Original en
francés.
http://www.autresdimensions.com
Canalizado: Jean Luc Ayoun
Transcripción: Véronique Loriot
Traducción: Odilia Rivera y Amparo Iribas
http://mensajes-del-espiritu.blogspot.com
http://mensajes-del-espiritu-2010.blogspot.com
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Canalizado: Jean Luc Ayoun
Transcripción: Véronique Loriot
Traducción: Odilia Rivera y Amparo Iribas
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Audio cortesía de Alicia Botero Toro http://hallegadolaluz.blogspot.com
MA ANANDA MOYI
21 de Julio
del 2012
Yo soy MA
ANANDA MOYI, Hermanos y Hermanas encarnados, les doy mis bendiciones. Voy a
hablar libremente, según lo que viví, estando encarnada y tratar de hacerlos
vivir, y más allá de esto, hacer resonar, en vosotros, el Amor, la gracia y la
Vida. La Vida, donde que ella esté, es Amor. No podría existir la menor vida
sin Amor y no obstante, en la superficie de esta Tierra, lo que es dado a ver
es todo, menos el Amor, todo, al menos en una apariencia.
Muchos
elementos entre Hermanos y Hermanas, entre naciones, entre grupos, no parecen a
primera vista, expresar el amor. Y no
obstante, aquí como en otra parte, somos Amor. Entonces, ¿cómo tratar de
comprender, de entender, cómo lo que es observado no refleja y no expresa la
Vida y el Amor? La guerra, cualquiera
que ella sea, entre dos seres, dos naciones o dos grupos, tiene por objeto, a
priori, destruir la vida, negarla. Y no obstante, eso no cambia estrictamente
nada de lo que somos: Amor. La vida, ni
comienza ni se detiene en la muerte. La
vida está por todas partes. Ella es, a
la vez la expresión misma de la conciencia, de la no conciencia y el encuentro
de todo lo que es posible como interacción, como intercambio, incluso si la
apariencia es lo opuesto.
El ser
humano en encarnación pasa su vida para buscar el Amor, y lo que se refiere al
Amor, que eso sea a través de las religiones, a través de un trabajo. Es muy
raro de encontrar un ser humano que, en alguno de los sectores habituales de la
vida sobre esta Tierra, no experimente el Amor. Y no obstante, lo que puede
parecer lo opuesto del Amor solo es en realidad la carencia de Amor y por lo
tanto la búsqueda de este Amor, del cual estamos privados, en una cierta
medida, estando vivos. Ahora bien, hay
siempre variedades de Amor como de seres humanos. Existe, por otra parte y todos lo sabemos,
cuando estamos en esta carne, una gama infinita de amor. Les hemos dado desde hace años, otra idea,
otro concepto, otra Vibración del Amor.
Este Amor que es llamado a menudo incondicional, pero que es bien mas
que esto, que es, como lo dije, la Vida ella-misma. Todos los comportamientos (que son manifestados
por nuestros Hermanos y Hermanas, por los grupos, por las naciones) que parecen
aparecer como contrarios al Amor, solo son el reflejo del miedo. Este miedo no
es, más que el reflejo de ciertas manifestaciones vinculadas al vacío, a la
ausencia, a la necesidad de protegerse y de no sufrir.
Entonces, ¿cómo
explicar que esta necesidad de no sufrir, frecuentemente se expresa por el
sufrimiento? Porque existe un círculo
vicioso. Porque el Amor, cualquiera que sea, en todas sus declinaciones, en la
superficie de este mundo, jamás podrá colmar, de manera definitiva lo que
somos: este Amor, esta esencia de Amor y esta Vida. ¿Es decir que esta vida
está mal hecha? No ninguna vida está mal hecha. Existen simplemente las
circunstancias que alejan del Amor y que tienen, por nombre, miedo, avidez,
carencia. Ellas mismas resultando de una incomprensión, de una forma de ruptura
con el Amor que somos, y mucho más allá de este pasaje entre la vida y la
muerte, sobre este mundo. Todo lo que el ser humano manifiesta y expresa, desde
las esferas aparentemente las más áridas (tocando al dinero o a la organización
de la vida) es también la expresión de esta carencia de Amor, y es también la
expresión de lo que ha sido, realmente amputado. Lo que ha sido amputado, es la
libre circulación del Amor, lo que nosotros llamamos la Comunión. La
imposibilidad, por diversas razones de comulgar, va a inducir por ella misma un
miedo. Que no se recuerda tener en frente del que es amado, y que de alguna
manera no nos comprende, no parece responder a nuestras expectativas, no
comulga con nosotros. Porque, por supuesto, el Amor nunca estará en alguna
palabra, y diría incluso, en un comportamiento, por que el Amor es nuestra
naturaleza. Debería, muy lógicamente, existir y manifestarse independientemente
de toda palabra, de todo vínculo de toda comprensión o incomprensión por las
palabras o los comportamientos. Y no obstante sabemos, todos, que esto no es a
menudo el caso porque el Amor es siempre buscado a través de una carencia, a
través de un miedo, a través de una insuficiencia. Porque el Amor, tal como lo
definimos cuando estamos encarnados, es, lo más frecuente, la traducción de una
carencia, la traducción de una proyección, como si, la esencia que somos no
estuviera visible y nos hiciera, sin excepción buscar al exterior este
Amor. Cualquiera que sea la relación que
se establece (que sea la más amorosa, la más romántica, que sea la más
auténtica), no hace, en definitiva, que traducir la insuficiencia y el no estar
completo, que está presente en cada uno de nosotros.
El ejemplo
de mi vida, y de tantos otros, ha mostrado que la fuente del Amor era, ante
todo, en el corazón, es decir en sí mismo.
Y que no se podía amar que lo que lo que ya se había encontrado, como
Amor, en sí. Y que el amor que proyectamos solo es el reflejo de lo que,
justamente, no hemos encontrado. Y
hablamos, entonces de complementariedad, hablamos entonces, de satisfacción:
este amor siempre es condicionado y condicional, porque debe responder a una
expectativa, debe responder a una aspiración (encontrada en el otro, en un
arte, en un grupo, en una filiación, poco importa) Esta forma de amor, estará
siempre condicionado, porque no puede establecerse en la Comunión. Y la
Comunión solo puede establecerse desde el instante donde hayan ustedes mismos,
encontrado en vuestro Corazón la naturaleza de lo que Son. No a través de una
historia, no a través de los vínculos sino mas bien, con el reconocimiento de
vuestro propio Corazón, de nuestra propia Esencia. Desde el instante en que se hayan encontrado,
el amor transcurre y fluye de ustedes mismos, dándoles a vivir las relaciones más
profundas y muy diferentes de aquellas que son dadas a vivir en la carencia, de
toda relación humana o de toda relación con un sujeto de pasión o un objeto,
que no está de acuerdo con este amor vivido en el corazón. Desde el instante
donde un ser humano, un Hermano o una Hermana se encuentra a si mismo, el
irradia, a todas luces este Amor, sin tener necesidad de buscar otro amor. Y la magia hace que en ese momento, el Amor
fluya de el, al igual que fluye del que está frente a él, y que no tiene ya
ninguna carencia. Lo que quiero decir con esto es que si la esencia del amor
estuviera presente en cada uno de nosotros en encarnación, no habría ya ningún
problema de relación, ningún problema de guerra, de competencia, de depredación
o de incomprensión. Es la carencia y el miedo que crean toda la falta de
armonía y todas las guerras.
Ha sido dicho
en numerosos textos: “amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Y si vieran
objetivamente, constatarán que no pueden dar que lo que han encontrado en
ustedes. Cualquiera que sea el significado que le den, cualquiera que sea la
expresión que le den, no pueden dar que lo que son. No pueden dar lo que no son, esto es
imposible. Y es precisamente esta carencia, este no estar completos, que está
presente en ustedes, lo que deriva todas las diligencias amorosas, sin
excepción. Desde el instante donde estén
llenos del Amor de ustedes mismos, y no en esta persona, sino en el sentido el
más auténtico, no puede existir la menor proyección de expectativa, la menor
proyección de carencia, la menor proyección de interrogación. Porque han de
alguna forma reemplazado la relación por la Comunión. Y esta Comunión nada
tiene que hacer, en definitiva de las carencias de los demás, que sean
aparentes u ocultas, porque lo que emana de ustedes, en ese momento no puede en
ningún caso ser alterado por una relación, cualquiera que ella sea (de
dependencia, de filiación, o incluso en el amor el más equilibrado). Mientras que no se hayan encontrado a ustedes
mismos en vuestra naturaleza de Amor, no harán más que reproducir las
situaciones de carencia que, inexorablemente se traducirán por los
desequilibrios porque ellos son preexistentes del hecho mismo de la carencia.
Algunos de
sus proverbios en Occidente dicen: “la caridad comienza consigo mismo”. ¿Cómo pueden esperar encontrar en otra parte
que en ustedes mismos algo que los satisfaga, mientras que no se han dado
cuenta de lo que Son, y que el conjunto de todos los otros Hermanos y Hermanas,
situaciones, está ya en ustedes? Es imposible encontrar una satisfacción: todo
lo más irá de un momento dado de vuestra vida hasta el fin de la misma. Y parecen eternos, pero saben que este amor
nunca es eterno, porque el se disuelve a la muerte. Y allí, se produce, otra
vez, la carencia, la insuficiencia, el sentimiento de pérdida, el sentimiento
de abandono y de haber perdido algo esencial. Esto es profundamente diferente
si son ustedes mismos, la naturaleza misma del Amor. Si se han encontrado,
nunca podrá existir a través de una desaparición, cualquiera que ella sea, un
sentimiento de carencia. El Amor es por lo tanto, en el sentido más humano, la
traducción de una carencia, la traducción de un miedo y de una insuficiencia. Cuando el Amor el más auténtico está allí, se
basta a sí mismo. No es por esto que el se encierre, al contrario, es
justamente en este momento que él está liberado y que puede emanar
efectivamente del Ser hacia todo Ser. Y
este Amor es llamado incondicional. Solo es necesario traducir la realidad del
Amor, que está más allá de toda relación pero que se establece (como lo viven,
quizá ahora) en las diversas Comuniones que vivimos con ustedes y que viven entre
ustedes, y que sobrepasa palabras, que sobrepasa carencias, porque hay una
completud posible, y presente, de cada lado.
El Amor es
el motor de la vida, es la composición, y a la vez la justificación, el motivo
y el fundamento. Entonces el humano busca (frecuentemente, en el otro o en otra
parte, en otras Dimensiones) el Amor que el mismo es. Como lo saben hay una
forma de restricción para el amor, el simple hecho de perder la conciencia
entre la vida y la muerte y la muerte y la vida, no permiten encontrar una continuidad. No hay continuidad de nadie: todo lo más
existe una continuidad a través de lo que ha sido llamado el Karma. Y sin embargo, todos los seres que han
escapado a este cuerpo, por una razón o por otra, han realmente concientizado
la naturaleza de lo que son. Incluso sin ir más lejos, fuera de este cuerpo,
incluso sin ir más lejos, fuera de esta Dimensión, el Amor está omnipresente.
Es como si, en este mundo la carne fuera un amortiguador, un freno que ha
impedido vivir la realidad del Amor, tal como ciertas experiencias pueden
darles, procurarles. Incluso en la carne hay siempre la noción de buscar un
complemento, y sabemos que este complemento que es encontrado no dura más que
algunos instantes. Porque si durara eternamente, no habría ninguna necesidad de
reproducirse en la carne, estaría presente todo el tiempo.
Ahora bien,
obviamente, ¿qué es lo que hace que la humanidad, en esta carne esté siempre en
la carencia, en este miedo? Es, obviamente, la dificultad para amarse a sí
mismo, pero no amarse como persona, amarse como Principio de Vida. Ahora bien, este Principio de Vida ha sido
precisamente, en algún lugar, alterado, porque a menudo, ningún ser humano, sin
excepción hasta el presente, tenía la posibilidad de vivir este tipo de Amor. Entonces,
obviamente, a través de esta carencia, de esta insuficiencia, todas las
relaciones (cualquiera que ellas sean) solo traducirán una idealización, o una
proyección de carencia que tiene necesidad de ser colmada. Pero todos tenemos
mucha dificultad para encontrarla en los demás, cualesquiera que sea la
relación. Mientras que permanezcamos al
nivel de una relación de carencia, nunca será colmada. Entonces por supuesto, existen los amores tan
intensos, que cuando dan todo vuestro amor, cuando se proyectan totalmente en
lo que dan al otro, puede parecer estar lleno de algo que viene a poner fin a
toda carencia. Este amor allí, cualquiera que sea su aspecto, no podrá nunca
durar más allá de un cierto tiempo, porque efectivamente, existe un decaimiento
de esta proyección. Nadie puede estar en permanencia en esta proyección, sin
decaer. Nadie puede estar en
permanencia, en este don de Amor, sin quedar exhausto.
Y entonces,
tienen el ejemplo de personas que han sido capaces de dar y de ser este Amor,
en permanencia, y a menudo han dicho que ellos estaban alimentados por un Amor
que venía de otra parte, pero de otra parte que su corazón, sino simplemente
que su corazón estaba lleno de Amor, sin que hubiera necesidad de
justificación, sin que hubiera necesidad
de vínculos, sin que hubiera necesidad de traducir algún sufrimiento o alguna
carencia. Esto era profundamente verdadero para muchos de los místicos, en su
forma de adoración a la Luz, o a un personaje habiendo vivido este Amor,
habiéndolo manifestado. En este momento
para estos seres, el Amor no tenía necesidad de ser proyectado porque emanaba
espontáneamente de ellos mismos, más allá de toda voluntad y más allá incluso
de la noción de hacer el bien, porque ellos eran el Bien, y porque lo que
irradiaba de ellos no tenía necesidad de algo, de justificarse, de mostrarse o de demostrarse. Mientras que,
por supuesto, en el estado de este mundo en el cual viven, y quizá con lo que
han vivido, las cosas son profundamente diferentes. Porque el Amor incondicional, el Amor Vibral,
les ha, de alguna forma, permitido reconectar la naturaleza profunda de la
Vida, y hoy, quizá, viven los estados de gracia, más o menos intensos, más o
menos pronunciados, más o menos evidentes.
Desde el
instante donde han encontrado, sin haber buscado, desde el instante donde,
reconocen lo que Son, el Amor está allí. No hay ninguna alteración de este
mundo que cuente. No hay ninguna
limitación de este mundo que pueda impedirles encontrar lo que Son,
cualesquiera que sean las circunstancias, incluso las más dolorosas de una vida
humana. Y por otra parte, sabemos que es en los momentos los más difíciles, en
los momentos de gran sufrimiento, en los momentos de gran pérdida, que un ser
humano es capaz, a menudo, de manifestar lo que el Es, más allá de todo
artificio. Porque, en esos momentos, los mecanismos de proyección son
aniquilados. Porque en este momento, todos los sueños (todo lo que había sido construido
por una razón importante) aparece devastado y destruido. Y por lo tanto es en
estos momentos que abre el verdadero Amor, el que no depende de ninguna
circunstancia, ni exterior ni de relación.
Los Hermanos
y las Hermanas que han vivido las experiencias llamadas “a las puertas de la
muerte” han traído de regreso el recuerdo de este Amor que está más allá de lo
visible, ilustrado por un gran Ser, por un miembro de la familia que ha
partido, o aún, por lo que está detrás de todo esto, es decir el Sol, la Luz.
Entonces por supuesto, el recuerdo de la experiencia en sí misma, fuera la más
imponente, la más potente no es la causa del cambio de estas gentes, de estos
Hermanos, de estas Hermanas que lo han vivido.
Y por lo tanto, permanece en ellos, más allá del recuerdo, esta
emanación de Amor tan particular, que no depende de ningún contexto, y sobre
todo, de ninguna vida Interior, de ningún sufrimiento, de ningún miedo, de
ninguna pérdida, esto todos lo hemos sabido a nuestro alrededor. Y luego,
tienen también seres que, por una u otra razón, se encuentran para emanar este
Amor y para vivir lo que es llamado las gracias, los éxtasis, los Samadhi, que
no dependen de ninguna circunstancia exterior, y simplemente de una
circunstancia Interior. Estos Seres son
entonces capaces, sin decidirlo, sin quererlo o sin desviarlo, de emanar en permanencia,
esta calidad particular de Vida que es el Amor auténtico, incondicional y sin
condiciones.
Hoy, cada
vez más, los Hermanos y las Hermanas se despiertan a esta Verdad y la viven.
Eso se hace a través de una serie de señales, esta señales las conocen: son los
Pilares, son las Vibraciones, son lo que pasa a nivel de lo que es llamado la
energía, la Vibración, la conciencia. La Conciencia es Amor, ella misma. Y sin
embargo las guerras están siempre también presentes, sin embargo los conflictos
están siempre también presentes. Las cosas cambian, porque para aquellos de
ustedes que viven los contactos con nosotros, saben bien que lo que viven nada
tiene que ver con un amor condicionado o condicionante, vivido sobre este
mundo, incluso en el vínculo el más fuerte existente entre una madre y su hijo:
no hay una medida común con lo que pueden vivir en Comunión. Esto se produce, y
esto es cada vez frecuente. Lo constatan en ustedes y a su alrededor, por otra
parte, ustedes están aquí para esto. Es importante aceptar antes de poder
irradiar, que el único Amor posible se sitúa al interior de Si y que entre más
se borre la persona que creen ser (a través de un choque, a través de un
enfoque), mas este Amor puede irradiar y manifestarse. Es como
si la ausencia de interacción con la naturaleza de lo que somos, limitase (por
alguna razón, esta vez, externa), impidiendo toda alteración de lo que irradia.
Es en estas circunstancias, que se
produce el acceso al Si, al Despertar, a la Realización. Es en este nivel que
se realiza el Samadhi, la Paz.
Y entonces,
les hemos hablado de la Morada de Paz suprema, que es este estado y viene a
transcender todo lo que puede ser conocido, en todo amor proyectado, como en
todo amor encontrado en sí e irradiado. Es aún algo más, que envía más allá del
humano y que no obstante, permanece totalmente humano. Por supuesto, todo esto
pueden parecer las experiencias, todo esto puede parecer muy complejo, muy
difícil, sobre todo a través de las experiencias de la vida de este lado. Sin
embargo existe la posibilidad, hoy, de ya no ser afectado por lo que sea de
este mundo, sin desviarse, sin por ello condenar este mundo, más bien como
cualquiera que sea. Nadie dijo que era fácil, pero en todo caso, esto es lo que
muchos de ustedes han experimentado o continúan experimentando, a ver o vivir:
este Amor no condicionante porque no es el reflejo de una carencia sino es el
reflejo de lo que ha sido conocido en Si, redescubierto en Si, y que permite
una irradiación mas allá de todo deseo, más allá de toda carencia proyectada al
exterior de Si. Esto es el Amor porque esta es la Vida. Y cuando la Vida es
encontrada, la gracia está allí. Cualesquiera que sean las palabras que le
apliquen, siempre es el mismo sentimiento de estar pleno y que nada puede ya
vaciarlos. Esta plenitud que llaman Alegría, Samadhi, Shantinilaya, resulta de
hecho de esto, es decir de esta plenitud, de este sentimiento de estar
completo, de no tener nada más que hacer que amar. Porque desde el instante
donde, el Amor sirve algo lógico (una filiación, una relación a un hijo, a un
padre, una relación de pareja), este amor será siempre una proyección. Muy
raramente encontrará el equilibrio. Ahora bien, existen por supuesto las parejas
que pasan el conjunto de su vida entre ellos, pero esto no es el amor Vibral,
es un amor que ha encontrado un equilibrio estable y saben muy bien, que está
lejos de ser lo más común, y lejos de ser lo más fácil de vivir para todo el
mundo.
Y luego, hoy, ustedes son capaces de
establecer las Comuniones, sea con otros Hermanos y Hermanas, con nosotras,
Estrellas, los Ancianos, los Arcángeles, con el Sol y con la Tierra. Todo eso
lleva diferentes nombres, todo eso les ha sido explicado. Y cuando eso se
produce, en ustedes, incluso si eso no es permanente, eso les da a vivir algo
diferente donde la necesidad de proyectar un amor, la necesidad de amar (en su
sentido más noble) no existe más, porque ustedes Son Amor. Siendo Amor, ustedes
no tienen necesidad de amar en la proyección: basta simplemente Ser, dejar
manifestarse vuestra naturaleza. Es, además, a través de este acto de dejar
manifestarse vuestra naturaleza, que se realiza, lo más fácilmente, eso de lo
que nosotros hablamos incesantemente desde algún tiempo, que es el Abandono:
Abandono a la Luz, Abandono del Sí, es decir el momento donde la voluntad del
Yo no existe más. Y todos ustedes saben que hay gente que busca el Amor
permanentemente, y otros que no buscaron nada. Pero mientras hay una búsqueda
del Amor, ustedes no pueden Ser Amor. De hecho, es como si la gestión, se
produjera a la inversa. La falta induce esta búsqueda, la búsqueda induce una
proyección, la búsqueda de un ideal (una vez más, que eso sea una persona, o
una profesión o cualquier otro que fuera) que va a alimentarlos. Y lo que los
alimenta y los colma, viene bien del exterior, en estos casos. Incluso si
ustedes sienten vuestro corazón, por alguien, por algo, si ustedes miran, de
manera objetiva, verán bien que es siempre lo mismo: cualquiera sea la
expresión de ese amor, cualquiera sea el objeto de ese amor, hay, en
definitiva, siempre sub-yacente, una falta, una necesidad de completar,
una necesidad de intercambiar, también.
Esto es profundamente diferente de lo
que se vive cuando vuestra naturaleza se revela a ustedes, porque en ese
momento, la fuente del Amor está en ustedes mismos. No hay más que hacerse la
pregunta para dar Amor. No hay más que hacerse la pregunta de saber si se ama o
no, porque el Amor es vuestra naturaleza y no es más ni una proyección, ni una
ocupación, ni un ideal. Solo este Amor, es, si puedo decir, auténtico, porque
este, precisamente no depende de una causa exterior: no depende de una relación,
no depende de una persona, no depende de nadie. Es lo que ustedes son.
Entonces, en ese momento, no hay más esfuerzos que hacer, no hay más que
prestar atención a sea lo que fuere: ustedes se volvieron, realmente, lo que
son, y en ese momento, el Amor emana de ustedes como lo que es, es decir
vuestra naturaleza. Y lo que se vive, en ese momento, a través de los seres, a
través de las situaciones, de las ocupaciones, no tiene más el mismo sabor, no
tiene más la misma coloración de algo a llenar, de algo que falta. Lo que
viven, en ese momento, es profundamente diferente.
Y sin embargo, a pesar de eso, a
menudo el ser humano tiene necesidad de completar, porque el cuerpo está hecho
así, aquí sobre este mundo, es incompleto. Basta hablar de complementariedad,
de mirar la constitución misma de los cuerpos para darse cuenta que uno está
hecho para el otro. Incluso a nivel de la carne, independientemente de los
sentimientos, independientemente incluso de la naturaleza de los sexos. Todo
eso solo representa, en definitiva, algo que se expresa en una falta. Y por el
contrario, en el momento donde ustedes descubren o redescubren la naturaleza
que Son, entonces, en ese momento, no existe más sentimiento de incompletud,
incluso si existen relaciones todavía, incluso si existe una necesidad de no
estar solo, pero es profundamente diferente. Porque la fuente del Amor está en
ustedes mismos, y ahí, están listos para Comulgar, con ustedes mismos y con el
otro, y también a irradiar este Amor, sin quererlo en todo lo que ustedes
tocan, todo lo que ustedes miran. Ahí, no puede existir ninguna falta. No puede
existir ninguna traición, ninguna incertidumbre, y ustedes no pueden dar,
recuerden, más que lo que encontraron. No pueden dar lo que ustedes no han
adquirido, pero no “adquirido” en el sentido de poseer, no “adquirido”, en el
sentido de guardar para sí, sino bien de reconocer la naturaleza de la Vida, la
naturaleza de la gracia, la naturaleza del Amor, que es, de hecho, la única
naturaleza posible. En ese momento, van a constatar (y ustedes lo constatan
cada vez más, en esta época particular en la cual encarnaron) que, por
supuesto, las reglas del juego, si se puede decir, no se expresan de la misma
manera en todos los niveles. Existen muchas cosas que son llamadas el progreso,
que son llamadas la evolución que, sin hablar de su realidad, traducen, en todo
caso, la modificación del juego amoroso, y yo entiendo por juego amoroso, no
únicamente el juego entre dos seres, sino el juego amoroso de toda vida.
Mientras que el juego amoroso esté basado sobre lo que yo llamé el miedo, el
sufrimiento, la pérdida, no puede ser saciado. Desde el instante donde, el
juego amoroso se expresa en el momento donde ustedes reconocieron lo que
ustedes Son, por el Fuego del Corazón, por la Corona Radiante, por muchas cosas
que les han sido largamente explicitadas, entonces, ustedes notarán que en ese
momento, las cosas cambian, porque no existe más la falta. Existen, por
supuesto, las interrogaciones sobre el sentido mismo de la vida, existe un
cuestionamiento que puede concernir a otros miedos, que eso concierna el
trabajo, aquí también, el miedo de la falta, el miedo de no tener para comer,
de no tener techo.
Cuando el Amor emana de ustedes,
habiendo encontrado vuestra naturaleza, todo se vuelve diferente. Porque las
leyes van a expresar que ustedes han salido de la acción/reacción permanente,
que eso sea lo que ustedes nombran la Fluidez de la Unidad, las
sincronicidades, las Leyes de Atracción y de Resonancia. Cuando ustedes son
Amor, el Amor viene a ustedes. Y ese Amor se expresa no, únicamente, a través
de las personas o de las situaciones agradables, sino que todo lo que es
necesario, para ustedes, entonces, es provisto. Porque es exactamente lo que
pasa, si ustedes son Amor: nada puede estar ausente, pase lo que pase al
exterior o al Interior, todo les aparecerá y será vivido de la manera más
justa, sin falta, y sin miedo. Eso quiere decir también, e ilustra, lo que
nosotros les decimos: que no hay más que dos opciones, el miedo o el Amor. El
miedo que traduce únicamente la falta, la insuficiencia y los diversos miedos.
Y el amor, desde luego, que no es su opuesto, ni incluso el otro lado, sino que
es bien la expresión de algo que se encontró. Habiendo encontrado la Vida, la
Vida los encuentra. Y las circunstancias de vuestra vida van a desarrollarse
diferentemente. Es imposible, para el que vive el Amor en su Corazón (en el
sentido más Vibral), que accede al Samadhi, que accede a la Comunión, de
poder expresar la menor falta, la menor incompletud y el menor miedo. Es en ese
sentido que nosotros les decimos, siempre: miedo o Amor. Porque, a menudo,
ustedes tienen la impresión que los dos coexisten: un día, hay Amor, otro día,
hay miedo. Pero cuando el Amor está ahí, no puede existir el miedo. No puede
existir el sufrimiento, sea en el psiquismo o en el cuerpo. Porque se produzca
lo que se produzca en la cabeza, en el cuerpo, en las relaciones, el Amor está
ahí. En ustedes, incluso si algo se termina en una relación, en lo que sea, si
ustedes se reconocen en el Amor, nada puede faltar. Si algo falta, entonces eso
los reenvía a vuestras propias faltas, y a lo que ustedes proyectaron, a través
de un ideal, a través de una necesidad o de una falta. Que eso sea una
necesidad, una falta, un deseo, o un ideal, no cambia estrictamente nada a lo
que eso es. Mientras que el Amor queda, para ustedes en una búsqueda, no hará
más que traducir una falta. Mientras que, para ustedes, el Amor está en otra
parte que Aquí y Ahora, incluso a través de una búsqueda espiritual, ustedes se
alejan de ustedes mismos.
El amor, como eso se ha dicho de
diferente maneras, no tiene que ser buscado porque es lo que nosotros Somos. De
hecho, hay que realizar simplemente lo que nosotros Somos. Y cuando realizamos
lo que Somos, ninguna falta más puede sobrevenir. Nosotros estamos muy lejos,
yo se los concedo, del paso común, en Occidente como en Oriente, de la
evolución de las relaciones entre los hombres y las mujeres, entre los hombres
y las mujeres y la sociedad, o incluso en las relaciones que se suponen las más
durables, como las relaciones ligadas a la sangre, al ADN, a la familia. Existe
por consiguiente un malestar: es mientras que el humano no se de vuelta hacia
sí mismo, no para buscarse, sino para manifestar lo que él es, todo lo que será
manifestado al exterior será insuficiente, deficiente y es normal. Otros han
dicho: “buscad el reino de los cielos y todo el resto os será dado”. El reino
de los cielos está dentro de ustedes, por tanto ustedes lo tienen que buscar,
no como una búsqueda al exterior, en cualquier conocimiento, en cualquier
relación, sino más bien buscando la naturaleza que nos anima y que nosotros
somos. Realizando esto, todas las contrariedades de este mundo no representarán
nada, porque a medida que se hace este reconocimiento, el conjunto de las
circunstancias de la vida van a estar en armonía con eso. Y eso concierne
absolutamente todo los sectores, porque el Amor es Abundancia, nunca puede ser
privación.
Entonces por supuesto, existen
situaciones donde un gran sufrimiento puede hacer aparecer el Amor. Pero,
justamente, el Amor aparece en esos casos de sufrimiento porque hay un vacío
tan intolerable que el Hermano, la Hermana a quien le llega eso no puede más
que buscar, en sí, el recurso. Y eso no se encuentra, emerge, desde el instante
donde ustedes no buscan más. Muchas veces, cuando yo hablo de acontecimientos
traumatizantes, se puede tratar de la pérdida de un allegado, de un trabajo, o
de algo que es juzgado como importante, que tiene valor para el que lo vive, y
que desapareció. Como lo dice un interviniente, muy a menudo, cambien de
mirada, acepten que ustedes son Amor, porque esta aceptación, no esta creencia,
va a traducirse por la plenitud (Nde: BIDI). Y, en esta plenitud, hay lugar
para todos, puesto que esta plenitud nunca puede agotarse. Ella no depende de
circunstancias exteriores, ella no depende del sentimiento de gratificación que
ustedes pueden obtener, sino que ella depende solo de ustedes mismos, no en un
encierro, sino en una verdadera apertura, que no es más la proyección de una
falta o de una insuficiencia.
Entonces, en ese momento, ustedes
descubren la Libertad. No tienen más necesidad de amar o de no amar. Descubren
que el Amor es vuestra naturaleza, todo se vuelve profundamente diferente. Es
esa, la Libertad que conduce a la Liberación. Esta independencia, esta
autonomía, es una resonancia directa con la Libertad y con el Amor. Es eso que
ustedes tienen que realizar, no buscar, no comprender, sino vivir, los unos y
los otros. Nosotros les decimos que la comprensión no sirve para nada, no es
más que justificación para el mental, no es más que cálculo, no es más que
lógica. El Amor no tiene que ser lógico: él Es, muy simplemente. Mientras
ustedes pongan la lógica delante, eso corresponde a una falta. Mientras ustedes
pongan una organización delante, eso también corresponde a una falta. Porque el
Amor, en su espontaneidad, no tiene que estar en una lógica o en una razón. Él
es lo que se expresa lo más naturalmente del mundo, porque una vez más, es lo
que nosotros Somos. Incluso la guerra no aniquila lo que nosotros Somos.
Incluso la muerte no puede aniquilar lo que nosotros Somos. Y es justamente lo
que nosotros somos que es Amor.
Mientras que ustedes proyecten al
exterior (a través incluso de una búsqueda, cualquiera sea), mantienen la
falta, ustedes nunca la llenarán. Y eso, vuestra vida, y todo lo que es humano,
representa eso. Mientras que el humano no sea humano, mientras que no recupere
su naturaleza, toda su vida va a estar sometida a lo que es nombrado
acción/reacción, y la acción/reacción mantiene la perpetuación. La
acción/reacción mantiene lo que ustedes nombran el libre-arbitrio, que no es la
Libertad. Y así, de reacción en reacción, de búsqueda en búsqueda, el ser
humano se aleja cada vez más de su naturaleza. Es esta exteriorización de la
conciencia, a través de esta búsqueda, que crea la apariencia de la falta de
amor, que crea las guerras, que crea las insuficiencias, las rupturas, los
chantajes. No hay otra alternativa que de encontrarse a sí mismo. Entonces
desde luego, la época que hay que vivir, y que ustedes viven, es en eso
diferente ya que el Amor ha venido a ustedes, vino a despertarlos. Muchos se
despiertan hoy, y descubren (un poquito como al despertar, a la mañana) que
ellos se despiertan de una pesadilla donde todo no era más que artificial,
donde el sentido de los valores está totalmente redistribuido. Incluso si eso
no es llamado Amor, es el Amor que actúa. Mientras que el Amor esté ausente,
habrá siempre competición, habrá siempre comparación, habrá siempre falta e
insuficiencia, y habrá siempre miedo.
Cuando el Amor está ahí, todo se
transforma, todo se vuelve diferente. La Libertad se vuelve real. La Autonomía
se vuelve real. No puede existir insuficiencia. Y, en ese momento, el conjunto
de miedos que estaban presentes, cualesquiera fueran, desaparecen en totalidad
porque no hay nada que preservar. Cuando la naturaleza del Amor es recobrada,
la Vida fluye por sí misma. Cualesquiera sean las circunstancias, no pueden
existir privaciones, en el seno del Amor, incluso si ustedes no tienen para
comer, incluso si no tienen techo. Es la ausencia de Amor que los hace buscar,
activamente, para preservarse de esas desgracias. Pero, cuando el Amor es
encontrado, como lo decía el Cristo: “¿acaso el pájaro se preocupa de lo que va
a comer mañana?”. El amor no se preocupa de nada. Él es Vida. Él es la Verdad y
cuando ustedes están bajo esta Verdad, la acción/reacción desaparece. Es
reemplazada por la gracia, y la gracia es activa, ella hará todo para que
vuestra vida sea la Vida. El paso es profundamente diferente. En un caso, hay
proyección. En el otro caso, hay Recepción y Don. Es uno o el otro. No hay otra
alternativa y ustedes van a vivirlo si no lo viven ya, porque las circunstancias
de este mundo van a hacer que este mundo va a encontrarse frente a lo que ha
construido, con respecto a sus faltas. Todo lo que es el progreso moderno, todo
lo que fue bosquejado y construido (en la materia como en la cabeza) tenía por
función solo evitar la falta, conceder lo que ustedes llaman el confort.
Confort que ustedes obtuvieron en Occidente (o, en todo caso, en los países
acomodados). ¿Pero de qué vale ese confort si hay falta? ¿Qué vale ese confort,
si hay no-reconocimiento del Amor? No vale estrictamente nada porque los apaga,
los adormece, los anestesia, y los aleja de todo lo que ustedes Son. Y eso crea
una avidez y eso hace que el alma vaya a buscar las experiencias que puedan
satisfacerla, a través de otro, a través de un hijo, a través de una profesión,
a través de una actividad, cualquiera sea.
Más el Amor crece y más el Amor emana
e irradia de ustedes, menos eso puede preocuparlos. Y cuando lleguen al Último,
ustedes permanecen Amor y todo el resto desaparece. Es lo que yo manifesté, en
ciertos momentos, en mi vida, y sin embargo, quizá ustedes lo saben, yo estuve
casada, tenía mucha gente alrededor de mí. Toda esa gente que venía a
alimentarse, no de mí, sino del Amor, porque había una resonancia que se
creaba. Desde luego, todo el mundo no tuvo la resonancia suficiente para
encontrar loque era, porque las faltas y las proyecciones crean, de algún modo,
una barrera que se vuelve cada vez más rígida, porque eso está construido sobre
el miedo y el miedo rigidiza. Él impide expresarse al Amor, que nosotros somos.
Entonces desde luego, mientras ustedes miren la falta, buscan llenarla.
Mientras miran el objeto de vuestro deseo, buscan poseerlo. Pero si hacen parar
todo eso, entonces el Amor está ahí. No el que ustedes quieren, no el que
ustedes esperan, sino el que siempre estuvo ahí, en la mitad de vuestro pecho.
Hoy, eso se descubre, cada vez más fácilmente, porque las circunstancias
quieren eso, ustedes lo saben.
Entonces, yo no puedo más que
invitarlos a vivir, no según vuestros deseos, no según vuestras faltas, sino
según el Amor y según la gracia. Porque, en la gracia, hay Vida, y la Vida
nunca les hará faltar, sea lo que fuere que tengan que vivir. Es siempre el
mental, la falta, que va a inducir las acciones de preservación de la ilusión a
través de la seguridad, a través de los lazos que ustedes crean, a través de
los alumbramientos, a través de las creaciones. Todo eso, de hecho, no está
destinado más que a proteger vuestro propio Amor y a disfrazar la falta de la
naturaleza, que somos todos. Así, hay pues también, a ese nivel, una especie de
Reversión y de cambio. El llamado de la Luz, hoy, es para hacerles vivir
eso. Entonces, cualesquiera fueran las circunstancias de vuestra vida, no echen
pestes, no las rechacen, porque vuestra visión se inscribe, muy a menudo, solo
en la emoción del momento o en la comprensión intelectual y lógica de lo que
ustedes tienen, y lo que no tienen. Si el tiempo transcurre, constatarán por
ustedes mismos, y ustedes han hecho todos la experiencia, que lo que les faltó,
un día, a través de una pérdida y un duelo, termina siempre, siempre, por
desaparecer. Y ¿cuál es el agente que lo hace desaparecer?: el tiempo. Porque
la falta está siempre inscrita en el tiempo. El Amor no está inscrito en ningún
tiempo. Él los hace escapar de las consecuencias del tiempo. El Amor Vibral: El
Amor que se da. Reflexionen esto, porque esos mecanismos están en acción
absolutamente para todo. Ahora bien, hoy, lo que pasa, y lo que pasará cada vez
más, es que ustedes se saturan de la Fuente y de la Naturaleza de lo que
ustedes Son, que ustedes nombren eso Supra-mental, Onda de Vida, Éxtasis,
Samadhi, Shantinilaya, y sus múltiples declinaciones, eso no tiene ninguna
importancia. Todo eso no es más que una invitación a darse, ustedes mismos, a
lo que ustedes Son, a no esperar nada, porque cuando no se espera nada, todo
está ahí, no hay falta.
Nosotros somos, todos, el Amor, la
Vida y la gracia, el Camino, la Verdad y la Vida. Sin ninguna excepción. Solo,
los filtros y los Velos, las experiencias del pasado, los traumatismos, la
falta, el miedo, nos alejan de eso. Entonces, no hay más que el Amor para
llenar. No hay más que el Amor para ser lo que nosotros somos, de manera
infinita, más allá de este tiempo, como de todo tiempo. Este Amor, cuando se
encuentra, no puede ser limitado, no puede ser amputado, no desaparece con la
muerte. Porque ustedes encontraron lo que Son: ustedes son Eternidad. Antes, en
ningún momento, ustedes pueden vivir ni pueden suponer ni imaginar. Pero desde el
instante donde el Amor está, realmente ahí, ustedes son la Totalidad, son el
Todo.
He aquí los elementos que deseaba
aportarles y que se desprenden, quizá no de lo que pasa ahora, sino de lo que
yo viví, realmente, en mi encarnación pasada. Ahí, está lo esencial, porque si
ustedes aceptan mirar objetivamente, ustedes se darán cuenta que, realmente, es
la única Verdad. Ella no es relativa, ella traduce el Absoluto de todas las
relaciones, y todo lo que puede existir sobre este mundo y en otra parte. Lo que
es diferente, en los otros mundos, en los mundos que nosotros nombramos
unificados o multidimensionales, es que la expresión del Amor no está manchada
de nada, frenada por nada: no hay ni opacidad, ni cálculo, ni lógica, ni razón,
ni apego, hay Libertad total de movimiento, de resonancia, de Comunión. No
existe ningún encierro posible. Mientras que todo lo que ha sido construido
sobre este mundo, desde mucho tiempo, obliga a separar, a encerrar. Eso es
visible, incluso, en los modos de vida. Eso es visible en todo lo que se da a
ver, en todo lo que se les da a experimentar sobre este mundo. Miren
claramente, y ustedes comprenderán, en ese momento, ustedes captarán que el
Amor no es algo que se toma, ni que se intercambia. El Amor es Don, porque la
Vida es Don, y porque la Vida es la gracia. Encontrar la gracia, vivir la
gracia y el Éxtasis, es la esencia de vuestra Naturaleza, es decir que ustedes
se encontraron. Habiéndose encontrado, encontraron el resto del mundo,
encontraron el Amor.
He terminado mi intervención.
Establezcamos, si a ustedes les parece bien, todos juntos, en este Don, en esta
recepción, en el Amor que nosotros somos, más allá de toda consideración, más
allá de toda espera, de toda proyección, de toda esperanza incluso,
simplemente, instalándonos en este tiempo presente que no depende de ningún
tiempo, y que pues escapa al tiempo. Así es el Amor, así es la Verdad. MA
ANANDA MOYI los ama porque es su Naturaleza. Ustedes me aman porque es vuestra
Naturaleza, sin cálculo y sin condición, sin suposición. Yo los amo, hasta
pronto.