Canalización: Jean Luc Ayoun
Transcripción: Veronique Loriot
Traducción: Amparo Iribas
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Audio cortesía de Alicia Botero Toro http://hallegadolaluz.blogspot.com
UN AMIGO
18 julio 2012
Yo soy UN AMIGO. De mi Corazón a
vuestro Corazón, la Paz y el Amor. Voy a intentar hacerles comprender (más allá
del mental, más allá de toda comprensión, más allá de toda explicación) los
mecanismos Vibratorios sobre los cuales he hablado largamente, a través de los
diferentes Yogas que les he dado. Vamos a colocarnos, si les parece bien,
directamente, en el lugar de un observador que observaría los procesos que se
despliegan sobre este mundo, como sobre el ser humano. La conclusión de lo que
voy a decirles, se contiene en una frase: lo que llega siempre estuvo presente.
Colóquense por consiguiente en el
que mira la Tierra, los humanos, y vería (con una mirada exterior) los seres
vivientes, actuando. Actuando en su medio, en su medio ambiente, de diferentes
maneras. Observaría también las interacciones, a veces dulces, a veces
violentas, a veces establecidas para la Paz, establecidas en la guerra, entre
los grupos, que están en diferentes lugares llamados países. El conjunto de esas
vidas y el conjunto de esta Tierra formarían un vasto todo, poseyendo sus
propias reglas, sus propios funcionamientos. A veces, algunos humanos se harían
incluso la pregunta del sentido de su existencia e intentarían encontrar, a
través de lo que cae bajo sus sentidos, una lógica propia a lo que se
desarrolla en este mundo donde están sumergidos.
Si ustedes mantienen esa mirada del
observador exterior a lo que se desarrolla, en un momento dado, ustedes se dan
cuenta de que un proceso nuevo llega. Lo ven, como llegando del exterior de
este mundo, como de la Tierra misma, pero también del Interior de los que viven
sobre este Planeta. Lo que llega sobre esta Tierra es suficientemente
importante para que haya, efectivamente, una interrogación profunda de los
seres vivientes, en todas partes donde ellos estén sobre este Planeta. Tanto
más cuanto que el mismo proceso nuevo, viniendo del exterior, visible para
ustedes, ahí donde están, concierne también lo que es visible, para ustedes, de
ahí donde ustedes están, también, en cada vida. Habría por consiguiente una
especie de simultaneidad de lo que ustedes observarían, viniendo a modificar el
sistema, y las vidas dentro de ese sistema. La concomitancia de lo que se desarrolla
ante vuestros ojos exteriores, situados en observador de este mundo, les
aparece como una iluminación nueva, como algo que les refleja la vida
diferente. Ustedes ven una iluminación, ven algo que cambia de amplitud, que
cambia de frecuencia, de Vibración, en todo caso que viene a transformar el
equilibrio, aparentemente presente, en ese sistema viviente, y el conjunto de
las vidas que están ahí.
La primera pregunta que ustedes se
harían, incluso antes de observar lo que se desarrolla, es por qué este proceso
(que les aparece como a la vez viniendo del exterior, como del Interior de la
Tierra) se desarrolla exactamente de la misma manera en las vidas que están
sobre el suelo, y por qué algunas de ellas parecen darse cuenta, y otro no
parecen darse cuenta. Constatarían entonces que lo que emerge de cada vida está
más o menos presente, más o menos visible, y que los que no lo viven parecen
quedar como en un equilibrio anterior, sin sospechar de alguna transformación
sea la que fuera. Y sin embargo, lo que viene, lo que ustedes ven del exterior,
les parece volverse cada vez más próximo, cada vez más visible. Y a pesar de
todo, ciertas vidas viven lo mismo en ellas,
otras no parecen vivirlo. Ustedes deducen que un acontecimiento llega,
pero que este acontecimiento no es en absoluto el mismo, incluso si ustedes lo
observan como idéntico del exterior, para cada Interior, que resuena o no, está
en afinidad o no con ese mecanismo, aparentemente exterior. No pueden además
discernir si eso se produce inicialmente en un sistema viviente, o en el
conjunto del sistema mismo, es decir al exterior. Tanto más cuanto que lo que
les parece llegar del exterior del conjunto de ese sistema viviente, llega
también del Interior, al corazón del sistema viviente, en su totalidad.
La iluminación que tienen les da
para ver algo nuevo. Ustedes se dan cuenta que (de manera a priori paradójica)
lo que llega del exterior, llega por lo tanto del Interior, para algunos.
Mientras que para otros, no llega nada, ni del Interior, ni del exterior. Y sin
embargo, ustedes saben pertinentemente, por lo que ustedes ven, que la
iluminación es lo que llega y es exactamente lo mismo para todo el mundo.
Deducen por consiguiente que no es algo que cae bajo el sentido de la
observación como ustedes pueden ver, sino que se deriva directamente de la
adecuación, o de la no adecuación, de lo que se desarrolla en cada vida, como
en el conjunto del sistema viviente: es decir de su capacidad a ponerse en
afinidad, en resonancia, entre el adentro y el afuera. Y luego, imaginen que
ustedes tienen la visión, ahora, de otros mundos (donde las leyes no son las
mismas), que tienen la visión de otros sistemas vivientes, al Interior de un
sistema viviente, para quien eso parece natural e instalado para todo el mundo.
Ustedes estarían tentados de deducir que las circunstancias de un mundo no son
las circunstancias de otro mundo, donde la diferencia se debe a la capacidad de
ser consciente de lo que viene del Interior y del exterior, o a ser totalmente
inconsciente. Mientras que los que están en los mundos donde hay una adecuación
y una resonancia común entre el Interior y el exterior (para el conjunto del
sistema viviente como para todos los sistemas vivientes contenidos), no
muestran ninguna diferencia. La mirada que ustedes llevan, la observación que
hacen, les da por consiguiente a ver un proceso colectivo que se desarrolla
también al Interior de cada sistema viviente humano, pero que no tiene la misma
apariencia o, en todo caso, no se produce al mismo momento. Les aparece por
tanto, claramente, que los que no ven ni en su Interior ni al exterior, lo que
pasa, no lo viven, al parecer.
Constatan también que algunos
sistemas vivientes incluidos en ese sistema, algunos humanos, oscilan entre el
vivencia de lo que pasa, y la negación de lo que pasa. Si ustedes tuvieran la
posibilidad de ver también el tiempo específico de este sistema viviente,
constatarían que hubo humanos (que por diversas razones, por diversas culturas)
que se dieron cuenta, que aunque fueran privados de lo que llega, sin embargo
podían realizar lo que eran las mismas condiciones que en los otros sistemas
vivientes donde las leyes no eran las mismas. Y ustedes se preguntan cómo lo que no había aparecido al exterior
(que parecía sincrónico a lo que pasaba en cada sistema viviente) pudo nacer y
aparecer para un individuo dado, sin soporte exterior. Lo que llegó por lo
tanto, para un sistema viviente que es diferente del conjunto de los sistemas
vivientes contenidos en ese gran sistema, que es un planeta como la Tierra, exige
un cierto número de cuestiones.
Si los sistemas vivientes les
parecen idénticos (aunque en modos de funcionamiento profundamente diferentes)
ustedes distinguirán bien que la mecánica, si puedo decirle así, es la misma
para aquel que se sirve de sus manos, que para aquel que se sirve de una
máquina o de un pincel. La finalidad no es la misma, pero la herramienta es
exactamente la misma. A través de esta observación, podrían constatar que
existen diferencias significativas entre lo que existe en un mundo y en otro
mundo y que existen diferencias significativas también para los diferentes
sistemas vivientes humanos presentes en este mundo y que evolucionan cada uno,
aparentemente, dependiendo de lo que le es propio. Incluso si las actividades
son diferentes, las herramientas son las mismas. La llegada de lo que pasa sobre esta Tierra
que ustedes observan, yo lo dije, se produce de manera concomitante entre lo
que parece llegar del exterior, y lo que
parece llegar del Interior de la Tierra misma, como de los sistemas vivientes,
para algunos. Ustedes constatarían también que existe como una propagación, de
próximo a próximo, de esta especie de contaminación o iluminación nueva,
haciendo que lo que era, para algunos, inaparente, emerja de ellos.
Constatarían también que cuanto más el fenómeno llega al más próximo del
conjunto del sistema viviente, cada vez más continentes vivientes humanos,
parecen como modificarse. La finalidad de la observación les da a pensar que,
fundamentalmente, lo que se produce para uno de los sistemas vivientes
contenido en esos grandes sistemas vivientes llega en un momento dado, pero que
parece nacer de algo que estaba ya ahí, puesto que aparece como venido de
ninguna parte, al centro de ese sistema viviente que es llamado el Corazón,
corazón del gran sistema viviente, el planeta, como corazón del ser, su
Corazón.
Ustedes observan por tanto que lo
que aparece, lo que se ilumina, de ahí donde ustedes están, es algo que había
estado ahí, pero que no estaba iluminado. Constatan que en ningún caso la
iluminación del conjunto del sistema viviente viene realmente del exterior,
porque se produce exactamente de la misma manera, (como yo lo dije, de manera
sincrónica y concomitante) con más o menos interés y más o menos amplitud, en
un sistema viviente humano. Es por tanto algo que había estado ahí, pero que no
era evidente, ni observable, o, en todo caso, ni percibido. Así evoluciona la
Conciencia.
La Conciencia del Humano es (como
ustedes saben y como los diferentes Yogas quizá les han hecho vivir) o dirigida
hacia algo común, o hacia algo más particular y más oculto o más interiorizado.
Pero sin embargo, eso estuvo siempre allí: no hay nada nuevo. No hubo contacto,
real y observable, entre lo que ustedes observan llegar en el conjunto del
sistema viviente, y lo que llega al corazón del conjunto del sistema viviente.
No hubo contacto, ni incluso, Radiación. Por tanto, lo que nace, y que estaba
presente en algunos individuos, nace por consiguiente sobre un número cada vez
más grande de individuos, a medida que lo que es observado como viniendo del
exterior y del Interior de la Tierra, parece como acercarse. Ustedes imaginan,
por supuesto, que lo que observan no es el espectro visible, pero es realmente
el ojo del observador y de la Conciencia que ve todo lo que estaba en
interacción, todas las ondas, si ustedes prefieren, invisibles al ojo. Por
consiguiente, ha habido un proceso que pasa de un contacto directo, que esto
sea viniendo del exterior del planeta o del Interior del planeta, y que toca
los sistemas vivientes humanos. No hay posibilidad de intercambios y sin
embargo algo se produce. Ya habiéndose producido antes, independientemente de
toda acción exterior al conjunto del planeta, como al corazón del planeta, les
llegará muy lógicamente al espíritu y a vuestra observación, que lo que llega,
de hecho, siempre estuvo presente. Simplemente, no había sido visto, es decir
no concientizado, porque la Conciencia misma de los sistemas vivientes,
contenida en el sistema viviente, de algún modo era desviada por un artificio,
hacia otra cosa. Esta otra cosa que es, como lo dije, la actividad, diversa y
variada, pareciéndoles, ahí donde ustedes están, como las ocupaciones más
legítimas que sirven para mantener la vida de los sistemas vivientes
individuales, haciéndoles interactuar, permanentemente, sobre los valores que no
estaban en absoluto ligados a otra cosa más que a sus ocupaciones mismas.
Siempre como observador, ustedes
notarían, si el tiempo se desarrolla extremadamente rápido, que, de tiempos
inmemoriales, esos sistemas vivientes construyeron las representaciones al
Interior de ellos mismos, como al exterior de ellos mismos, de algo que era
necesario encontrar. Ese algo que era necesario encontrar, tuvo diferentes
nombres: Luz, Dios, Amor, reencarnación, espíritu, alma. Nombres extremadamente
diversos que se referían a algo que no podía ser visto, porque siempre era
buscado al exterior y en la interacción. Desde el instante donde ustedes
observan los individuos específicos que viven este elemento que les parece
nuevo, ustedes se darán cuenta que había estado siempre allí, pero no visto. Es
exactamente lo mismo para la situación actual de este sistema solar y de esta
Tierra.
Los ejercicios y los Yogas, que yo
les he transmitido, permitieron a vuestra Conciencia, a vuestro observador
Interior, despolarizar vuestra Conciencia de las actividades ordinarias
resultantes de la supervivencia de los individuos, de la supervivencia de un
grupo llamado familia (donde los individuos parecían nacer los unos de los
otros o presentar afinidades, diferentes o a veces fuertes), como en los grupos
más amplios (como, por ejemplo los países), porque había historias comunes y
lazos comunes. Como si los lazos exteriores impidieran ver el verdadero lazo
Interior, y por consiguiente, ese elemento que, un día, aparece, como haciendo
irrupción en la observación de lo ordinario. Los Yogas (y en particular los
Yogas que yo les transmití) permitieron desplazar, realmente, vuestra
Conciencia y, poco a poco y gradualmente (lo mismo que, quizá, los acontecimientos
exteriores como del centro del gran sistema viviente llamado la Tierra),
pusieron en marcha, de manera a veces simultánea, a veces desplazada, un
proceso de toma de conciencia de algo que había estado siempre ahí y que, sin
embargo, era buscado fuera de lo que estaba ahí. Es lo que ha sido realizado
por las Vibraciones concomitantes entre lo que se generaba, en ustedes, al
corazón de la Tierra, y que parecía venir del exterior del gran sistema
viviente.
Algunos de ustedes, entonces,
vivieron un proceso de observación diferente de lo acostumbrado, donde, poco a
poco, esta observación y esa vivencia hicieron, en algún lugar, comprender,
captar y quizá, aceptar, que había, por supuesto, algo diferente que lo que el
común de los mortales, como nosotros decimos, el conjunto de los otros sistemas
vivientes, tenía por costumbre creer y vivir. Esta toma de conciencia se hace
siempre, en un primer tiempo, como algo que es una distancia. Hay la conciencia
ordinaria, y hay lo que es observado, que da a vivir una Conciencia diferente.
Y eso es observado, pero los efectos son exteriores, en la proyección de la
conciencia misma dentro de lo ordinario y de lo común. A medida que lo que se
desarrolla (de manera sincrónica, en el Corazón del gran sistema viviente, como
lo que parece venir de un punto de otro Universo o de otra Dimensión) es vivido
de manera concomitante, y es realizado como concomitante, en ese momento, el
observador que vive esta modificación comienza a vivir que lo que se desarrolla
como novedad, aparente, en él, se despliega como novedad, aparente, también, en
su medio de vida, y que sin embargo, los otros no ven, no sienten y no
perciben. De aquí en adelante, se puede decir que cada uno tiene razón, porque
lo que vive cada uno, para el observador exterior, es profundamente resultante
de su experiencia y que esta experiencia, que es vivida o no, condiciona la
adhesión o no a otra etapa. Aquel no que no ve nada, al exterior como al
Interior, no puede, por supuesto, generalmente, ni captar ni comprender ni transformar
sea lo que fuere. Desde luego, más lo que parece llegar del corazón del sistema
viviente, de la Tierra como del Humano, como llegar también del exterior (las
otras Vidas, los otros Humanos, el Universo), se produce de la misma manera.
Hay, en ese momento, un proceso nuevo que puede aparecer, desde el instante
donde el sistema viviente humano no se considera más como aislado, encerrado,
porque percibe que lo que pasa, en él, primeramente, pasa en otros y a
continuación, está también presente en la observación, en el Corazón de la
Tierra como en el Corazón de las Estrellas, o en el Sol, lo que es lo mismo.
Generalmente, no obstante, esta
toma de Conciencia, este cambio de mirada, se hacía, hasta el presente, de
manera extremadamente violenta, pasando por un sentimiento de desaparición,
precisamente, de lo habitual y de lo ordinario, con una forma de angustia de lo
desconocido o de lo nuevo, que, cuando el observador mismo decide no
identificarse a lo que le parece ser otra cosa de la normalidad, (ndt: es
vivido) por tanto como traumatizante o conmovedor. Desde ese instante, durante
este choque, este individuo que vive esto va a llegar a algo enteramente nuevo
y radicalmente nuevo. Hasta el presente, la Conciencia era llevada sobre eso
nuevo, vivido en la experiencia misma, vivido en la observación de la Tierra,
del Cosmos y de otros sistemas vivientes humanos. En ese instante, llega algo:
ese algo es notable porque acarrea una solución de discontinuidad, es decir que
había un antes y había un después, y que entre el antes y el después, lo que se
percibe, más allá de los sentidos habituales (lo que se vive más allá de los
sentidos habituales) no representa más la misma estructura, el mismo desarrollo
ni tampoco las mismas posibilidades. El instante donde se vive lo que yo
enuncio (es decir que lo que llega, y que lo que se vive, siempre ha estado
presente) basta para cambiar radicalmente al ser que lo vive. Porque en ese
momento, todo lo que había sido construido (como sistema de valores, como
sistema de creencias, como adhesión a las leyes de este mundo) es muy
simplemente pulverizado, porque el ser se da cuenta de que él no es, real y
objetivamente, nada de lo que él vivía, nada de lo que él emprendía, y que
existe algo que no es él y que sin embargo miraba todo eso, esperando este
momento. En ese momento, el ser es Absoluto, es decir que habiendo cambiado de
mirada, de punto de vista, de Conciencia, habiendo aceptado simbólicamente morir
a la costumbre, se descubre Ilimitado o Absoluto. En ese instante (cuando esa
conmoción se produce), el ser no puede más estar condicionado por otra
experiencia que ésta, que no es una experiencia, sino el establecimiento en el
observador que miraba todo eso del exterior y que ustedes eran hasta el
presente. Y por tanto, él vive que lo que le llega y que lo que llega, siempre
ha estado presente, es decir que no está ni sobre este mundo, ni en este mundo,
que no hay ninguna Luz que llega, que no hay ninguna transformación que llega,
puesto que él era el que miraba, de muy lejos, y que estaba inmóvil. Teniendo
la Conciencia (después de ser pasada por un sentimiento de pérdida de lo real,
y de pérdida de la realidad, y de pérdida de la acción) tan amplia, tan
inapropiada a lo que sucede realmente, que no puede más adherir, de ninguna
manera, a lo que se desarrolla sobre este mundo. Salió, definitivamente, de
este mundo y se da cuenta de que todo lo que se desarrolla, sin ninguna
excepción, no existe y que la única cosa que existe, es lo que Es, de toda
Eternidad, que nunca dejó de observar.
No hay pues una revolución total,
que pone fin a lo que sea, sino que vuelve a colocar, muy precisamente, al ser
humano en lo que él Es, más allá de lo que él vive. Pues estrictamente nada
llegó puesto que todo estuvo siempre ahí, todo estuvo siempre presente. Eso
confirma, enteramente, lo que les dijeron numerosos Despiertos y Liberados,
pero mientras que ustedes no lo vivan por ustedes mismos, dependen, en totalidad,
de las leyes de este gran sistema viviente. Dependen de las interacciones, en
ustedes, como en un grupo social. Siendo dependientes de todo eso, no pueden
realizar que ustedes no Son nada de todo eso, sino que Son lo que siempre
estuvo ahí, afuera, y que, observaba, desde siempre. Lo que ha sido cortado, y
que ustedes saben, es, justamente, la comunicación entre lo que se vive, para
un humano, en el gran sistema viviente, y el observador que siempre estuvo ahí,
y que nunca se movió. Eso les permitirá comprender, fácilmente, que aquellos de
nuestros Hermanos y de nuestras Hermanas encarnados cuya mirada no tiene la
posibilidad de abarcar, a la vez, lo que nace en ellos, y a la vez, el
observador que nunca se movió, no podrán nunca, mientras ellos mismos no lo
hayan vivido, adherir o vivir lo que ustedes viven. Porque existen,
efectivamente, las creencias, existe lo que han sido nombrados los apegos, de
los cuales la mayoría tienen por objetivo desviarlos, y de manera muy hábil,
del observador que está afuera del sistema.
Así pues, lo que parece llegar, y
lo que llega, según un cierto punto de vista, verdaderamente, siempre estuvo
ahí y de hecho, en la medida donde el observador exterior tiene una visión de
otro modo más amplia, en el tiempo y en el espacio, hasta llegar a un punto
donde no existe ni tiempo ni espacio. Si ustedes viven eso, constatan que todo
siempre estuvo ahí, y que nada aparece, que nada llega. Pero para eso, hay que
salir. Esta salida (que pone, por supuesto, todo lo que es limitado y encerrado,
en peligro) está altamente encadenada, a pesar de lo que llega, aparentemente, a
la conciencia misma, que no puede deshacerse de lo que la tiene puesto que no
tener más, para ella, es desaparecer. Ahora bien el observador, sabe a ciencia
cierta que ninguna vida se desarrolla, que nada llegó, y que nada llegará, que
quedará siempre afuera del tiempo y del espacio, en todo punto de todo tiempo y
de todo espacio relativo. Vivir esto es llamado Liberación y, en este caso,
para ustedes: Liberados Vivientes (no puede, por supuesto, ni ser comprendido,
ni captado, ni aceptado, mientras que ustedes creen y viven un límite
cualquiera de cuerpo, de pensamiento, de creencia o de apego). Simplemente, en
un momento dado (al cual ustedes llegaron, que, de hecho, nunca se llegó, sino
simplemente se observa), la interacción entre lo que parece venir del exterior
del sistema, como del corazón del sistema, y por tanto de ustedes también, es
tan absorbente, tan invasor, que no pueden hacer más que extraerse. Extrayéndose,
hay una muerte. Esta muerte no concierne lo que ustedes Son: es decir, les
recuerdo, este observador que nunca se movió, que nunca se desplazó, ni en el
tiempo, ni en el espacio. El desarrollo cinético se despliega, para el
observador, suficientemente lejos, como en el mismo tiempo. Estos son los
principios que vuestros físicos, hoy, conocen perfectamente y que ellos aplican
perfectamente a lo que es la Conciencia y la no conciencia. Desde el instante donde
ustedes perciben, en la Conciencia como en la no conciencia, más allá de la
percepción misma, que no hay ni tiempo, ni espacio, ni movimiento, ni adentro
ni afuera, ustedes están Liberados. No pueden estar ser más sometidos, como
dirían nuestros Hermanos aborígenes, al Sueño común. Ustedes no sueñan más.
Ustedes son Absoluto. Nada muere porque nada nació. Nada se desplaza porque
nada puede desplazarse. Eso los hace pasar de la conciencia limitada a una
Conciencia ampliada, por la Vibración, y luego, al observador, y luego a lo que
está detrás del observador, que es, de hecho, el Gran Todo, que incluye al
observador fuera del sistema viviente y fuera del sistema viviente humano.
Lo que se desarrolla, en ustedes,
en este momento (por los diferentes mecanismos que les han sido dados y
comunicados y que ustedes viven), es, muy exactamente, el momento preciso donde
el pequeño sistema viviente se da cuenta no sólo de que él es parte del gran
sistema viviente, sino que de hecho, él está vivo fuera de todo sistema, de
toda forma y de toda otra interacción con otro sistema viviente. Puesto que la
interacción misma, con otro sistema viviente, dentro de ese gran sistema
viviente, lo único que hace es mostrarle que no hay más existencia en él, como
en el otro sistema viviente, y que lo que es Vivo es, realmente, lo que es
capaz de colocarse en el observador y detrás del observador (que escapa al
tiempo y al espacio). La única manera de vivir esto podría ser llamada el
Renunciamiento o Abandono y sobretodo el Amor. Pero no un amor proyectado, sino
un Amor intrínseco, ligado a la naturaleza misma del conjunto, y no de un
individuo: del conjunto de los sistemas vivientes como del conjunto del planeta
y el conjunto de los mundos. Lo que vuelve a dar la impresión de acercarse al
observador exterior y de lo que está detrás del observador y que todo eso
siempre estuvo ahí. Hay pues una extracción de la ilusión del tiempo, una
extracción de la ilusión del espacio, como de la ilusión del pensamiento y de
la ilusión del cuerpo y sin embargo todo se desarrolla dentro de esta ilusión,
porque ustedes no pueden, de ninguna manera, poner fin a la ilusión negándola o
huyendo de ella. Esta, como eso se ha dicho, alquimia o transubstanciación no
pueden realizarla más que del Interior, puesto que eso siempre estuvo ahí. No
se puede decir que la Conciencia, en este caso, pasa de un punto a otro, puesto
que el observador que está fuera del sistema no está más localizado en un punto
o en otro. No hay pues nada que llegue puesto que nada nunca llegó y que todo
es siempre presente. Así, lo que yo les presento, a través de lo que les he
dado a ver, traduciéndose finalmente por: “lo que llega siempre estuvo
presente”, les permite y es una ayuda para permitirles ser lo que ustedes Son,
más allá de toda identidad, de todo cuerpo planetario, de todo sol, y de toda
transformación, visible o invisible.
Vivir esto es la Libertad y la
Liberación, no aceptándola, no deseándola, sino, justamente, renunciando a sí
mismo, por el Abandono. La progresión que hemos llevado, juntos, desde más de
tres años (y para algunos de ustedes, desde casi treinta años), no tenía más
que esta finalidad, que no es una, sino llevar gradualmente la Conciencia a la
Luz y llevar esta Conciencia de Luz, a la No Conciencia, haciendo así cesar, al
mismo tiempo, toda identificación, toda proyección, toda experiencia. Pero, una
vez más, algunos sistemas vivientes no estarán listos para aceptar esto, ni
incluso desear o querer vivirlo. Es en este sentido que se les dijo que se les
hará según vuestra Vibración, es decir según vuestra Conciencia Vibral o no, y
según vuestro Abandono o no. Lo que sucede actualmente, que parece
desarrollarse con una visión un poco más cercana de lo que ocurre en ese gran
sistema viviente que es la Tierra, es que hay una puesta en adecuación, total,
entre lo que viene del corazón de la Tierra, lo que viene aparentemente del
exterior, y el humano que está situado al medio (para aquellos que lo han
aceptado). Ustedes no pueden de ningún modo modificar el equilibrio de
cualquiera, excepto ejerciendo vuestra calidad de aquel que, o ha Realizado el
Sí, o se estableció en Absoluto. Hay pues una propagación que permite, cada vez
más, al sistema viviente que rechaza verlo porque ellos no tienen la
posibilidad, de vivir por fin un proceso que siempre estuvo presente, que
siempre estuvo ahí. Y además, esta frase: “lo que llega siempre estuvo
presente” es exactamente la frase que ustedes pronunciarán en el momento donde
serán Liberados, porque nada aparece y nada desaparece, ni ustedes, ni el otro.
El conjunto de Yogas (que ha sido
vivido o no) y lo que ha sido descrito, justo antes que yo, por la Estrella
GEMA (ndr: GEMA GALGANI), corresponde muy exactamente al acercamiento y a la
Fusión de lo efímero de ese sistema viviente, que es el vuestro, con el gran
sistema viviente de la Tierra, con la acción de lo que viene del exterior de la
Tierra como del Interior de la Tierra, la desaparición de toda proyección. Eso
se traduce por la percepción de lo que ha sido llamado Manto Azul de la Gracia,
inmediatamente precedido por la Onda de Vida o la Onda de la Gracia. Siendo
vivido eso, ustedes toman realmente el sentido de la frase como verídico, para
ustedes: “lo que llega siempre estuvo presente”, porque ustedes se extrajeron
de la ilusión temporal, espacial y se extrajeron del Sueño común. Es
exactamente así como se desarrolla vuestra Ascensión, en este lapso de tiempo
que está presente. Las creencias, tan poderosas, de este gran sistema viviente,
les han hablado de la evolución y por consiguiente ustedes están condicionados,
sin ninguna excepción (hasta ese momento donde se vuelven lo que es el
observador y detrás del observador), por los sistemas de creencia y de
valorización que los hacen adherir, a pesar de ustedes, a la acción/reacción.
Porque, desde el instante donde hay acción o reacción, hay perpetuación del
aislamiento.
Mientras el tiempo no se haya
parado realmente, mientras que el espacio no se haya parado realmente, ustedes
son dependientes del tiempo y del espacio. Lo que se desarrollará después de la
tercera sesión del Manto Azul de la Gracia (ndr: a partir del jueves 19 de
julio, 22 horas 30, hora francesa), va a hacerles vivir, para muchos, que lo
que llega siempre estuvo presente, y que lo que ustedes buscan, eran ustedes
mismos y que lo que es buscado es lo que ustedes encontraron (y que, de hecho,
no tiene necesidad de ser encontrado, ni buscado). Solo la mirada separada,
dentro de un pequeño sistema viviente como del gran sistema viviente, les hace
creer que había, en el Sueño común (cualquiera sea el que es responsable del
Sueño), algo a mejorar, algo a bonificar, algo a transformar. Este mecanismo
está mucho más allá de un mecanismo: no es algo que ustedes puedan dominar,
controlar o decidir, por lo menos por la primera vez, si puedo expresarlo de
esa manera.
Ser Absoluto no es pues de ningún
modo estar en una negación de la vida (de lo que era antes, antes de ser
Absoluto), ni una negación de la Tierra, sino una negación de la ilusión, no
por negación si no por vivencia. De esta única manera, de esta única manera, el
Manto de la Gracia representa esta indecible Alegría y este Choque (depende)
del encuentro entre lo efímero y el Absoluto, que no es un encuentro puesto que
lo efímero está contenido en el Absoluto. Es muy difícil poner una palabra
precisa sobre esto, sobretodo en esta lengua. Así pues, cuando ustedes son el
observador, ninguna duda más puede manifestarse, ningún miedo puede aparecer,
porque el miedo, como la duda, existen solamente en lo relativo de la Ilusión.
Ustedes ven, a través de este ejemplo, que se podría, efectivamente, hablar de
punto de vista, pero ese punto de vista no es un punto de vista ligado a la
vista, y todavía menos a la Conciencia. Eso no puede ser más que vivido, y es
en ese sentido, que muchos les han dicho que nada podía ser dicho. Existen los
testigos y los marcadores, como eso ha sido explicitado. Existen las
aproximaciones, pero verdaderamente nada puede ser accesible a las palabras,
incluso si es posible, todavía una vez, testimoniar, en los primeros momentos
de la vivencia, de la Onda de Vida, del Supramental, o del Manto Azul de la
Gracia, o de los contactos. Ese punto de vista escapa pues a toda localización,
a todo emplazamiento. Es en ese sentido que algunos les dijeron, todavía
recientemente, que ese centro es en todas partes el centro, que no es el centro
de una circunferencia, el punto de un círculo, sino que eso es, al mismo
tiempo, todos los puntos de la circunferencia. El humano que llega ahí constata
que eso siempre estuvo presente. Eso habiendo estado siempre presente, se
establece, con la más grande de las facultades y de las facilidades, en la
Impermanencia y en el Absoluto. Lo que puede parecer, para aquel que no lo
vive, por una razón o por otra, como una aberración. Y eso lo es, para él,
porque, mientras eso no es vivido, eso no puede ser integrado, porque eso, del
punto de vista de la Conciencia humana o de la conciencia de la Tierra, parece
tan vasto, tan improbable, tan imposible, que nunca esta Conciencia,
dependiente de un cierto número de fuerzas, no puede considerarlo, ni incluso
esperarlo (incluso si ella lo desea) sino, más bien, serle temible y temido.
Los elementos dados por el que se llama BIDI, como la pesquisa y la refutación,
los conducirán, en un momento dado, a volverse la frase que es el objeto de la
conclusión de lo que yo tenía para decirles: “lo que llega siempre estuvo
presente”.
La impresión de lo efímero, la
impresión de depender, encadenado o encerrado, de un cuerpo, de un sistema de
pensamiento, o de cualquier otra cosa que sea, no tiene sentido ni
justificación. A través de lo que elegí darles a entender y a distinguir, más
allá de toda comprensión, si ustedes debieran retener solo una frase, retengan
esta de mi conclusión que dije al final y al principio: “lo que llega siempre estuvo
presente”. Si ustedes viven eso, ustedes están Liberados. El Manto de la Gracia
forma, de algún modo, una franja de interferencias, una interfaz, donde se
vuelve más fácil ver cambiar el punto de vista. He aquí los elementos que tenía
para trasmitirles. En función de esto, y si ustedes tienen el tiempo ilusorio y
ustedes tienen preguntas, yo respondo.
No tenemos preguntas, le agradecemos.
Queridos Hermanos y Hermanas, de Mi
Corazón a Vuestro Corazón, en la Comunión y la Paz y en Nuestra Eternidad. De
vuestro Corazón a mi Corazón, hasta pronto.