Jean Luc Ayoun
AA. MIGUEL
30 de Julio del 2007
Yo soy Miguel, príncipe y regente de
las milicias Celestiales. Muy queridos humanos, yo sol el que viene a limpiar
los campos áuricos de vuestro planeta y los vuestros. La hora ha llegado de
restañar las heridas de vuestras encarnaciones, la hora de vuestra luz ha
llegado. En esto tiempos benditos deseados por la armonía celestial, es
indispensable desear, desear ser, desear la luz, desear lo que quiere la luz y
nada más.
En estas horas gloriosas donde la
luz se despierta en vuestros templos interiores, momento donde Cristo revela su
divina presencia en vuestro corazón, momento donde Maria viene a cubrir con su
luz vuestros mantos de luz, es esencial ser, es esencial poner vuestro destino en
las manos del Padre-Madre Fuente de toda vida.
Si esta es vuestra elección, podrán
entrar en los reinos del Padre, entrar otra vez en vuestro interior, en vuestra
divinidad. Para esto es necesario entrar en maestría, soltar vuestros apegos.
Aceptar hacer el peregrinaje hacia ustedes mismos. Para esto es necesario
abandonar las luchas, cualesquiera que ellas sean. Entrar nuevamente en
divinidad es un acto que involucra vuestra entidad completa en el servicio,
completa en la unidad.
Vengo no a forzar sino a mostrar el
horror de las luchas aquí por el poder, por el deseo, por la dominación. Vengo
a revelar la realidad que no es verdad sino división que existe cuando la luz
que ustedes son se aleja demasiado de su Fuente de luz.
¿Es que mis actos se revelan en
vuestra dimensión por mis combates que libro en los cielos? No. En vuestra dimensión
mi presencia se revela a través de la dinámica de los cometas y de los elementos. Así
cuando vuestros elementos se refuerzan, yo soy eso. Cuando un cometa es
visible, yo soy eso. Cuando los
movimientos planetarios cambian se trata de mi acción.
No me busquen en una forma definida
ni dentro de otra cosa que lo que soy: el que viene para iluminar vuestras
vidas a través de los movimientos de la materia, en vosotros y a su alrededor.
Yo los revelo a ustedes mismos, a vuestra interioridad, a vuestro rol real, que es la unidad de la Fuente. Son seres sublimes que
han olvidado que lo eran por el juego incesante de las divisiones y de las
experiencias. Vengo a recordarles lo que son. Vengo a reavivar la flama de
vuestra eternidad. Vengo a mostrarles lo infinito de vuestra radiación.
Finalmente me es permitido tocar
vuestro corazón con mi espada para abrir las compuertas de vuestro amor, para
dejar vuestra alegría exultar al ver la luz despertarse en ustedes, para
ustedes y para la creación en su inmensidad.
Lo que CRISTO a establecido en
vuestro templo interior, hace dos mil años, lo que Cristo hoy hace germinar, si me lo permiten, yo
vengo a hacerlo brillar ante el mundo. Los elementos que se
ponen en movimiento alrededor de vuestro mundo, vendrán entonces a nutrir esta flor,
a nutrirla de fuego, de agua, de aire, a fin de hacer nacer vuestra nueva
realidad, vuestro nuevo espacio de vida.
Este nuevo mundo está ahora a
vuestra puerta, viene a golpear a vuestro corazón, ¿abrirán este a la nueva
alianza? ¿Aceptarán vuestras células migrar a otra vibración? ¿En otra
capacidad? ¿Vuestro código dejará abrir la nueva esperanza, el nuevo
resplandor de la expresión armoniosa de la vida? Solo
ustedes poseen la llave, solo ustedes tienen el poder de decir “si”.
Queridos humanos, María y Cristo se
unen a mi bendición para preparar vuestro día de mañana tan importante para
vuestro futuro.
Compartimos esta información en toda
transparencia. Gracias por hacer lo mismo, si lo difunden, reproduciendo el
texto íntegro y citando su fuente: www.autresdimensions.com
Traducción: Odilia Rivera