www.autresdimensions.com
Canalizaciones: Jean Luc Ayoun
Transcripción: Veronique Loriot
Traducción: Susana Milan
http://mensajes-del-espiritu.blogspot.com
http://mensajes-del-espiritu-2010.blogspot.com
Canalizaciones: Jean Luc Ayoun
Transcripción: Veronique Loriot
Traducción: Susana Milan
http://mensajes-del-espiritu.blogspot.com
http://mensajes-del-espiritu-2010.blogspot.com
CRISTO
19 julio 2007
Yo os bendigo mis niños e inundo vuestros corazones de mi gracia
eterna. Mis bien amados, vengo hoy a hablaros de la luz, de hecho de las luces,
porque no ya una luz sino luces. Igual que hay muchas estancias en los reinos
de la creación, hay también muchas luces. Primero de todo, la luz que ilumina
los planos de vida en la dimensión encarnada hasta los planos más alto. En
efecto, los serafines ¿no han sido llamados seres de fuego? ¿Y el fuego no
brilla como una luz intensa, también como una estrella o un sol?
La luz puede ser definida por sus
características, por sus medidas físicas, por sus efectos sobre lo viviente,
todo esto participa del análisis de esta luz. Y cuando os digo mis bien amados,
que vosotros sois luz, que vosotros sois los hijos de la Fuente que es luz, no
hay que confundir por tanto, todas estas luces, no tanto en sus descripciones o
sus efectos (¿quién no lloraría ante el espectáculo de un ser viviente pulsando
lo más cerca del trono de Dios?) sino más bien en cuanto a la finalidad de la
luz. El objetivo de la luz va a definir el rol de esta, más que sus atributos.
Y vuestra luz, ese esplendor de la
creación que sois vosotros, ¿cuál es su finalidad? ¿Volver a la Fuente o
alejarse de la Fuente? Según vuestra finalidad la vida de vuestra luz va a
modificarse para conformarse a las necesidades de vuestra alma y,
evidentemente, esta luz espiritual va a inducir manifestaciones en vuestra vida
que serán diametralmente opuestas. Si pudieran ver vuestra luz notarían
diferencias importantes.
El mejor calificativo que
encontraréis en los reinos de la creación (desde los planos densos físicos hasta
los planos de la creación de los mundos) está entonces en la finalidad. Pero el
objetivo es siempre o bien, aproximarse a la Fuente (y en ese caso la luz es
caliente) o bien, alejarse de la Fuente (y en este caso la luz es fría). ¿El
frío y el calor tienen los mismos efectos en la vida? Ciertamente no. En un
caso habrá expansión de la vida, en el otro caso contracción. Todas las luces
pueden resolverse en esta última ecuación y además, en vuestra encarnación,
pueden orientar vuestra vida sea hacia mí sea hacia el otro (Lucifer).
Pero no podréis vivir vuestra unidad
de divinidad más que habiendo vivido los dos. Y es por eso que yo os decía en
mi encarnación, que no juzguéis a vuestros hermanos porque no veis enteramente
el destino del Padre para cada lama, no veis la finalidad de la luz. En todo
caso, solo podéis ver a través de vuestro propio filtro que colorea o decolora
todo y la medida con la que vosotros juzguéis servirá para juzgaros porque sois
todos iguales en luz, sois iguales en verdad pero en diferentes momentos de
vuestra evolución. Aquellos que están delante de vosotros, sois vosotros pero
más tarde. En cuanto aquellos que están detrás de vosotros, sois vosotros más
adelante.
Sólo la difracción de la luz os
impide vivir la unidad en este mundo pero se os pide que no funcionéis más
según los antiguos códigos de la dualidad. Mi mensaje de hace dos mil años fue
y es: “amaros”. Yo he venido a enseñaros la unidad pero los hombres no tenían
en ese momento, los medios de poner en práctica mis preceptos. Hoy ha llegado
la hora de vivir en mí, de vivir con mi luz y no más con la de la división y la
dualidad.
Ya no es tiempo, mis bien amados, de
discernir, de separar. Yo vengo ahora a pediros un acto de amor inaudito:
“amaos los unos a los otros, amad a vuestros enemigos porque sólo amando a los
enemigos de mi luz, los venceréis inundándolos de mi gracia y de mi amor,
dándoles de beber amor y verdad y capitularán ante vosotros y yo reunidos.
Mis amigos, os pido la ofrenda total
de la apertura de vuestro corazón, yo os demando vuestra maestría a través de
vuestro soltar presa a la sombra, os pido estar en paz y haceros amor, os pido
no volver a tirar piedras, como las piedras que llamáis discernimiento, o las
piedras de vuestros miedos de abandonar vuestra realidad por mi realidad y la
del Padre.
Vengo a deciros: « no tengáis
miedo ». Vengo a deciros que sois al fin, libres entonces levantad las
cadenas de vuestros juicios, de vuestras separaciones, de vuestras divisiones.
Vengo a deciros que améis a toda la creación porque vosotros detenéis en
vosotros la fuerza de hacer volver las tinieblas a la luz. Vuestra luz puede y
debe hacer llorar de amor al diablo y Lucifer porque el amor puede sanar todo y
sobre todo, su propia negación. El amor es todo lo que es, la luz es su más
fiel manifestación aquí y más allá.
La luz viene por las bodas.
¿Aceptaréis uniros a ellas? ¿Aceptaréis unificaros con vosotros mismos? Sí, lo
haréis, porque vuestro destino es el de Dios, el de la alegría y el de la
unidad. Nada podrá resistir esta llamada. Entonces abrid, abrid todas las
compuertas de vuestros corazones, amad sin freno, sin juicio, sin
discernimiento, sin división, sin dualidad. ¿Queréis seguirme fuera de la
dualidad? ¿Queréis remontar hacia los reinos de la alegría y la felicidad
eterna? Entonces, si vuestra respuesta es “sí”, aceptad no rechazar nada,
aceptad amar todo, abrazad todo en el fuego de vuestro corazón, haced todo
sagrado, en unidad y divinidad.
Mis niños, mis hermanos, mis amigos,
mis bien amados, me inclino a vuestros pies para ordenaros abrir las compuertas
de quienes sois y de lo que habéis olvidado, por necesidad de vuestras
encarnaciones. Pero las encarnaciones tienen un fin. Un ciclo se acaba y
permite la apertura de vuestro código genético. Vuestra libertad os es devuelta
¿lo queréis? ¡No me digáis, mis bien amados, que preferís permanecer en
prisión, que preferís quedaros al margen de las bodas celestes!
Yo sé que cuando venga el gran día,
el más grande de los enemigos de la luz se situará en las filas de aquellos que
cantan las alabanzas de la creación de amor y de luz.
Yo os amo. Amad vosotros como yo os
amo, sin barreras, sin filtros, sin sombras.
Paz a vosotros.