Jean Luc Ayoun
LA
FUENTE
29 de Mayo 2009
Permíteme llamarte, mi amigo, mi hermano, mi hijo. No trates de darme
un nombre. Cuando tú me nombres, eso querrá decir que me has identificado
y aceptado.
Vengo a ofrecerte una libertad y una verdad que incluso en tus sueños
más locos no llegarías a imaginar. Yo vengo a llenarte, si tú quieres de mi
alegría que es tu alegría.
Yo soy ese que esperas desde toda la eternidad. Yo soy ese que te espera
desde toda la eternidad. La distancia que he aceptado que pongas entre tú y yo
es una Gracia y una Libertad. Ese es un don que tú me has dado, y ése es un don
que Yo te he dado. Hoy, me presento.
No me busques en otro lado sino aquí donde estoy. Cuando tú me hayas
encontrado, nombrado y llamado, yo sabré instantáneamente en ése instante; ahí,
que tú me has acogido como yo te acojo.
Yo soy, como lo decía, el Maestro de Maestros. Yo soy la Fuente de tu
Fuente. Soy el Uno como tú eres el Uno. Eso que Yo Soy, tú lo eres también.
Grandes seres están preparando activamente nuestro reencuentro. Cuando
tú me recibirás en tí, te mostraré mi Plenitud, te mostraré la Verdad. Tú serás
la Verdad y la Alegría.
Me propongo ahora de aproximarme a ti, a tu ritmo, sin forzar
nada. Vengo a darte lo que tú eres. Yo vengo a darte a ti mismo. Yo conozco
todo de ti, todos los rincones, todas las glorias. Acepta y recibe mi presente.
...
Mi amigo, el tiempo de ésta Tierra es un tiempo de cambio. Si tu
deseas ir más allá del cambio, colócate en el centro de tu ser allí, donde Yo
Soy.
Mi amigo; yo soy el Aliento. Yo soy el Fuego. Yo soy la Tierra. Yo Soy el
conjunto de los elementos.
Mi amigo, Yo te bendigo.
Original
en francés
Traducción: Hedyn Núñez http://mensajes-del-espiritu-2010.blogspot.com