CRISTO
8 de Julio de 2007
Mis Bien amados, aquí mi
paz. Vengo hoy para nutrirlos de la
luz. En efecto ¿Qué es la luz? ¿De cuál
luz hablan cuando buscan la luz? ¿Es la del día? ¿Es la del sol o también
la que capta su pantalla interior cuando meditan? La luz espiritual es otra, no
pertenece a esta dimensión donde ustedes viven, ella pertenece al reino de los
Cielos. Ella es, dentro de su mundo de
tercera dimensión, la argamasa invisible de toda vida. Sin ella ninguna expresión de vida encarnada
es posible.
Ella brilla como la luz de
un templo, ocultada a las miradas exteriores, ocultada y velada para que no se
convierta en el objetivo de la propia búsqueda. Ella es también vibración (pero
no vibración de ondas o de corpúsculos como lo dicen vuestros físicos), ella es
vibración de amor, un imán que atrae e irradia al mismo tiempo. Ella es el medio de su regreso a la unidad.
Numerosos místicos la han visto y no regresaron indemnes. Numerosos seres humanos hoy la han visto y se
han transformado mas allá de todo lo que era concebible.
Esta luz es capaz de
modificar totalmente un universo. Cuando
ella está manifestada y develada, es por tanto omnipresente pero solo el hecho
de revelarla la vuelve eficiente. Para
ustedes, mis bien amados, la única manera de revelarla es utilizar la dulzura
de vuestra consciencia, el amor de su alma, a fin de que ella pueda nacer en su
templo interior, en su corazón. Y ¿quién puede mejor que yo, encender su
lámpara, yo que soy “la luz del mundo”?
Mi fuego es el soplo que puede abrir las válvulas de
la luz en ustedes. Para eso es necesario aceptar que “yo soy” les inunde de su
gracia. Es necesario asimilar y vivir el amor ya que el amor es luz. Mientras que su amor no genera luz, este amor
viene de sus apegos solamente cuando su amor esté en verdad entonces se bañarán
dentro de la luz que es vibración.
La luz de quien vibra el amor es otra que la luz de
vuestros días. No olviden jamás que existir en su mundo significa, realmente,
tenerse fuera de la verdad de la vida.
Y, ¡oh! Cuánto, en estos días, es esencial hacer venir, hacer penetrar
la luz dentro de la sombra de esta vida humana ya que ella sola puede transmutar,
comulgar con los miedos y las dualidades de la vida.
¿Están ustedes solos para realizar eso? No.
Ciertamente están solos para hacer la elección de la sombra o de la luz pero,
una vez hecha la elección, entonces mis seres de fuego vienen a encender la llama
de su templo. No están nunca solos cuando su alma ha decidido unirse a la
verdad. Y aquí que en estos días
bendecidos que están allí, la luz está propuesta al conjunto de vidas. A Gaia, en su globalidad, se le propone un
estallido de verdadera luz.
¿Qué elección harán mis bien amados? Son, ¡oh! Cuanto,
más hoy que antes, libres de vuestras elecciones. Pero cuánto deseo tengo de decirles “vengan a
mí”. Cuánto todos los seres que los rodean desean ardientemente traerles a
casa, traerles dentro de vuestra luz a fin de ver brillar aquello que son, de
ver todas vuestras luces nacer de nuevo en sus consciencias. Este espectáculo
es el más bello que el Padre pudiera ofrecer a sus creaturas: este momento
sublime de la revelación, instante donde, a la vez, el amor, la luz, la verdad
están presentes en ustedes como en la alborada de toda creación. Qué gracia en
ese momento. Que magnificencia de la que me regocijo.
Mis bien amados, yo soy vuestro pastor, yo soy el
guardián de sus días y sus noches. Me gustaría tanto que, juntos celebráramos
la ascensión de Gaia, juntos, nosotros cantamos el canto de vida, el canto de
vuestro regreso en unidad. Es el final del miedo, de la dualidad, de las
experiencias para los que lo quieran, para los que lo esperan, para los que
están listos.
Pero ¿quién está listo? Todos y todas, por supuesto.
No es ya tiempo de creer en sus errores pasados y en sus efectos nefastos sobre
ustedes. No es ya tiempo de creer que el miedo puede aún impedir vivir a su
luz. Les aseguro que, si ustedes vuelven sus ojos hacia mí, mas nada exterior
podrá impedirles vivir en la luz. Solos
los espíritus contrarios a la luz quieren hacerles creer que están aún
encadenados a sus esquemas expirados.
Solo los apegos de la sociedad quieren encerrarlos dentro de los modelos
sociales pasados. Como aquí hace dos mil años, quiero decirles: “Vengan a mí,
dejad a los muertos enterrar los muertos”. ¿Lo harán? ¿Responderán a mi
llamado? ¿Oirán mi voz? ¿Verán mi luz? ¿Me abrirán las puertas de su
corazón? o ¿seguirán siendo sordos a todo eso encerrados en sus miedos y en sus
sufrimientos?
No puedo ir en contra de su elección pero me atrevo a
abrir los ojos y el corazón. Yo soy su
amigo, nadie más les conoce tan íntimamente y personalmente. Nadie más que yo
les quiere tan bien, excepto ustedes mismos cuando aceptan ya no verse como
seres limitados, incompletos, o en sufrimiento.
Mis bien amados, les doy mi paz, les doy la luz, les
doy mi bendición.
Compartimos esta información en toda transparencia.
Gracias de hacer del mismo modo, si los difunden, reproduciendo la integralidad
del texto y citando su fuente: www.autresdimensions.com.
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Traducción: Odilia Rivera
http://mensajes-del-espiritu.blogspot.com
http://mensajes-del-espiritu-2010.blogspot.com
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