unos con respecto a los
otros pero, no obstante, yo les garantizo que ustedes son responsables, en
totalidad, de lo que llega a los que cruzan vuestro camino. Responsables no
quiere decir que ustedes se encarguen de ocuparse de una manera que les es
propia sino tienen que respetarlos, amarlos, curarlos en el amor. Esto es
capital, no pueden escapar de esto, sino ustedes se alejarán de mi corazón, se
alejarán de mi gracia y se alejarán de
la Luz que han vivido. No puede ser de otra manera. La Luz es un principio de
resonancia, un principio de atracción y un principio de afinidad, entonces
recuerden que nosotros vemos absolutamente todo y que ustedes no pueden engañar
a nadie si no es a ustedes mismos. Y engañarse a sí mismo, por ilusión o por
miedo, es una verdadera lástima con respecto a la Verdad de la Luz magnífica
que viene a invadirlos. Bien amados hijos de la Luz, si tienen preguntas con
respecto a esto, quiero aportarles una aclaración diferente.
Pregunta: la parte física de mi corazón quema. El pecho, el corazón. ¿Por
qué?
Eso es normal, el amor es un fuego voraz. A medida que ustedes penetren las
dimensiones profundas (lo que se encuentra dentro de vuestra eternidad), más
eso será un fuego. El fuego es el elemento que viene a abrir en ustedes las
compuertas del amor. El fuego es purificante con respecto a los últimos
caparazones de vuestra personalidad. Hay que aceptar ese fuego. La impresión de
quemazón solo es temporaria. Después de la quemazón, viene la alegría. Así, mi
divino hijo, por el intermedio de los Santos Arcángeles, por intermedio de los
Serafines, a estigmatizado a ciertos seres que seguían su camino. Ese instante
ha provocado un fuego en el momento donde se produce pero, desde luego,
después, el fuego cesa y es un fuego de amor que los abreva.
Pregunta : ¿se puede continuar utilizando las oraciones en vuestro
nombre ?
Bien amado hijo de la Luz, la oración que me toca es la que viene de tu
corazón, poco importan las palabras o los rituales que empleas. Hemos salido de
esta época desde hace mucho tiempo. Eso, al ser humano le es difícil
comprender: las palabras del corazón son las únicas que yo oigo.
Pregunta: ¿cómo corregir un mal pensamiento, entre comillas, que nos
escapa?
Los malos pensamientos son trascendidos por las palabras del corazón, por
el despertar del corazón. No sirve de nada querer cambiarlos por otros
pensamientos. El corazón es un bálsamo que cura todo. El amor que se derrama de
vuestro corazón, el fuego que sale del pecho, trasciende completamente todos
los errores, todos los karmas, en el sentido que ustedes lo entienden.
Pregunta: hasta ahora yo estaba cercana más a Cristo, a los Maestros
ascensionados, a los Arcángeles. ¿Cómo acercarse más a usted?
Bien amada hija, si tú te acercas a Cristo, te acercas a mí, si tú te
acercas a los Arcángeles te acercas también a mí. No tengas ninguna duda sobre
eso.
No tenemos más preguntas, le agradecemos.
Bien amados niños, les transmito mis bendiciones y todo mi amor. Les
recuerdo que deben orarme con el fin de obtener la gracia. Vuestra oración es
la de vuestro corazón, no tiene necesidad de un largo discurso, no tiene necesidad
de un largo ritual, solo tiene necesidad de ser auténtica, es con eso que yo
percibo vuestro pedido y con nada más. Yo los amo, los bendigo y les digo hasta
esta noche, en Verdad.
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Traducción: A.I.