ADVERTENCIA

Nada de lo que leas, sin importar dónde está escrito,

nada de lo que escuches, sin importar quien lo dijo,

nada debes aceptar sin previo discernimiento y tú mismo debes decidir su veracidad.

Consúltale a tu corazón que él nunca se equivoca.

Discernimiento: Criterio o capacidad de distinguir los elementos que están implicados en una cuestión, como se relacionan entre sí como se afectan los unos con los otros y como cada uno de ellos incide en el conjunto.

jueves, 19 de julio de 2007

19 de Julio 2007 CRISTO

www.autresdimensions.com
Canalizaciones: Jean Luc Ayoun
Transcripción: Veronique Loriot
Traducción: Susana Milan
 http://mensajes-del-espiritu.blogspot.com
http://mensajes-del-espiritu-2010.blogspot.com

CRISTO
19 julio 2007
Yo os bendigo mis niños e inundo vuestros corazones de mi gracia eterna. Mis bien amados, vengo hoy a hablaros de la luz, de hecho de las luces, porque no ya una luz sino luces. Igual que hay muchas estancias en los reinos de la creación, hay también muchas luces. Primero de todo, la luz que ilumina los planos de vida en la dimensión encarnada hasta los planos más alto. En efecto, los serafines ¿no han sido llamados seres de fuego? ¿Y el fuego no brilla como una luz intensa, también como una estrella o un sol?
La luz puede ser definida por sus características, por sus medidas físicas, por sus efectos sobre lo viviente, todo esto participa del análisis de esta luz. Y cuando os digo mis bien amados, que vosotros sois luz, que vosotros sois los hijos de la Fuente que es luz, no hay que confundir por tanto, todas estas luces, no tanto en sus descripciones o sus efectos (¿quién no lloraría ante el espectáculo de un ser viviente pulsando lo más cerca del trono de Dios?) sino más bien en cuanto a la finalidad de la luz. El objetivo de la luz va a definir el rol de esta, más que sus atributos.
Y vuestra luz, ese esplendor de la creación que sois vosotros, ¿cuál es su finalidad? ¿Volver a la Fuente o alejarse de la Fuente? Según vuestra finalidad la vida de vuestra luz va a modificarse para conformarse a las necesidades de vuestra alma y, evidentemente, esta luz espiritual va a inducir manifestaciones en vuestra vida que serán diametralmente opuestas. Si pudieran ver vuestra luz notarían diferencias importantes.
El mejor calificativo que encontraréis en los reinos de la creación (desde los planos densos físicos hasta los planos de la creación de los mundos) está entonces en la finalidad. Pero el objetivo es siempre o bien, aproximarse a la Fuente (y en ese caso la luz es caliente) o bien, alejarse de la Fuente (y en este caso la luz es fría). ¿El frío y el calor tienen los mismos efectos en la vida? Ciertamente no. En un caso habrá expansión de la vida, en el otro caso contracción. Todas las luces pueden resolverse en esta última ecuación y además, en vuestra encarnación, pueden orientar vuestra vida sea hacia mí sea hacia el otro (Lucifer).
Pero no podréis vivir vuestra unidad de divinidad más que habiendo vivido los dos. Y es por eso que yo os decía en mi encarnación, que no juzguéis a vuestros hermanos porque no veis enteramente el destino del Padre para cada lama, no veis la finalidad de la luz. En todo caso, solo podéis ver a través de vuestro propio filtro que colorea o decolora todo y la medida con la que vosotros juzguéis servirá para juzgaros porque sois todos iguales en luz, sois iguales en verdad pero en diferentes momentos de vuestra evolución. Aquellos que están delante de vosotros, sois vosotros pero más tarde. En cuanto aquellos que están detrás de vosotros, sois vosotros más adelante.
Sólo la difracción de la luz os impide vivir la unidad en este mundo pero se os pide que no funcionéis más según los antiguos códigos de la dualidad. Mi mensaje de hace dos mil años fue y es: “amaros”. Yo he venido a enseñaros la unidad pero los hombres no tenían en ese momento, los medios de poner en práctica mis preceptos. Hoy ha llegado la hora de vivir en mí, de vivir con mi luz y no más con la de la división y la dualidad.
Ya no es tiempo, mis bien amados, de discernir, de separar. Yo vengo ahora a pediros un acto de amor inaudito: “amaos los unos a los otros, amad a vuestros enemigos porque sólo amando a los enemigos de mi luz, los venceréis inundándolos de mi gracia y de mi amor, dándoles de beber amor y verdad y capitularán ante vosotros y yo reunidos.
Mis amigos, os pido la ofrenda total de la apertura de vuestro corazón, yo os demando vuestra maestría a través de vuestro soltar presa a la sombra, os pido estar en paz y haceros amor, os pido no volver a tirar piedras, como las piedras que llamáis discernimiento, o las piedras de vuestros miedos de abandonar vuestra realidad por mi realidad y la del Padre.
Vengo a deciros: « no tengáis miedo ». Vengo a deciros que sois al fin, libres entonces levantad las cadenas de vuestros juicios, de vuestras separaciones, de vuestras divisiones. Vengo a deciros que améis a toda la creación porque vosotros detenéis en vosotros la fuerza de hacer volver las tinieblas a la luz. Vuestra luz puede y debe hacer llorar de amor al diablo y Lucifer porque el amor puede sanar todo y sobre todo, su propia negación. El amor es todo lo que es, la luz es su más fiel manifestación aquí y más allá.
La luz viene por las bodas. ¿Aceptaréis uniros a ellas? ¿Aceptaréis unificaros con vosotros mismos? Sí, lo haréis, porque vuestro destino es el de Dios, el de la alegría y el de la unidad. Nada podrá resistir esta llamada. Entonces abrid, abrid todas las compuertas de vuestros corazones, amad sin freno, sin juicio, sin discernimiento, sin división, sin dualidad. ¿Queréis seguirme fuera de la dualidad? ¿Queréis remontar hacia los reinos de la alegría y la felicidad eterna? Entonces, si vuestra respuesta es “sí”, aceptad no rechazar nada, aceptad amar todo, abrazad todo en el fuego de vuestro corazón, haced todo sagrado, en unidad y divinidad.
Mis niños, mis hermanos, mis amigos, mis bien amados, me inclino a vuestros pies para ordenaros abrir las compuertas de quienes sois y de lo que habéis olvidado, por necesidad de vuestras encarnaciones. Pero las encarnaciones tienen un fin. Un ciclo se acaba y permite la apertura de vuestro código genético. Vuestra libertad os es devuelta ¿lo queréis? ¡No me digáis, mis bien amados, que preferís permanecer en prisión, que preferís quedaros al margen de las bodas celestes!
Yo sé que cuando venga el gran día, el más grande de los enemigos de la luz se situará en las filas de aquellos que cantan las alabanzas de la creación de amor y de luz.
Yo os amo. Amad vosotros como yo os amo, sin barreras, sin filtros, sin sombras.

Paz a vosotros.